Capítulo 25: Besos con sabor a chocolate.

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Esta mañana estoy fatal. Me duele la cabeza y no paro de moquear.

¿A que no adivináis quién se ha resfriado?

Puto frío de los cojones.

Estoy bajando las escaleras y oigo que llaman a la puerta.

Rápidamente voy al baño para arreglarme un poco.

Mi padre, mi hermano y Carol se han ido a comprar cosas para el bebé y no volverán hasta la noche, lo que significa que solo puede ser una persona.

Mi guapo y estupendo novio.

A paso rápido me acerco a la puerta para abrir.

Y ahí está él.

Con un ramo de rosas rojas enorme.

Y ahí estoy yo.

Con una cara de tontita enorme.

Intenta besarme pero yo lo esquivo rápidamente.

Buenos reflejos Alisson.

-¿Me acabas de hacer la cobra?- pregunta frunciendo el ceño de una manera muy graciosa.

-Tengo un catarro alucinante. Créeme, es lo mejor para tu salud.

-Pero yo quiero mi beso- dice haciendo un puchero la mar de adorable.

-Luego no digas que no te he avisado señorito.

Me acerco lentamente y le planto un beso que dura hasta que no podemos más.

El aire, claro.

-¿Qué haces aquí?- pregunto dejándolo pasar.

-¿No puedo venir a visitar a mi novia?

Lo miro con cara de pocos amigos y al final, muerto de miedo por mi aterradora cara, decide confesar.

Buena elección travieso Ashton.

-Vale, vale. Tu hermano me ha dicho que estabas algo pachucha y he venido a cuidarte. Por cierto, te va a caer una buena. A tu hermano no le ha hecho gracia que sea yo el que le haya dado la noticia de que estamos saliendo.

Mierda, mierda y más mierda.

-Joder, se me ha olvidado.

Algo me dice que voy a recibir una regañina triple cuando vengan de comprar.

-¿Qué te apetece hacer?- le pregunto mientras pongo las rosas en un jarrón con agua.

-¿Te gusta cocinar?

-Se me da bastante bien.

-Vale, pues vamos a hacer un pastel.

-¿Puede ser de chocolate?- pregunto con corazones saliéndome de los ojos.

Él se ríe al ver mi emoción.

-De chocolate será.

Yo me hago un moño mal hecho mientras él busca los ingredientes necesarios.

-A ver, vamos a repartirnos la faena- digo con voz de mandona- tú harás toda la mezcla y yo me voy a poner a derretir el chocolate.

-Mira tú que lista. Todo el trabajo lo hago yo.

-No seas quejica y haz caso a la jefa- digo partiéndome de risa.

Él se ríe tambien mientras empieza a mezclar ingredientes.

Estoy concentrada deshaciendo el chocolate a fuego muy lento cuando oigo que me llama.

Aparto del fuego la cacerola con el chocolate para ver lo que necesita.

AlwaysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora