Capítulo 24

1.2K 125 4
                                    

- Yo era algo así como su protegido. — Reanudó su relato. — Era el chico humano que había sido rescatado— Yo tendría alrededor de diecisiete o dieciséis años cuando todo sucedió, ya no lo recuerdo. Era bastante joven cuando la villa en la que vivía fue masacrada por una extraña criatura, yo fui el único sobreviniente y quien decidió darme una oportunidad fue el líder de estos cazadores.

«Viví varios años con ellos, con gente como tú. Me parecían criaturas diferentes y al yo ser un campesino cualquiera, estaba maravillado con ellos. Eran guerreros estupendos, organizados y enfocados, cada uno de ellos con una increíble determinación y además de las características físicas que poseían, yo solo deseaba parecerme a ellos. — Se inclinó en su silla y colocó sus codos sobre sus piernas.

«Yo ayudaba en lo que podía y aprendí unas cosas o dos. A veces organizaban expediciones para buscar y rastrear criaturas a las que matar, otras veces reinados cercanos acudían a ellos en busca de protección y venganza. De esa manera crecí, mi mayor labor era a un servicio parecido al de un escudero. Recuerdo que el clan estaba cazando a un vampiro que estaba aterrorizando aldeas, matando a vírgenes. Llevaban años tras él, pero no era fácil de atrapar. En una ocasión yo los acompañé y fue ahí cuando vi por primera vez un vampiro. Yo siempre había sido alguien con una increíble curiosidad y claro que este vampiro me cautivó; una manera de vida distinta. Pero lo que yo no consideré es que este vampiro se dio cuenta de mí. — Juntó las palmas de sus manos y me miró.

«Verás Merrick; tu corazón late de forma distinta a la de un ser humano normal. Tú eres capaz de controlar tu ritmo cardiaco. Puedes pasar desapercibida por el oído vampiro si así lo quieres. Pero ese día, hace más de mil años, yo no lo sabía. Aquel vampiro se dio cuenta de que un humano estaba acompañando a sus cazadores. Él me cazó a mí y por querer parecer irónico, me transformó. — Volvió a acomodarse en la silla y colocó sus brazos sobre su regazo.

«El hombre que me había ayudado fue el primero en darse cuenta. Me quería como su propio hijo, me había criado y educado como uno más de los suyos. Estaba devastado por lo sucedido, no quería matarme, así que decidió dejarme ir. Me hizo prometer que no mataría a nadie. Mi parte humana se rehusaba a asesinar, pero yo no consideraba que esta moría a cada segundo que pasaba. En cuanto me fui, mi transformación no estaba completa, yo no era capaz de controlar mis impulsos y por supuesto que rompí la promesa, a menos de dos días de hacerla. — Una risa salió de su boca y sacudió la cabeza. — Seguro que eso no te importa para nada. Suelo divagar mucho, tendrás que disculparme. Aparento tener treintaicinco, pero a final de cuentas sigo siendo un anciano. — Golpeó sus rodillas con sus manos y se colocó al borde de su silla. — Bien, Merrick, si tienes alguna pregunta yo trataré de ayudarte lo mejor que pueda.

- Bueno... — Tragué saliva. Lionel acababa de contarme una historia, me acababa de explicar cómo se transformó y me había dejado con la boca seca. Así que se vino a mi mente algo que él mismo había dicho antes. — Dijiste que mi corazón late diferente...

- ¡Ah! ¡Sí lo hace y me parece una adaptación sorprendente! — Lionel se veía entusiasmado, demasiado, a decir verdad. — Verás, la naturaleza es muy sabia y siempre busca el equilibrio. Los vampiros no somos las únicas criaturas sobrenaturales que desafiamos ese equilibrio, así que la naturaleza decidió crear sus propios protectores. ¡Maravilloso! ¿No lo crees? — Había una ligera sonrisa que se le notaba cuando hablaba. Era como preguntarle a un profesor sobre su trayectoria académica. — Los Venator surgieron para recuperar ese equilibrio, pero debían de ser lo suficientemente fuertes para enfrentarse a lo sobrenatural, así que adquirieron ciertas características que los diferencian de un humano común.

- Pero no entiendo, toda mi vida he vivido como una persona normal. Pero de pronto mi cuerpo comenzó a cambiar.

- Sí. — Dijo. Pareciera que tuviera una respuesta a todo. — Tu cuerpo se dio cuenta de nosotros mucho antes de que tú misma lo hicieras. Tus genes comenzaron a activarse para volverte más fuerte, más apta para defenderte y para enfrentarte a lo sobrenatural. Lo que me parece curioso es que se te presentaran a ti, las mujeres no suelen desarrollar esas características.

Transfusión | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora