Capítulo 18

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Mi celular estaba conectado a una pequeña bocina que había llevado Megan y así podíamos escuchar música mientras nos arreglábamos y servía muy bien como una distracción a mi mareada mente. Tardamos horas en arreglarnos el cabello, en parte porque ambas tuvimos que juntar armas para dominar a mi cabello y que se viera presentable. Lo cierto es que no me consideraba una muchacha afeminada o que se preocupara mucho por su aspecto, me sentía cómoda con mi físico y por eso no solía invertir mucho tiempo en cosas como demasiado maquillaje o estar horas tratando de domar mi cabellera.

- Mierda, te odio. — Megan gruñó. Yo me volteé y arqueé una ceja. — Tienes unas tetas hermosas.

- ¡Megan! — La regañé. Me volví al espejo y continué abrochando los botones, pero no me ajustaba bien en la zona del busto e hice una mueca. — A veces no son mis mejores amigas. — Di media vuelta y caminé a mi cama, para recoger una camiseta blanca y poder colocármela debajo de la camisa. — Además, tú tienes más trasero que yo. — Rebatí.

-Sí. — Ella río y sacudió su cabeza, triunfante, mientras seguía colocándose rímel en las pestañas. — Pero daría unos centímetros de mi culo por tener un poco más de tetas... Ah, me hace falta el cirujano plástico de las Kardashian.

- Y su dinero para poder pagarlo. — Añadí.

- Bueno, ¿qué tan difícil puede ser filtrar tu propio video porno?

Y reí. No había reído genuinamente en varios días. Negué con la cabeza, aun riendo y me coloqué la camiseta. Decidí no abrochar todos los botones, ya que podría ocurrir un accidente con mi disque disfraz. Seguí aplicando maquillaje en mi cara y finalicé antes de que Megan lo hiciera, así que me fui a sentar un rato a esperarla. En una bolsa guardé un par de tenis, ya que no quería ir por la escuela solo con calcetas blancas toda la noche, podía ser un peligro real. Nadie sabe las porquerías que hay en el piso.

- Niñas. — Mi madre subió a vernos. Iba vestida toda de negro y llevaba un sombrero de bruja. — Déjenme verlas, muñecas. — Megan y yo salimos del baño y nos tomamos de la cintura para modelarle a mi madre. — Se ven hermosas. — Sacó su teléfono celular y nos tomó una foto. — Merrick, iré a la casa de Megan. Voy a acompañarla con los gemelos para que pidan dulces. — Megan tenía dos hermanos gemelos, ambos con ocho años y aparte de Ashton estaba su medio hermano Tyler y sus medias hermanas también gemelas. Vaya que esa chica tenía una tremenda familia.

- Está bien, mamá. Te vemos más tarde. — Se acercó a despedirse de nosotras y después salió del cuarto. Nosotras no nos iríamos hasta dentro de unos quince minutos. Generalmente la fiesta comenzaba a las ocho, pero nosotras teníamos que llegar un poco antes para dejar el bendito pastel.

Casi treinta minutos después nos encontrábamos apenas saliendo de la casa, ya que Megan quiso colocarse pestañas postizas por primera vez y no fue una batalla fácil. Ya íbamos algo tarde y yo no hacía nada más que apresurar a Megan para conducir la camioneta.

Llegamos al instituto un par de minutos y afortunadamente aún había lugares en el estacionamiento. Mi amiga insistió en ayudarme a cargar el pastel hasta el gimnasio, donde se llevaría a cabo la parte principal de la fiesta. No tardó mucho tiempo para que Abrielle nos notara llegar y corrió a ayudarnos, ella sola pudo llevarse el pastel sin ningún problema. Claro; fuerza vampírica.

- Gracias, Merrick. — Me dijo después de dejar la torta sobre la mesa. — Se ve delicioso, puedes darle las gracias a tu madre por mí, ¿por favor?

- Claro, ni lo menciones. — Le sonreí y asentí. Aunque ella fuera la única que me agradaba de sus hermanos, ahora estar con ella me parece bastante incómodo.

Transfusión | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora