Capítulo 21

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Para Zero, nada estaba bien. Sabía de lo que Yuki podía ser capaz para ver a quienes le importaban a salvo, sabía que habían cosas que la hacían una chica capaz de todo con el solo fin de que aquellos que le importaban no sufrieran. Ella no iba a permitir que Zero sufriera, y Zero no iba a permitir que ella diera su vida por él, por alguien que no lo merecía. 

Corrió al edificio principal sintiendo la esencia de Yuki cada vez más cerca en el aire, corría cada vez más rápido hacia donde la esencia de la chica que tanto quería lo estuviese llamando. Llegó a una habitación y azotó la puerta al entrar. Ahí estaba Yuki, a punto de ser mordida por Shizuka. 

Zero no había vuelto a ver a esa mujer desde que lo mordió años atrás.

Ella, al verlo, sonrió, mientras volteaba a un lado de la habitación, donde alguien con una máscara y tenía en la mano una katana se acercó lentamente a Zero. Podía sentir una conexión extraña con aquella persona frente a él. Se quitó la máscara y entonces Zero supo que se trataba de su hermano gemelo, Ichiru. Le sorprendió que estuviese vivo, nadie hubiese esperado que alguien tan enfermo como él llegase a vivir más del tiempo que le habían dado.

—¿Ichiru? —preguntó Zero bastante confundido y el otro chico rió. Shizuka se levantó y caminó hacia otra habitación lentamente, dejando ahí a Yuki, Zero e Ichiru. Los chicos empezaron a forcejear, a pelear entre ellos. Yuki intentaba mantenerse alejada para no verse involucrada. Rápidamente se dio cuenta que algo no estaba bien entre ambos.

—¡Basta! —gritaba la chica pero ninguno de los dos la escuchó. Solamente pudo ver como Ichiru lastimaba un poco a Zero con la katana y de él empezaba a salir un poco de sangre. 

El atacante se detuvo al percibir un olor extraño en el ambiente, un olor que Yuki no pudo sentir, pero que al parecer Zero también pudo sentir al igual que Ichiru. 

Ichiru salió de la habitación bastante a prisa y Yuki se acercó a Zero para intentar ayudar en algo, aunque era inútil que lo intentara, no podía hacer mucho. El joven ignoró por completo aquel gesto de la chica y, tambaleándose, caminó hacia donde Ichiru había ido. Algo lo estaba llamando y no podía ser nada bueno. 

Yuki permaneció ahí, sentada en el piso, intentando entender qué había sucedido. 

Al parecer, aquello que había llamado la atención de Ichiru y Zero también había llamado la atención de los miembros de la Clase Nocturna, que no podían ignorar el olor a sangre que emanaba del edificio principal. Rápidamente, y sin importarles si Kaname o alguien más les decía algo, salieron camino a aquel lugar para intentar averiguar qué era lo que estaba sucediendo.

A mitad del camino se percataron que era la sangre de un sangre pura y temieron que Kaname estuviese herido, aunque conociéndolo, sabían que no se le podría lastimar tan fácilmente, así fuese Shizuka Hio quien quisiera dañarlo y que conocieran el odio que ella le tenía a él.

Se tranquilizaron lo suficiente como para poder darse cuenta que la sangre no era la de Kaname, Juri, quien había bebido de él, notó que la esencia no era la de la sangre de Kaname, lo cual le dio alivio a ella y al resto de sus compañeros.

Dentro del edificio, Ichiru Kiryu mantenía entre sus brazos el cuerpo de Shizuka Hio en su lecho de muerte, quien le estaba pidiendo que no se sacrificara por ella y que no iba a beber su sangre, como él se lo estaba solicitando. Ichiru estaba seguro que Zero la había matado, aunque a la vez sabía que no era posible que eso hubiese sucedido. 

El joven abrazó por última vez a aquella vampiresa que le había dado la oportunidad de amar, aunque no fuese verdadero amor. 

—Creo que después de todo, no soy inmortal. —comentó ella acariciando la mejilla del chico, quien lloraba desconsoladamente. Era el fin de Shizuka Hio, aunque no fuese el fin de la tortura que le ocasionaba a Zero. 

Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora