Who Are You?

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Por un momento quise perseguir a esa persona que había inyectado en mí la intriga de saber quién era, me resultaba tan familiar pero me contuve. Estaba a media calle, nuevamente divagando y con la ropa sumamente mojada, reaccioné apretando mi puño para posteriormente cruzar la calle de manera rápida, no quería quedarme con la espina así que desesperada, entre la multitud buscaba con mis ojos aquel joven que había llamado mi atención sólo sabía una cosa; estaba perdiendo el tiempo.

En cuestión de segundos mi búsqueda fue interrumpida por una serie de estornudos. 
-<<Esto me gano por meterme en cosas que no son de mi incumbencia >> - Pensé mientras mis estornudos cesaban. Mis ojos se pusieron rojizos, los froté levemente, saqué un pañuelo y proseguí a frotar mi nariz.
-<<Debo volver a casa, esto no pinta nada bien,  ¿Qué estás pensando al momento de acosar a alguien, Marinette? >> - me reproché internamente, suspiré y resignada, lo había perdido de vista.

Caminé cabizbaja retomando mi camino, seguido a esto percibí unos minutos después que estaba a punto de chocar con alguien.
-Lo siento mucho - dije creyendo que estaba invadiendo el camino de aquella persona mientras me detenía.
-E-espera -  escuché una dulce súplica que me hizo sentir un leve mariposeo cuando iba a hacerme a un lado <<¿Adrien?>>
Levanté la mirada con esperanza y no, era él.

Nuevamente el joven de ojos celestes, piel pálida, cabello azabache y rasgos orientales que estaba en la tienda de hace un momento. Llevaba un paraguas y un abrigo color negro demasiado elegante, pude notar que por debajo seguía con el traje negro y la corbata roja a decir verdad, le sentaba muy bien, parecía modelo.

-No deberías estar tan descubierta con este clima tan frío - dijo viéndome serena y fijamente a los ojos - por favor sostén esto - me entregó su paraguas, desabrochó los botones y se quitó su abrigo, lo puso delicadamente sobre mis hombros, acto que hizo ruborizarme, a decir verdad, no podía ni moverme. El nerviosismo hizo que me volviera una piedra, literalmente.

Sentí cómo su calor comenzaba a darme un gran alivio, era muy reconfortante en mi estado. Un aroma fresco y especial se apoderaba poco a poco de mí, la prenda olía demasiado bien, inconscientemente inhalé demasiado profundo aquella espléndida escencia.

Dejé de papalotear y le devolví su paraguas, agradeció con un movimiento en su cabeza.
-Bonita tarde - continuó regalándome una dulce sonrisa y siguió su camino.
-¡O-oye! - Grité para después darme la vuelta, para mi infortunio había desaparecido con la multitud.
-<<¿Quién eres? >>

Era momento de volver a casa, en definitiva estaba divagando demasiado y atrayendo sucesos extraños o al menos eso creía. Así que decidí irme corriendo lo más rápido posible, en el camino tuve uno que otro inconveniente con mi sombrilla, ya que no me dejaba correr libremente pero no le di mucha importancia, creo que fue suficiente torpeza por hoy.

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Ese día regresé a la pequeña habitación que por suerte pude alquilar aquella ocasión en la que llegué a este lugar paralelo.
Me senté al borde de la cama y comencé a meditar con calma nuevamente la situación en la cual me veía envuelto.

<<Llevaba semana y media en aquel extraño París. Realmente no conocía a  absolutamente nadie, creo que mi vida había sido destruida, al principio creí estar muerto y encontrarme en el mismo purgatorio, buscando la forma de encontrar la luz...
La angustia y la desesperación se apoderaba cada día de mí, en un intento de madurez sabia que lamentarme y no accionar a hacer algo por mí mismo me llevaría más rápido a la perdición.
Todo me daba a entender que no era un sueño, las personas, el ruido, las sensaciones, la ciudad...  La misma ciudad en la cual he vivido toda mi vida ahora era un plano dimensional totalmente desconocido para mi.

&quot;Coincidence&quot;.  ML Marino x Marinette Donde viven las historias. Descúbrelo ahora