Amitié

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No muy lejos, en la avenida Gotlib, se encontraba caminando Marino en dirección al edificio donde paralelamente se encuentra su hogar.

El chico visualizó la construcción, no cambió mucho a excepción del nombre de la panadería que se encontraba en la planta baja lo cual llamó su atención ;" Tom y Sabine".

<<Supongo que así se llaman las contrapartes de mamá y papá >> Se argumentaba a sí mismo.

Los nombres de sus padres son Tony y Shaiming.
Tony es una mujer francesa, de tez clara, delgada, cabello castaño, buen sentido del humor y muy trabajadora. Algo sobre protectora pero nada fuera de lo normal cuando se trata de alguna chica que tenga que ver con Marino.
Shaiming, un hombre alto, algo fornido proveniente de China, es muy tranquilo, demasiado trabajor, en sus tiempos libres imparte clases de chino a su hijo.

<<Qué recuerdos, los echo de menos... >>

El joven de rasgos orientales se encontraba a punto de abrir la puerta del negocio. Giró la perilla, un tintineo se escuchó al momento de abrir.
El joven se adentró en aquel acogedor lugar, los rayos del sol se habían apoderado del lugar, dándole colores sepia; un ambiente demasiado nostálgico.

Marino observaba los estantes de pronto se perdió unos cuantos segundos en recuerdos, recuerdos de su dulce infancia.

Flashback :
-¡Marino, deja de hurtar los croissants que recién hizo papá, es el tercero que escondes en tu overol! —Gritaba su madre entre risas mientras perseguía a su pequeño de 4 años.
-No mami, a mi me gudtan mucho. A que no me atapas-Retaba el infante de mejillas rosadas con dificultad de pronunciar correctamente las palabras mientras sacaba de la parte del pecho del overol lo que restaba de un croissant para proporcionarle otra mordida.
-Hijo, no comas mientras corres. Eres muy travieso ¿sabes? Shaiming tenemos un prófugo haciendo de las suyas - se quejó su madre juguetonamente.
-¡Te tengo mi pequeño león marino! - Gritó su padre al atrapar al pequeño, hacerle unas cuantas cosquillas y subirlo a sus hombros. Al bajarlo, ambos adultos proporcionaron besos en las mejillas de su hijo. Su madre, lo cargó y se dirigió a la parte alta del hogar.

Fin del flashback

-Muy buen día, hijo.  ¿Buscabas algo en especial? - se acercó a él una mujer de baja estatura, cabello corto color negro azulado al igual que el suyo, ojos rasgados y sonrisa reconfortante. Portaba una blusa oriental color blanco.
-Muy buen día, madame. Es la primera vez que vengo, me han dicho que es la mejor panadería de París ¿Qué me recomienda? . -contestó educada mente el oji celeste.
-Ah, haberlo dicho antes. Los croissants y baguettes se encuentran por aquí, es la especialidad de la casa, le agradezco mucho su preferencia. Por lo visto no eres de aquí ¿verdad?
-Gracias y no madame. Vengo de Shangái , estoy temporalmente viviendo solo en París.
-¿En verdad? También vengo de Shangái. ¡Qué pequeño es el mundo! ¿Puedo decirte algo?
-Adelante.
-Me recuerdas mucho a mi hija Marinette. Tienen mucho parecido. 

<<Así que Ladybug se llama Marinette>>

-¿Marinette? Es un nombre muy lindo, ¿sabe? Es curioso, mi nombre también es similar. Me llamo Marino,  un gusto - se presentó con una sonrisa mientras extendía la mano a Sabine.

-Qué bonito nombre, un gusto Marino. Yo me llamo Sabine, y él es mi esposo Tom. Mi hija no se encuentra, sino también te la presentaría. - presentó al corresponder el saludo.
-No se preocupe, será en otra ocasión.

El peliazul escogió unas cuantas piezas de pan, se acercó al mostrador. Sabine las colocó en una bolsa de papel,  recibió el dinero y entregó el cambio.
-Esperamos verte pronto, hijo. Suerte en tu estancia aquí, por ahora tienes a dos amigos más - dijo Tom mientras abrazaba a Sabine.
-Son demasiado amables, se los agradezco. - Marino hizo una reverencia y salió del negocio.
<<Vaya suerte, ahora resulta que no estás, Marinette>> divagaba con cierto fastidio el chico de cabello azabache.
-¿Vendrás más tarde? - susurró Ikke que se encontraba escondido.
-Quizás después, le diré a Hawk Moth que necesito tiempo. Cuatro meses es poco para entablar por mínimo una amistad sólida con aquella chiquilla.

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<<¡¿Para qué pediste la dirección, Marinette?! Van a pensar que lo estás acosando>> Se regañaba mentalmente la joven de cabello oscuro sin haber notado que hacía muecas de estarse tragando la vergüenza más grande de su vida.
El pelirrojo se había dirigido al fondo de la tienda, detrás del mostrador tomó una hoja y un bolígrafo que estaba a lado del computador y la caja registradora, rápidamente escribió la dirección y se acercó a Marinette con una sonrisa un tanto pícara por su parte la joven lo observó extrañada.

-Esta es la ubicación, señorita Marinette. Tiene suerte que no está lejos de aquí. 
-Le agradezco, mucho.
-Un placer, la esperamos pronto en L'emporium, pase un buen día.

La joven hizo una reverencia en forma de despedida, a la entrada de la tienda se quedó pensando en por qué no preguntó el nombre del susodicho. Estaba demasiado ansiosa, nerviosa, tomaba demasiado fuerte el pequeño papel como cualquier niño que se apodera completamente de su objeto transicional o alguna golosina que mamá y papá le premian. Sus manos sudaban frío, ahora no sólo sabía en dónde trabaja aquel chico tan amable de rasgos orientales, ahora también sabia dónde vivía. Sin querer se fue adentrando en su contexto, ese contexto del cual inconscientemente quería formar parte o quizás ya formaba.

"19 th. Rue Copernic St.  (Último piso) ".
Leía y releía la nota. Cerraba innumerables veces los ojos acompañados de suspiros, el corazón  parecía que se le iba a salir. Seguía caminando, unos minutos después encontró un edificio con el número 19, aproximadamente tenia 5 plantas. al parecer ya había llegado.
Tal y como dijo el joven ojiverde, el departamento no quedaba muy lejos de la boutique.

Se acercó a la puerta principal, buscó un timbre que perteneciera al último piso. Tragó saliva, sus nervios la querían traicionar haciéndola volver a casa, pero realmente no tenía otra opción. Ya había llegado muy lejos ese día.
<<Aquí está, Dios... Llegó la hora>>

Dudosa, tocó el botón, esperó un minuto. Al no tener respuesta, volvió a tocar, se hizo unos cuantos pasos hacia atrás para ver si alguien se asomaba por las ventanas, pero al parecer no había nadie...
-Uy Tikki, creo que no está. Vámonos, qué mala suerte. - dijo victoriosa la peli azul pero en el fondo desanimada  y se dio la vuelta.
-Espera un poco, Marinette.
La chica se quejó, volvió a tocar el timbre, pero el resultado era el mismo; nadie.
Prosiguió  a darse la vuelta una vez más  pero para su sorpresa, a unos cuantos metros se encontraba aquél que estaba buscando. Como dos imanes, ambos buscaban sus miradas, se vieron fijamente a los ojos, fue como si el tiempo se hubiera detenido, no existía nada ni nadie más que ellos, no existía ni siquiera el miedo, la inseguridad, la vergüenza, sólo dos corazones que sufrían arritmia emocional, pupilas dilatadas, deseos mutuos de conocerse, entablar una conversación que quizás llegara a una amistad, siendo esta la pequeña diferencia, la pequeña puerta de esperanza para ser  algo más, algo que quizás podríamos llamar; amor...

Ay Dios que cuuuursi XD jajajajajaja
Espero les guste disculpen las faltas aiñ. Quizás voy lento en los encuentros pero, tómenle el saborcito a la espera :'3 no coman ansias que estos dos tienen todo el tiempo del mundo. Gracias por seguir la historia <3
Señorita Laleloudii hago mención de su nombre porque la neta no tengo contactos para la nominación jajajajaja así que le dedico este capi. :v

&quot;Coincidence&quot;.  ML Marino x Marinette Donde viven las historias. Descúbrelo ahora