Capítulo 6

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Después de casi tres horas de buscar en los libros de historia algo sobre la decoración durante el holocausto no pudimos encontrar mucho. ¿A quién demonios se le ocurrió que ese era un buen tema para una investigación de secundaria? Para eso yo ya me había rendido solo que actuaba buscar algo en internet cuando en realidad estaba viendo Tumblr.

- ¡Encontré algo! — Anunció Megan y enseguida la miré incrédula, sosteniendo mi teléfono sin molestarme en apagarlo o cambiar de aplicación.

- ¿En los libros?

- Sí. Viene muy poco, pero creo que nos puede servir.

- A ver, ¿qué dice? — Le pregunté retándola un poco.

- Menciona algo de una escuela de arte; la Bauhaus. Incluso Hitler aplicó para entrar, pero fue rechazado y durante la guerra él mando a cerrar la institución.

- ¿Y qué tiene que ver con la decoración?

- Pues que, gracias a esta escuela, se puede decir que tenemos todo el diseño moderno.

- ¡Perfecto! Creo que podemos hacer el trabajo sobre eso. — Dije poniéndome de pie. — Lo haremos mañana. Yo ya tengo hambre y mi madre ha cocinado.

- ¿Qué cocinó?

- Ravioles y sé que te encantan. Así que vamos.

Bajamos corriendo directamente al comedor donde mi madre ya había servido nuestros platos. Durante todo el rato que duró la cena las tres hablamos de cosas sin importancia y de vez en cuando nos reíamos de nuestras bromas mientras que comíamos plato tras plato de ravioles rellenos en su salsa de tomate y cubiertos de queso parmesano. Y después de comer helado de vainilla como postre; Megan y yo subimos de nuevo a mi cuarto pero esta vez a ver una película de terror.

Yo me quedé dormida a la mitad de la película y desperté un par de horas después en el suelo, pero bajo almohadas y sabanas. Alcé la mirada y me encontré a Megan durmiendo plácidamente en mi cama.

- Maldita. — Murmuré dirigiéndome al baño para cambiarme a mi pijama.

Mientras estaba dentro del baño aproveché para revisar el golpe que me había dado hace poco contra la acera. Cerca de mi hombro derecho había dos pequeños rasguños de los cuales ya tenían un poco de sangre seca. Tomé una toalla para mojarla un poco y después comenzar a limpiar mi pequeña y superficial herida, al terminar me detuve a examinar mi blusa de manga larga. Ahora tenía un pequeño agujero justo donde hice contacto con el suelo al caer. El agujero no era demasiado grande, pero si bastante evidente, así que no quedaría de otra más que usarla como pijama.

Al terminar regresé a mi lugar en el suelo y acomodé las almohadas para hacerme una especie de colchón y poder quedarme dormida ahí, donde se suponía que Megan dormiría. Entonces comencé a maldecirla una y otra vez entre dientes en lo que conciliaba el sueño.

Al día siguiente; Megan, mi madre y yo desayunamos juntas una especie de desayuno vegetariano, pues había veces que a mi madre le gustaba experimentar en la cocina, solo que no siempre terminaba siendo una buena idea. En ese momento los rollitos de jamón con espinaca no fueron especialmente apetitosos, pero no había de otra más que terminar con lo que había en nuestros platos, así que las tres nos apresuramos a terminar para olvidarnos de ese penoso experimento culinario.

- Mamá. Creo que me di cuenta de que no podría ser vegetariana. — Declaré al terminar mi último bocado.

- Ni yo. — Me secunda, mirando su propia creación y haciendo un gesto de disgusto. — Prometo no volver a hacer esto jamás.

De vuelta al trabajo que teníamos que hacer, todo se facilitó gracias a la facilidad que tenía mi amiga con la historia, sumada a mi habilidad alargar y alargar párrafos, aunque tuviéramos muy poco contenido con el cual trabajar. Entonces acabamos para antes que fueran las seis de la tarde.

Transfusión | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora