Surprise

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-¿QUÉ? ¿Vendrá por ti? Así que por eso vienes tan arreglada.

Y no por nada, la oriental se veía deslumbrante, llena de vida, como si algo la hubiera cambiado. Su mirada y su sonrisa mostraban felicidad pura, que salía a través de una seguridad que acaparaba la atención de cualquiera. En cuanto a su físico, había asistido a la escuela con un vestido corto color rojo, chaqueta azul oscuro con detalles dorados y flats del mismo color.
-Alya... Has estado gritando todo el día. Créeme que si tuviera oportunidad, ya me habría escondido en cualquier bote de basura.
-Es que en verdad no lo puedo creer. Hace unos días creía que aún sufrias por Adrien y...
-¿Me llamaste Alya?

Se escuchó la voz amable del ojiverde que se acercaba a la salida del plantel, alarmando a las dos jóvenes.

-Ah, no Adrien. Nada en particular ¿has visto a Nino? Lo estoy esperando.
- Está aún en el salón.
-Gracias. Marinette iré a buscarlo, aguarda.
<<Este día solo me has estado metiendo en problemas, ya verás Alya>> refunfuñaba en su mente.

-Hey Marinette. Hace mucho que no hablamos ¿Qué tal? -Se dirigió a la azabache con una sonrisa.
<<¿Qué? Por qué me está hablando de la nada, hace poco que me ignoraba>>. Anonadada, sin comprender ¿por qué ahora?  ¿Acaso era una broma de mal gusto? O simplemente era un hipócrita que buscaba enterarse de algún chisme.

-Ah, Adrien. Estoy bien gracias ¿Y tú? ¿Necesitas algo? - Respondió amablemente.

-No, nada. Hacia unos días que he querido saludar, pero la última vez que te vi estabas acompañada, no quería interrumpir. -Se esforzó el joven para ocultar la intriga sobre quién era aquel pretendiente de la ojiazul a través de una risa y movimiento de negación en las manos.

-Creo saber cuando - con una gran sonrisa hizo una pausa, se había puesto sonrojada al recordar el beso que Marino le proporcionó.
- Yo también hubiera hecho lo mismo. - ofreció una tierna sonrisa.
-Me da gusto que hayas encontrado a alguien. Espero seas f...

-Adrien. ¿Por qué te alejaste de mi? Creía que no te caía bien.
¿Acaso la joven quería volver a indagar sentimientos del pasado? No, únicamente quería desenmascarar la curiosidad de aquel rubio, que para su gusto no fue nada agradable.

-No, Marinette. Lo que sucede es que bueno, yo... El rubio  pasó temeroso y se rascó la nuca. Lo analizó, ya no quería adentrarse más en escuchar una respuesta que la pudiera confundir, así que intervino a secas velozmente, se había arrepentido de su arranque emocional.

-Oh ya entiendo, deduzco la respuesta Adrien. No te apures si no quieres decirlo, ya pasó. Estoy segura que lo que menos quisiste fue lastimarme.
-Lo siento en verdad.

-¡Marinette! -Llamaron a la chica. Ambos estudiantes voltearon y fijaron su vista en Marino.
-¡Hey Marino! Eres puntual. - Exclamó la azabache con una sonrisa reluciente.
El chico se acercó, tomó su mano y proporcionó un beso en su mejilla.
-¿Estás ocupada? ¿No interrumpo?

- Cuestionaba al observar tranquilamente al rubio.  <<Primera vez que veo en persona a la contraparte de Adrienne, sus rasgos son muchísimo más similares en comparación con Marinette y yo.>>

-Marino, el es mi compañero de clase; Adrien.  Adrien, el es con quien  estoy saliendo; Marino.

Los jóvenes apretaron amistosamente sus manos mientras se ofrecían una cálida sonrisa.
-Disculpen si les estoy quitando su tiempo. Me retiro, pasen un agradable día.
-No te preocupes, Adrien. Gracias.

-¿Estás bien, Marinette?
-Si, ¿por qué la pregunta?
-Recuerda que te conozco. En mi mundo yo también estaba enamorado de Adrienne.  - Comenzó a reír.

Era verdad, ella no podía ocultarle nada, pero ¿y el? Actuaba tan natural, proporcionando cariño, confianza, seguridad...
... Todo lo que cualquiera espera, desgraciadamente; ¿perdurará?

-Hmm, si. No pasa nada. Hey, ¿a dónde iremos?
-Es sorpresa, mariquita. ¡Ven!

Nuevamente se adueñó de su mano tratando de tener credibilidad en sus palabras. Comenzaron a correr como si fuesen dos pequeños.

-¿A dónde me llevas?
-Olvidé algo muy importante en casa, es necesario. No me mates.
-¿E-en serio? - Su tono de voz además de estar agitado, mostraba ternura. Suponía que se había emocionado tanto al verla de nuevo que se enajenó de otras cosas. Algo que frecuentemente le ocurría a ella.

-¿Estás molesta? - Se detuvo para tomar ambas manos y observarla a los ojos.
-No, te entiendo completamente. Desapercibido, el oriental sintió como la azabache le obsequiaba un tierno beso en la mejilla, tratando de hacerlo sentir mejor. Rieron y siguieron el camino.
A unos cuantos pasos de llegar al edificio, nervioso, titubeó.
-Marinette, verás...
-¿Qué pasa?

-Digamos que el chico con el que estoy viviendo es un tanto bromista, estilo... Alan quiero decir, Alya en esta dimensión cuando está exaltada por alguna noticia sobre superheroes o un buen chisme tuyo referente a la persona que te gusta.

-Cariño, está bien. No te preocupes, ambos podemos con ellos. Tampoco finjas cordura cuando sabemos que los dos en ocasiones también la perdemos.
-S-sólo espera...

El ojiazul abrió la puerta, la condujo hasta la parte más alta. Nuevamente estaba otra puerta que daba a otro apartado. La chica estaba nerviosa, sabía que su contraparte no planeaba otro tipo de situación ¿o si? Sonrojada, se escapó de sus labios un ligero grito de nerviosismo.  Sin previo aviso, el departamento ya era visible ante sus ojos, dejando a la vista de dos jóvenes la mirada pérdida de la pobre y quizás mal pensada Marinette.

- Pero si es la jovencita del otro día. ¡Hola! ¿Ya son novios o es sólo una salida casual? - exclamaba el pelirrojo al agitar su mano cerca del rostro de la chica. - Cheng, parece como si hubiera visto un fantasma... Por cierto ¿No es muy temprano para que estén aquí? Aun no me iré.

- Mathias, cualquiera que vea tu horrible rostro y escuche tus promiscuidades se pondría así. -refunfuñó al golpear la mano de su compañero. -Hey Marinette, no te asustes a esto me refería hace un momento con el tipo desequilibrado . A pesar de todo es bueno.

-En la tienda honestamente parecía una persona normal pero ya veo que... - musitó.

-¡¿Qué?! - Exclamó indignado el pecoso
-Ah,  d-dije que honestamente usted es una persona normal. - suspiró.

-Deberías aprender de tu dulce novia, Cheng, ella valora mi personalidad ah querida por cierto, no me hables de usted insisto, soy más grande que ambos sólo por 5 años, no es mucho.

-Quien lo diría, Math haciéndose el propio... Oye, necesito las llaves.

El ojiverde los observó a ambos de reojo con una sonrisa un tanto extraña.
-Ah... "Esas llaves", las olvidaste en la mesa.
-Vale.
-¡¿Llaves?! <<¿Para qué unas llaves? En S-serio ¡¿A dónde vamos?!

Hola! Hasta aquí este cap, estoy usando un poco de doble sentido espero no se incomoden XD  Disculpen no he tenido inspiración y luego enferma aaaay..... U.u trabajo, escuela y bueno aquí entre nos ya casi es el cumpleaños de mi hermano (tiene muy poquito que falleció)  y me pone algo chipil. Agradezco que se tomen el tiempo por leer, votar y comentar.

HEY HEY TU EL QUE LEES :D 

Una PREGUNTA ¿quieren lemon? No he escrito ese tipo de cosas pero, por los lectores ya saben que uno aquí está para escuchar sus opiniones. ._____. 

&quot;Coincidence&quot;.  ML Marino x Marinette Donde viven las historias. Descúbrelo ahora