La Reina Ilegítima

Desastre

Mi mamá se fue llorando de ahí, dejándome sola. Después de ese incidente, mi mamá se mudó a otro lugar lejos de la granja, y perdí toda clase de contacto con ella.

Siempre me había preguntado porque ese distanciamiento, esa falta de afecto de mi mamá hacia a mí. Finalmente lo comprendí, mi mamá no me quería, nunca lo había hecho y tal vez hasta me odiaba. Sus palabras fueron demasiado duras, pero ella siempre había sido así conmigo... Yo fui la que ciegamente creyó que era algún otro problema el que hacía que ella se portara así. Para ella yo no era nada.

Y al parecer no era la única...

Para mis abuelos, para los trabajadores de la granja, para todo aquel que viviera en este pedazo de tierra, mi vida, mi existencia como persona no era una cosa buena...

¿Por qué las cosas eran así? ¿Qué había hecho mal?

Lo único que podía imaginar era que mi nacimiento nunca había sido bien recibido. Yo era la causa de todos los problemas. No quería que esto fuera cierto, deseaba que fuera una mentira, pero los hechos no apuntaban hacia un error en mi suposición.

  Los demás niños tenían derecho a jugar, pero jamás fueron mis amigos, apenas me veían, murmuraban cosas, se reían de mí y me arrojaban piedras.

Pero aún así, en mi tiempo libre iba con los animales, me olvidaba por un rato de mis obligaciones en la granja.