Capítulo 8

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Todo el ambiente en el Dormitorio de la Luna se sentía pesado. Casi nadie hablaba como solían hacerlo y se volvieron murmullos acerca del recién llegado al cual parecía no importarle absolutamente nada, aunque toda la Clase Nocturna lo tuviera en la mira.

Era el menor de sus hermanos y desde joven demasiado alejado de todos ellos y del resto de la familia. Cuando pudo, se fugó de casa y nunca volvió. Solía escribirle únicamente a Akatsuki para informarle cómo estaba y lograr sacar un poco de información.

Cuando Akatsuki entró a la Academia Cross junto a Ruka y Hanabusa, olvidó que tenía un hermano y nunca más respondió algo y al tiempo dejó de recibirlo. Nagato no era estúpido y sabía perfectamente dónde se encontraba su hermano. De todos los vampiros en el mundo, Akatsuki era el único al que quería mantener en la mira siempre. Era su hermano, su hermano favorito. El único que le prestó atención.

Nagato se encontraba en la sala principal acostado en uno de los sofás, había decidido recoger su largo cabello en una coleta que al final no se veía tan larga. En el sofá del frente, se encontraba su primo Hanabusa, sin decir ni una sola palabra, solamente con su mirada fija en la de él. 

El miembro del clan Kain mordió su muñeca dejando brotar un poco de su sangre, intentando provocar a la fémina que horas antes estuvo a punto de morderle el cuello, dispuesta a matarlo. 

Él mismo bebió su sangre mientras escuchaba gritos, sollozos y un llanto un tanto desgarrador en la planta de arriba junto con quejas y súplicas por parte de los otros.

—Juri, por favor, cálmate. —se escuchó la voz de Takuma, quien se había quedado encargado de cuidarla mientras Senri y Rima estaban en la sesión de fotos habitual de la semana.

Nagato rió de manera cínica mientras terminaba de beber su propia sangre y limpiaba los restos de ella que quedaban alrededor de su boca.

—Te gusta, ¿verdad? —preguntó Hanabusa empuñando ambas manos sobre sus muslos.

—¿Qué cosa? —cuestionó Nagato sin dejar de reír.

—Hacerla sufrir así. —respondió el rubio.

—Ah, sí, como si tanto te importara que pase con Colmillos Preciosos. —comentó Nagato levantando una ceja mientras se sentaba en el sofá, subiendo una de sus piernas a la otra sin despegar ni un solo segundo su mirada de la de su primo.

Arriba, se dejaron de escuchar los gritos y el llanto de Juri. Hanabusa no pudo evitar asustarse por aquello que podía haber pasado. Temía que Juri hubiese herido a Takuma o a sí misma.

Se levantó casi de prisa y corrió hacia la planta de arriba, justo cuando sintió algo diferente en el ambiente; sangre pura derramada. Fue en ese momento en el que pudo ver a Juri bebiendo de la sangre de Kaname, él voluntariamente se la había ofrecido. 

Hanabusa se mantuvo quieto observando esa escena. Pudo notar como Juri lloraba al mismo tiempo de beber de la sangre de su primo, mientras que Takuma estaba acuclillado a su lado acariciando su espalda. Al par de segundos, Juri finalmente se separó de Kaname y lo abrazó, éste correspondió al abrazo y luego tomó el rostro de la fémina entre sus manos. 

—Te comportas como una nivel E. —dijo en un tono un tanto bromista, un tono que ni Hanabusa ni Takuma le habían escuchado. Trató de no darle importancia a ello y continuó observando aquel momento. —Pero entiendo que pase, a Senri le ocurrió antes, así que no sientas que estás sola en esto. —susurró para su prima, pero el miembro del clan Aido pudo escucharlo. Kaname se puso de pie, limpiando la sangre que había quedado en su cuello y se dio la vuelta para caminar de vuelta a su oficina. Al ver a Hanabusa, solamente puso su mano en el hombro del chico y continuó con su trayecto.

Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora