Blessures

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En un rincón  del piso se encontraba sentado el rubio, colocando su rostro entre sus piernas y recargando sus brazos que se entrelazaban entre ellos mismos sobre sus rodillas. En los nudillos derechos, hematomas con coloración severamente oscura y rastros de sangre advertían a la joven  de que algo grave había pasado.
-¿E-estás bien, Adrien?  Contesta por favor. <<¿Y si está inconsciente? ¡¿Qué demonios hago?! >>.

Sin accionar a aquellas palabras,  lentamente se acercó a él, orientándose junto a su compañero en cuclillas y situando su mano en el hombro de este. Con leves sacudidas, esperó alguna señal de su parte. Al no haber respuesta, se levantó inmediatamente.

-¡Tengo que pedir ayuda, no puedo dej...

Una mano zarpó con rudeza al tobillo de la peli azul, privando cualquier movimiento y haciéndole surgir un sutil grito ahogado que interrumpió su frase. Bruscamente accionó a rotar su cabeza para visualizar alterada al modelo que a su anterior juicio estaba desvanecido.

-No, Marinette. No busques a nadie.

-Adrien.

El rubio la soltó y desvió su vista, tratando de ocultar su rostro.

-Te he dejado el tobillo rojo, siento mucho mi agresividad.

Marinette no había tomado mucha importancia a aquella acción, parpadeo tres veces de manera pensativa y bajó la mirada para rectificar las palabras del chico que se encontraba algo arrepentido. Su extremidad tenía claramente marcada la mano de Adrien, sin embargo, no sentía dolor alguno.

-Ah, esto... No te preocupes, creo que mi piel es un poco delicada.  - Trató de consolar para evitar que se sintiera culpable de algo tan mínimo.

-Adrien ¿qué sucedió? Déjame ver tu mano.

La oji azul se reacomodó a un lado del joven Agreste, quería ayudarlo de alguna manera, a pesar de ello, su compañero se contenía.

-Siento mucho que me veas en estas condiciones, esperaba que nadie me encontrara en este sitio. Sin querer me quede dormitando y dejé de estar alerta unos minutos por si alguien llegaba. - Su voz se escuchaba serena.

Entre la sombra que hacía su pecho y rostro al estar pegado entre sus piernas, ligeramente brotó una sonrisa que claramente para los ojos de Marinette fue falsa.

-Adrien, por favor déjame ayudarte. Insisto. Ya no hay nadie por los pasillos, vayamos con cautela a la enfermería.

-No iré, no pasa nada. No te preocupes...

-Adrien...  Está bien si no quieres ir, por lo menos déjame buscar algo para tu mano,  no se ve nada bien. ¿Me esperarás y dejarás que vaya por eso? Por favor.

El comportamiento del rubio era extraño, a pesar de ello, la insistencia de la joven rindió frutos y este provocó un sonido con los labios cerrados dándole a entender asentimiento.

-No tardaré, por favor no te vayas.

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Una bella rubia, de ojos verdes, cabello largo, vestido azul entallado, medias de encaje, botines y abrigo largo color negro se hizo presente en la tienda. Volteaba sutilmente a ver a las personas que estaban adentro y al mismo tiempo fingía una mirada perdida entre los aparadores.

-Buenas tardes, mademoiselle. Bienvenida sea a L'emporium ¿buscaba algo en especifico? 

-Buenas tardes, madame. Si, de alguna forma aunque, no busco algo en especifico, busco a "alguien.

Oh... ¿Alguien? Dígame,  ¿de quién se trata?

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El eco de pisadas apresuradas se apoderaban de los pasillos de aquella escuela, acercándose ruidosamente al espacio en específico de la biblioteca.

- ¡Ya estoy aquí!

Marinette corrió al lugar donde había visto hace poco a Adrien, pero, el esporádico recuerdo de sus siluetas era lo único con lo que se encontró.

-Adrien... Me mentiste -musitó preocupada.

Suspiró y dio la media vuelta.  Se acercó a unas bancas sin percatarse de la presencia que la acompañaba.

- Aún sigo aquí, Mari.

Aquella voz le provocó un leve susto, haciéndola sentir cómo su sangre se helaba y la recorría hasta los talones.

-Nuevamente me pegaste un susto, Adrien.

-Lo siento...

-No hay problema. Ven, siéntate aquí, déjame curarte.

Ambos jóvenes se sentaron. Ninguno fijaba su vista en el otro por aquella situación tan incomoda, después de unos cuantos segundos, él tendió su mano sobre la mesa, dirigiendola a la ubicación de su compañera. Esta por su parte, analizó los nudillos, fue tal y como lo había visto: hematomas con rastros de sangre.

-¿Te has peleado con alguien?

-No, realmente no fue así. Fue una tontería mía.

-¿Tontería tuya?  ¿A qué te ref...

Sin poder terminar aquella frase, la ojiazul había levantado su mirada para ver el rostro del modelo, aunque, lo que observó en él le provocó más escalofríos, sus ojos se dilataron. Aquel rostro había sufrido algunas cortadas en los pómulos y labios, quizás nada de qué preocuparse aunque, no era normal.

- Ya que estas aquí preocupándote y ayudandome, creo que lo mejor será que te diga sin rodeos qué pasó. ¿Puedes guardar un secreto Mari?

-Claro

-Es demasiado absurdo el por qué lo hice. Tuve un ataque de impotencia en el baño, por un tiempo me tragué estos sentimientos hasta que no pude más. Comencé a golpear desesperado la pared, después el espejo y así fue como me pasó esto. ¿Es demasiado inmaduro, no? - bufó - No había razón, es sólo que; ya no soporto ver a mi amada con alguien más... 

-¿Tu amada?  -  Cuestionó al mismo momento de comenzar a limpiar las heridas del rostro, al joven Agreste le ardía lo que le estaban aplicando pero continuó a compartir su anécdota. A pesar de que los sentimientos de Marinette habían cambiado completamente por Adrien y no sentía más que un afecto algo muerto con una cantidad de decepción, el escuchar esas palabras le provocaron un nudo en el pecho, haciéndola tragar saliva.  Bien se dice que lo que dejó el primer amor no se olvida tan fácilmente...

-Auch, arde un poco... Si, ella.  Me le he declarado hace unos días, esperé mucho este momento pero, no sucedió nada, infortunadamente alguien más se adelantó.

-Oh, ya veo. Me temo que eso es triste pero, pff ella no sabe a quién ha perdido. Eres especial Adrien. - Argumentó tratando de animarlo, aunque fue todo lo contrario.

-Te equivocas Marinette, no lo soy. - pausó - Incluso a ti te traté  mal.

-Eso fue porque estabas enamorado y lo entiendo perfectamente, no lo menciones eso ya pasó, tranquilo. Ahora yo también lo estoy y sé que sólo piensas por el bienestar y la felicidad del otro. Ten entiendo completamente, no sé qué haría si a Marino se le acercara alguien más.

- Aun así Mari... Quizás fue completamente mi culpa por no mostrarle, quién era yo realmente...  <<Por no mostrarle que realmente era "alguien más" que su compañero >>... 

Espero les guste <3

(Mi version de Marino, si compartes por fa bebé hermos@ da créditos)  Si tiene errores luego corrijo.
❤  Me gusta leerlos mucho en los comentarios, los quiero,  saludos.

&quot;Coincidence&quot;.  ML Marino x Marinette Donde viven las historias. Descúbrelo ahora