Capítulo 23

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Al final de las clases decidí que hablar con Lionel, podía ser una buena idea. Tal vez él me podría ayudar a despejar mis dudas y ayudarme a entender que es lo que era ahora. Así que, al finalizar mi última clase, caminé por los pasillos hasta llega a la puerta principal, ya que había quedado con Alaric de encontrarnos en ese lugar.

Mientras esperaba, decidí entrar a Instagram y ponerme al tanto de lo que Ashton había hecho con su banda. Hace mucho que Megan y yo no hablábamos de eso, hablábamos de otras cosas que antes ni nos hubiéramos imaginado. El resto del mundo se sentía cada vez más y más lejano. En su cuenta tenía algunos cuantos seguidores y al parecer iban a presentarse en un club pequeño en Newport, la próxima semana. Honestamente me daba un poco de pena que gente invirtiera un par de dólares para verlos y se decepcionaran.

De pronto sentí una presión en la boca de mi estómago, que me hizo alzar la mirada. Lo siguiente que vi fue a Alaric desfilar por el pasillo, pero con Kelly felizmente bajo su brazo. La chica iba con una sonrisa de oreja a oreja y parloteando, pero Alaric no se veía tan contento, incluso tenía una expresión de hastío en su rostro. Abrielle apareció detrás de ellos y pasó al lado de su hermano, golpeándolo con el hombro para adelantarse hasta mí.

- Recuérdame porqué salvamos a la chica. — Murmuró entre dientes mientras se colocaba al lado mío y se cruzaba de brazos. Alaric y Kelly pararon a unos pasos de mí y se despidieron. Ella le dio un muy efusivo beso en la mejilla y después se fue del otro lado, sin siquiera mirarme. — Alaric. — Gruñó y sacudió con la cabeza.

- ¿Qué? — Me miró, pero no dijo nada. Los dos comenzaron a caminar y yo no tuve de otra más que seguirlos.

- ¿Puedo preguntarte que hacías con Kelly? — Pregunté yo. Se encogió de hombros.

- Ella cree que estuvo toda la fiesta de Halloween conmigo.

- Y no te has preocupado por desmentirla. — Abrielle sonaba bastante fastidiada. Podía adivinar que había estado todo el día con ellos y yo sabía bien que Kelly podía ser un fastidio total.

- No tendría por qué. Me divierte verla pensar que quiero estar con ella.

- Eso es cruel. — Alaric volvió a encogerse de hombros. Los tres nos encontrábamos caminando por la carretera.

- Soy un vampiro. Se espera que haga cosas crueles.

- Ella no me agrada. — Continuó Abrielle. — Pero no quiero que sea parte de tus jueguitos, Alaric. — Ella soltó un suspiro y negó con la cabeza. — Pobre chica.

- Seré gentil. — Respondió. — Romperé su corazón, no su garganta.

Antes de darme cuenta, ya habíamos llegado a su casa. Abrielle empujó la verja y pasé detrás de ella. Pude ver un auto, estacionado en lo que debía de ser el garaje, un reluciente Mercedes Benz plateado. La casa se erguía delante de mí, era enorme y la fachada principal era de ladrillo color rojo. Al llegar a la enorme puerta de madera, Abrielle abrió con las llaves y entró, dejando caer su bolso en el suelo justo cuando colocó un pie dentro.

El interior era igual de impresionante que el exterior. Las paredes estaban pintadas de colores neutros y el mobiliario era moderno. La sala contaba con una grandísima chimenea y con una extravagante lámpara de techo. Parecía algo que aparecería en una revista de diseñador.

Yo estaba completamente confundida y no sabía qué hacer, así que fui detrás de Abrielle, quien se dirigía a la cocina. De igual forma era gigante y moderna, parecía la versión real de miles de fotografías de Pinterest.

- ¿Tienes hambre? — En cuanto Abrielle habló, me hizo regresar al planeta Tierra. — Hay algo de comida en el refrigerador, puedo hacerte un sándwich si quieres.

Transfusión | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora