Jalousie

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Mi corazón palpitaba a mil por hora, me encontraba con una tremenda cólera, corriendo entre los tejados sin rumbo alguno, demasiado ansiosa por saber en dónde se encontraba mi azabache; sentía que de algún modo le había fallado a pesar de no haberle correspondido a mi antiguo compañero...

Me detuve para tratar de tranquilizarme, las piernas me temblaban puesto que había entrado en pánico, sentía mi garganta seca y con una especie de dolor en el pecho por lo mismo.

-¿Acaso te están persiguiendo?

Aquella voz me hizo dar un pequeño salto, asustándome. Giré rápidamente y me encontré sin querer con él ; mi querido Marino.  Un gesto de desgano se vio reflejado en mi rostro, rechinando dientes y con puños cerrados me acerqué a su cuerpo. Con aquel puño derecho que había apretado de enojo golpeé levemente su pecho al mismo instante que me posaba bruscamente en este.

-Hmm ¿y a ti qué te pasó? Peleaste con "sexy noir"-Me preguntó con cierta indiferencia que ligeramente se notaba, lo que no comprendí fue si la frase en donde etiquetaba a Chat Noir era una pregunta o afirmación. Sus brazos no me rodeaban, me sentía de alguna forma desprotegida.

-No quiero hablar de ello.

-¿Por?

-¡Te dije que no quiero hablar de ello, Marino!

Mis impulsos hicieron que le diera la espalda al cruzarme de brazos.

-Como quieras. - Suspiró.

Voltee de reojo, algo apenada por haberle gritado. Al concentrar mi vista en él, me paralicé al ver cómo se alejaba poco a poco de mí.

-E-espera. ¿A dónde vas de nuevo?

-Creo que Ladybug tiene muchas cosas en qué  pensar, en especial por aquel beso. 

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, el sonido del viento se hacía cada vez más intenso entre los tejados. Mis ojos, al igual que una niña pequeña a la cual acababan de descubrir al hacer una travesura comenzaron a enrojecer con el fin de llorar. Sin embargo, no había cometido ninguna travesura, al contrario; me negué.
<<Lo vio todo>>

- Alto, por favor ¿Desde qué parte viste?

Su mirada era diferente, tenía una expresión seria pero a la vez de decepción. 

- Antes que nada ¿Pensabas ocultarmelo?

-N-no Marino, sólo que en el momento no me sentía lo suficientemente valiente para contarlo.

Rascó su nuca al mismo instante que desviaba su mirada y hacia una mueca de nerviosismo.

- Creo que lo vi todo, no quería espiarte realmente. Sólo quería saber qué hacías.  - musitó - Vi como te tomaba aquel estúpido y te acercaba a su rostro. No soporté y decidí alejarme, en unos instantes te encontrabas corriendo cerca de donde me encontraba... Lo poco que vi fue suficiente y honestamente no sé qué pensar.

-T-te equivocas. Le di una bofetada inmediatamente. ¿Eso no lo viste?

En un arrebato, sostuve sus manos con desesperación. Mis ojos contenían una mirada de súplica, esperando una aceptación, una reacción positiva.  Quería que me creyera, no decía mentiras.

-Confía en mí, Marino.

No hay mejor y peor acompañante en estas situaciones; el silencio.

-Está bien. Tienes razón, además, me consta que fue él... Aunque me hierva la sangre de saber lo que hizo, la próxima vez que lo vea, le dejaré algunas cosas en claro. Marinette, no quiero que te le acerques si no estoy cerca de ti.

-¡¿Así sin más me lo impondrás?!

El peli azul correspondió mi tacto y entrelazó sus dedos con los míos.

-Por favor...  - Susurró

-D-de acuerdo...
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Pasaron algunas semanas desde que sucedieron aquellos conflictos que podían quebrantar la relación de los azabaches. La vida de cada uno parecía que había encontrado un punto de equilibrio desde entonces. Chat Noir no volvió a comportarse de manera comprometedora con Ladybug, parecía que se había resignado, pero era algo erróneo, como león en temporada de caza, únicamente esperaba sigilosamente el momento adecuado.

Marinette asistía tranquilamente a la escuela, siempre atareada y con prisa de querer realizar todos sus deberes a tiempo para poder pasar tiempo con su familia, su amada contraparte y vencer cada akuma con el que Hawk Moth amenazaba París. 

Marino seguía trabajando en L'emporium a lado de Mathias y viviendo con el mismo. En aquellos días, la presencia de Marinette en el departamento de los jóvenes era más ocasional, al pelirrojo no le molestaban sus visitas, a decir verdad, los orientales lo hacían sentir con cierta nostalgia que le recordaba a su familia y por supuesto, no faltaban sus típicas bromas que dejaban al destape la imaginación de sus víctimas.
Noelia se hacia presente de vez en cuando con ambos jóvenes a lado de su esposo, quien aprovechaba cada momento en el que se encontraba sólo con el oji celeste para que rindieran cuentas con el avance del plan, no se sabía aún cuándo, pero el día estaba muy cerca; eso ponía muy pensativo a Marino.

-¡Cheng, te estoy hablando!  Todo el día has estado en las nubes, pensativo, Espera, no me digas que: ¿acaso ya seré tío? 


Hola mucho tiempo sin escribir, las ideas se me secaron bien feo jajaja pero se me vino a la mente varias cosas y ya.... Creo que escribiré más seguido, perdón por abandonarlos :/ luego edito bien este capítulo, espero les agrade (compartiré mis fanarts XD) 








&quot;Coincidence&quot;.  ML Marino x Marinette Donde viven las historias. Descúbrelo ahora