-¿¡QUÉ!? -PREGUNTARON SORPRENDIDOS MICH Y Payne al unísono. Me veían como si hubiera perdido completamente la cabeza, cosa que tal vez fuera cierta, dados todos los acontecimientos recientes.
-Como lo dije. Debo ir a México. Si quiero respuestas, allá las encontraré.
Mich habló primero. O más bien, balbuceó.
-Rodr-Rodrigo. N-no puedes ir.
-Es muy peligroso -dijo Payne.
-Leyeron la carta. Tú mismo lo dijiste -señalé a Payne con un dedo acusador-. Mi destino está en México. Además, si quiero terminar con esto, debo ir allá. ¿La diosa desmembrada me quiere destruir? Qué lo intente. ¿Huitzilopochtli es mi padre? Qué me lo diga en la cara. ¿Hay monstruos que quieren mi sangre? Qué intenten venir por ella. Necesito ponerle un fin a esto.
Ambos me veían preocupados. Payne preguntó.
-¿Hay alguna probabilidad de hacer que olvides la idea de cruzar el Atlántico?
-No -dije decidido-. No la hay.
-Bien. Si no podemos convencerte de quedarte -comenzó Mich-, te acompañaremos. Somos tus amigos, es nuestro deber.
-No necesitan ir. Esto es peligroso. Y es mi problema. No quiero que...
-Iremos -me interrumpió Payne-. Y de hecho, yo sí debo ir. Eres mi responsabilidad. Tu padre me mataría si te dejo a tu suerte.
-Admites que él es mi padre.
Payne se puso nervioso.
-Eh... Yo no dije eso.
-Sí. Sí lo dijiste.
-No lo hice.
-Sí lo hiciste.
-Que no.
-Que sí.
-Nope.
-Sipe.
-Nou.
Antes de que pudiera responder, Mich nos cayó a los dos.
-¡Basta! -Rugió para hacernos callar-. Parecen niños pequeños.
-Perdón -nos disculpamos al mismo tiempo.
Extrañaba eso. Solía discutir de ésa misma manera con Payne por cualquier cosa sin sentido. Hasta que Mich nos frenaba y callaba. Un atisbo de sonrisa apareció en mis labios.
-Bien. Si van y mueren, yo mismo los resucitaré para matarlos de vuelta. No -se me quebró la voz-, no quiero tener más perdidas. No lo soportaría. Lo de mi madre aún me duele demasiado.
Todos guardamos silencio. Un incómodo y doloroso silencio.
Payne habló primero.
-Si vamos a ir, debemos hacerlo ya. Ahora que te arrebataron a tus padres, no faltará mucho para que vengan por ti.
-¿Bestias?
-Peor, servicios sociales. Aún tienes 16 años, seguro te llevaran a alguna casa de adopción.
Estaba por replicar sobre como eso podría ser peor, pero me puse a pensarlo. Faltaban sólo dos meses para mi cumpleaños, en julio, pero tenía razón. Si esta diosa quería destruir a la civilización, no podía perder dos meses en un internado.
-¿A dónde debemos ir?
-¿Primero? A la Calzada de los Muertos. Debes ver a tu padre.
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La Trilogía Azteca 1: El Sexto Sol
AdventureRodrigo Garcia creía ser un chico normal. Y lo era, hasta el día de la muerte de su madre. Pero a partir de ese día, todo a su alrededor empieza a cambiar. Rodrigo descubre que sus mejores amigos no son lo quiénes creía: Mich Walker se puede tr...