Secrets

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El bullicio en aquella tienda departamental había desaparecido como por arte de magia. Los empleados concentraron su vista descaradamente al gerente y a su acompañante. Del primero, emanaba un aura muy despreocupada, del segundo, se podía decir que no quedaba nada de tranquilidad en ella.

Manos sudorosas, taquicardia incontrolable, un bulto de ropa tirada en el suelo por un descuido y una cabeza que flameaba vergüenza, queriendo ocultarse en lo más recóndito del planeta era lo que quedaba del joven Marino Cheng.

-Ya contéstame, Cheng. -Suplicaba al juntar sus manos como si fuese a hacer una plegaria a los cielos (En la ridícula mente de Mathias se encontraba Marino disfrazado de lobo,  asechando a la joven Marinette que estaba en el rincón de un árbol, llorando desconsoladamente) - Por lo visto no me equivoco, no lo puedo creer ¿Qué has hecho con esa pobre florecilla? Y lo peor, en la misma habitación que compartimos. ¿Cómo pudiste haber hecho esto?  - Del pelirrojo una voz dramática y que fingía llanto surgió.

-¡YA CIERRA LA BOCA DE UNA MALDITA VEZ MATHIAS! - Con impulsos provocados por la vergüenza, el ojiceleste tomó del cuello de la camisa al pecoso.

-Oh no, nuevamente me golpearás ¡Ayuda! Aunque ha decir verdad, realmente no me importaría, es la persona que más amo quién lo har...
-Comenzando a agitar el cuerpo del gerente (que este por su lado no aguantaba la risa al ver el comportamiento de desesperación del empleado)  el azabache cerró los ojos de tal carga que ya no podía esconder.

- ¡A veces quisiera saber si hay un modo de que guardes silencio! Marinette no está embarazada y todo mundo está creyendo que es verdad lo que estás diciendo ¡Ahh, maldito Bonnet me las pagarás! 

-¡¿Qué?! ¡En serio ya estás enojando?

-¡Muy bien se acabó el espectáculo, vuelvan todos a trabajar! -Intercedió la voz autoritaria de una mujer madura en la entrada de la tienda acompañada de palmadas que acapararon la atención de todos. 

-N-Noelia...

-S-señora Brodeur... 

- Joven Marino, no debería tomarse tan a pecho lo que el joven Mathías le fanfarronea. En cuanto a ti Mathías, estarías en graves problemas si no fuera porque en estos momentos no se encuentra ningún cliente que haya sido testigo de tu show. Y por supuesto, porque hoy es un día especial, ¿no es así?

-Oh vamos Noelia, por favor... -La actitud tan altanera del ojiverde había cambiado burdamente, creando otro momento de incomodidad, pero esta vez era diferente. La situación era otra, abarcaba otro tipo de asuntos. Frente a frente, la mujer de mirada compasiva y aquel joven de traje negro comenzarían algún tipo de conversación que no es frecuente, a decir verdad, era muy confusa para Marino.

-Sólo olvida este día ¿quieres? sabes que lo detesto.

-Pero Mathías, es importante para mí, para Angus y sobre todo y aunque no lo aceptes, para ti también...

-Noelia, agradezco todo lo que has hecho por mí, de eso no tengas ninguna duda pero, no soporto que recalques este día, por favor, no vuelvas a mencionarlo...

-La voz tan seca y directa del pecoso lo hacían ver como si este fuera una persona completamente diferente. Aquella actitud tan indiferente hirió el corazón de Noelia y dejó anonadado a su compañero de departamento. <<¿Qué habrá sucedido ese día para que él reaccione de esta manera?>> pensaba en todo momento Marino durante su jornada.

Nubes grisáceas adornaron una vez más el cielo, la fresca brisa comenzó a llenar la entrada del lujoso establecimiento. Para evitar echar a perder la ropa que se encontraba en exhibición directa a la calle por culpa del agua, cerraron las puertas de vidrio de la misma, dejando un letrero con la leyenda "Abierto".

-Veo que te preocupó mucho la actitud de aquel jovencito. - Señaló la voz de Ikke que se encontraba oculto entre el saco del oriental, aprovechando que este se encontraba solo en el almacén de la tienda.

-Oh, Ikke. Lo notaste... 

-Por supuesto, ninguno de los dos ha vuelto a decirse una sola palabra y más que nada, sus miradas están perdidas, no creo que sea por la broma. A pesar de lo molestas que sean, sé que te hacen reír y las disfrutas cuando las recuerdas, te conozco.

Una ligera sonrisa acompañada de un leve suspiro melancólico salió de la boca del azabache, por otra parte, la vista perdida y sin ánimo no se había disuelto mientras acomodaba la mercancía.

<<Realmente me pregunto qué pasó...>>

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En alguna otra parte, en donde se obtiene vida gracias a los murmullos que resuenan de los jóvenes a través de los pasillos y que en un santiamén provoca escalofrío a causa del silencio que ordenó alguna puntual campanilla, Marinette se dirigía a la biblioteca, con el fin de buscar referencias para un nuevo proyecto de Historia.

-Creo que no hay nadie, Tikki. Puedes salir -Susurraba la joven de piel blanca, quien con cautela, observaba cada espacio donde se pudiera albergar algún alma que fuera un riesgo para la identidad de su pequeña kwami.

-¡Muy bien! Marinette, yo buscaré el libro que necesitas en la parte superior de las repisas.

-Nuevamente gracias por ayudarme Tikki, yo lo buscaré en la parte inferior -Exclamó la azabache con una gran sonrisa. 

Ambas se encontraban recorriendo los estantes, sin embargo, la pequeña kwami se encontraba revoloteando por cada rincón, haciendo que esta, encontrara algo que la atemorizó. Sin pensarlo dos veces, la pequeña voló hacia Marinette, su rostro se opacó.

-¡Marinette! -Musitó la criatura con rudeza.

-¿Qué sucede Tikki? ¿Viene alguien?

- No Marinette, tienes que ver esto.

La kwami guió a su portadora hacia un rincón de la biblioteca. Desconcertada, la ojiceleste la siguió. No obstante, lo que encontró la dejó pasmada, sin oportunidad de ofrecer algún suspiro de preocupación.

-Adrien... ¿Qué te pasó?

HOLA! Listo, aquí otro capitulo. Espero les agrade :) <3 

(Imagen sobre mi versión genderbender de Marinette; Marino) :D

&quot;Coincidence&quot;.  ML Marino x Marinette Donde viven las historias. Descúbrelo ahora