Capítulo 15

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La noche se había tornado aburrida para todos los estudiantes de la Clase Nocturna. El término de "vacaciones" no solía darse bien para ninguno de ellos. Pasaban el rato en la sala principal, en la biblioteca o en el área de juegos que los chicos se habían encargado de implementar.

En especial para Ruka, la noche era aburrida. Se había cansado de ver el reloj moverse a la segunda hora y tampoco le parecía divertido incluirse en la conversación sin sentido que Hanabusa mantenía con Akatsuki. 

Rima y Juri se encontraban viendo el álbum de modelo de la primera mencionada, se le daba más el modelaje que a la hermana de Senri. Rima lo hacía por pasión y Juri normalmente lo hacía para pasar el rato.

—Debes admitir que me va bien el rojo. —comentó Rima a Juri.

—Y vaya que sí. —respondió Juri pensando en que a su hermano le gustaba Rima. Sí, le iba bien el rojo.

Takuma y Senri se encontraban cerca de Rima y Juri jugando ajedrez, al segundo chico no se le daba muy bien, pero por suerte logró ganarle al rubio.

Pese a escuchar varias conversaciones interesantes, Ruka no se sentía cómoda especialmente esa noche. El primer motivo era porque la noche en pura naturaleza estaba aburrida, y el segundo motivo era porque ya no había visto a Kaname.

La chica pasó toda su infancia amando en secreto a Kaname y realmente le agradó que por al menos una noche, él pensara en ella. Fue aquella vez que él bebió su sangre. Nadie pudo describir la felicidad que eso le producía a Ruka, ni siquiera ella misma podía hacerlo. 

Optó por levantarse y caminar hacia la puerta para tomar un poco de aire. Pareció que ninguno de los presentes se percató de que ella había salido, pero Akatsuki sí lo hizo. Se mantuvo tranquilo confiando en que su prima volvería luego.

Ruka salió del área del Dormitorio de la Luna para caminar por el sendero que daba con el bosque hasta llegar a la fuente que marcaba el inicio del área escolar y los edificios principales.

Se sintió bien al salir por sí misma y disfrutar de un momento a solas. Decidió sentarse a los pies de un árbol mientras se ponía a pensar en varias cosas, pero todo lo que pensaba era rápidamente reemplazado por el pensamiento de Kaname.

Ella debía aceptar que él no iba a verla nunca como algo más que una amiga y una fiel servidora, pero eso no le importaba, seguía amándolo con una fuerza vertiginosa. Se sentía en la cima del mundo con simplemente verlo o escuchar su voz.

Últimamente, pensar en él era lo único que le preocupaba. Había dejado de pensar en las clases, en pasar tiempo con sus amigas o con Akatsuki y Hanabusa. Se había olvidado hasta de ella misma solamente para poder pensar en el amor eterno que le tenía al hijo de Haruka.

Se mantuvo con la mirada fija en las estrellas hasta que escuchó un ruido un poco detrás de ella. Se levantó con curiosidad y caminó hacia donde había escuchado aquello.

Se encontró con alguien a quien ya había visto antes.

—¡Yamanaka! —dijo Ruka al ver a la chica tirada en el piso con una herida en la rodilla mientras su sangre empezaba a salir de aquella cortada.

—Ru... Ruka. —dijo la chica con voz temblorosa. —¿Qué haces aquí? —preguntó calmando su tono de voz.

—Eso es lo que yo te pregunto. ¿No deberías estar ya en la cama? —preguntó Ruka alzándole la mano para ayudarla a levantarse.

—No puedo hacerlo, estoy... —dijo y pausó. —Estoy haciendo algo para una tarea. —completó su frase.

—Ah, entonces, creo que te dejaré sola para que te concentres. —dijo Ruka caminando de vuelta hacia su punto de partida dispuesta a regresar al dormitorio. —Buenas noches. —dijo.

Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora