Capítulo 36

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—Es hora... —dijeron ambos al mismo tiempo. Ella bajó su mirada y él sonrió. 

Siguieron caminando mientras el joven permanecía en silencio hasta que una de las amigas del hijo de Rido se paró frente a ellos. 

—No me importa quien seas, pero no voy a permitir que uses a Senri para esto, que uses su cuerpo y su voz. —dijo la chica frente a ellos. 

—Rima, no... —se aproximó la castaña pero el joven la detuvo. 

—Por favor, Rima, no lo hagas. —dijo Takuma. 

—No, déjala. —dijo el otro antes de empezar a pelear con ella. 

Irina seguía siendo detenida por Takuma, hasta que en un descuido, este la soltó. Sin embargo, antes de que pudiera interferir, escuchó a la chica hablar. 

—¿Acaso eres tan débil, Senri, que dejas que alguien te controle? —al pronunciar estas palabras, el cuerpo que mantenía el alma de Rido Kuran se desplomó, la castaña lo sostuvo. 

—¿Todo ha terminado? —preguntó Takuma. 

—Oh no, apenas está comenzando, lo peor está por venir, te lo aseguro. —respondió ella para luego ver como Rima se desplomaba. 

Llevaron a ambos al Dormitorio de la Luna, donde todo estaba listo para la siguiente etapa. Ella se quedó un tiempo para cuidar a Rima. La chica despertó luego de bastantes horas. Ya había amanecido. 

—¿Senri está bien? —fue lo primero que dijo al ver a la mujer, a quien despertó. 

—Sí, está bien, despertará pronto. —respondió cuando pudo. Rima solo pudo sonreír levemente. 

—¿Necesitas algo? —preguntó la castaña. La chica negó con la cabeza. —Bien, entonces, te dejo, tengo que hacer algo. —dijo mientras se daba la vuelta y caminaba hacia la puerta, la cual dejó abierta. 

Salió con una completa tranquilidad, y caminó hacia donde estaba el cuerpo de Rido.

Sabía que lo peor estaba a penas comenzando.

Antes de que la guerra se desatara, Ichiru y Takuma se habían encargado de ir a dejar el cuerpo de Senri a una habitación para que pudiese descansar y recobrar fuerzas para poder reincorporarse. El rubio se quedó con él, mientras esperaba que Juri llegase.

La hija de Rido había estado la noche anterior junto a Kaname esperando a que Yuki pudiese ser transformada. Todos sabían que el momento iba a llegar pero nadie esperaba que fuese tan pronto. Solo sabían que se avecinaba lo peor.

Juri corrió hacia la oficina de Kaname, donde Takuma había dejado a Senri. Al entrar, los vio a ambos, Senri durmiendo y Takuma a su lado, sin dejarlo de observar. Corrió con mayor velocidad hasta estar frente a frente con ellos, abrazó a su primo.

—¿Todo ha acabado? —preguntó Juri y Takuma negó con la cabeza. Ella asintió y acarició la mejilla de su hermano por varios minutos. Tal vez esa noche no iba a desatarse la guerra, pero sabía perfectamente que no iba a pasar un día completo para que la guerra se desatara y con ella, el infierno para todos ellos.

—Rima ya ha despertado. —dijo al rubio y él asintió. —Y Kaname ha ido a destruir el Consejo de Ancianos, el abuelo ha estado jugando con cartas sucias hacia él. —agregó la chica y Takuma se sorprendió. 

Ambos sabían que debían hacer algo, sabían que probablemente ambos debían ir a enfrentar a Asato, pero antes de decidir algo, se quedaron dormidos, Juri con su cabeza apoyada en el hombro de Takuma.

Ichiru había ido hacia donde el cuerpo de Rido se encontraba y ahí vio a Irina, quien se mantenía lo suficientemente alejada de él como para que Ichiru pensara que ya todo entre ambos había terminado. Se mantuvo apoyado en el umbral de la puerta que no se dio cuenta que alguien más estaba ahí. Kaname había derramado sangre sobre el cuerpo de Rido. Ya estaba hecho, él iba a renacer.

Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora