Capítulo 11

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Desperté unos minutos después, lo único que podía escuchar era el sonido de la lluvia cayendo fuertemente sobre la camioneta y alrededor de esta, pero tenía los oídos tapados, de manera que incluso eso se oía como un sonido lejano. Sentí un dolor punzante en mi cabeza, como si tuviera agujas penetrándome las cienes. Pasé mis manos por mi cabeza y mis dedos se toparon con cristales incrustados en mi cuero cabelludo, por lo que hice otro gesto de dolor. Retiré tres pedazos pequeños y también encontré una herida en mi frente mientras que me revisaba mi cabeza para asegurarme que todo lo demás siguiera en su lugar.

- Merrick. — Pude escuchar a Megan murmurar, estaba recuperando la audición y poco a poco me sentía menos aturdida. — Carajo, ¿Estas bien? — Asentí y después ambas volteamos para mirar a Ashton, quien estaba en el suelo de la camioneta, removiéndose y quejándose de los golpes.

Con el rabillo del ojo percibí un movimiento afuera de la camioneta y enseguida reconocí la silueta de la mujer. Sentí mi sangre hervir en ese justo momento, la adrenalina corriendo por mis venas. Abrí la puerta de golpe y salí de un salto del automóvil, lista para enfrentarla, pero cuando llegué al camino ella ya estaba bastante lejos. ¿Cómo carajo llegó hasta allá tan rápido? Escuché otro auto aproximarse por el lado contrario e instintivamente volteé. El auto paró y descendieron dos personas que enseguida reconocí; Abrielle y Alaric. De todas las personas del mundo, tenían que ser ellos quienes nos encontraran.

- ¡Merrick! — Abrielle me llamó y llegó enseguida conmigo. — ¿Qué pasó, estas bien? ¿Están todos bien?

Tras esa pregunta llevé automáticamente una mano a mi frente, pero ya no sentía la herida abierta que estaba ahí hace un momento, lo que me hizo pasar mi mano un par de veces más, incrédula. Sin embargo, aún tenía sangre en mis dedos y eso era una prueba irrefutable que había sido real.

- ¿Merrick? — Repitió Abrielle.

- Sí, estoy bien. — Me apresuré a mentir. Ella arqueó una ceja, aunque afortunadamente no quiso presionar con la misma pregunta otra vez. Miré hacia la camioneta y pude ver a Alaric ayudando abajar a Megan. Vaya, no era un completo imbécil después de todo. — Vi a una mujer en la carretera y no quise pegarle, pero la camioneta derrapó y le di al árbol. — Añadí, como si necesitara decirlo para que yo misma me convenciera de que había pasado. Ella estaba algo confundida. Pareciera que no me creía, pero yo sabía exactamente lo que había visto.

- Tenemos que llamar a la policía y reportar el accidente.

- Está bien. — Tragué saliva y asentí. Llevé una mano detrás de mi cuello y regresamos con Megan y su hermano. — ¿Qué hacían aquí? — Pregunté de pronto.

- Íbamos a recoger a nuestra madre a Newport. Estaba haciendo unas compras. — Ya no dije más nada, no comprendía de donde había salido esa súbita curiosidad, cuando no era el momento de interrogar a nadie.

Megan y su hermano estaban sentados debajo de un árbol, resguardándose de la lluvia y poco después me les uní. La castaña estaba bastante agitada y nerviosa, además que no hacía mas que quejarse de un dolor de cuello.

- Lo siento, Megan de verdad. — Me excusé. No me gustaba saber que gracias a mí se habría lastimado.

- No, no. — Tragó saliva, apretando sus labios por el dolor. — Fue un accidente, son muy comunes por la lluvia, lo sabes. — Asentí, no obstante, no ayudaba a que me sintiera más aliviada, además de que la tormenta y la carretera mojada no fue el único factor para el accidente. Yo no tenía duda en lo que había visto más atrás.

Abrielle y Alaric se hicieron se hicieron cargo de llamar a la policía. Alrededor de quince minutos después llegó una patrulla y una ambulancia. Yo tuve que explicar el accidente pues además que yo iba manejando, era la única que estaba despierta cuando pasó todo. Los policías por supuesto no creían que hubiera visto a una mujer, pero aun así buscaron cerca del lugar y no encontraron nada. Lo que me hacía quedar como una loca delirante.

Transfusión | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora