Dos semanas después del secuestro de uno de los gemelos, Inés y los bebés, Cesar y Esteban, fueron dados de alta. Mientras tanto, la pequeña Lucía seguía en la incubadora, sus hermanas y Victoriano la visitaban continuamente para ver su progreso y rogaban para que la pequeña pudiera sobrevivir.
Todos en la Hacienda estaban entusiasmados de recibir a los nuevos miembros de la familia Santos, los varones deseados de Victoriano. La presencia de Inés y los bebés lleno de risas y alegría la Hacienda "Las Dianas". Victoriano se volvió un hombre amoroso y continuamente se le caía la baba por sus hijos. Cada día, Inés se sorprendía por las nuevas atenciones de Victoriano, que no tan solo eran para sus hijos sino también para ella. Ines sólo había visto este lado cariñoso y tierno de Victoriano cuando fueron novios, durante sus años de juventud. En su mente, Inés se imaginó que este nuevo comienzo en sus vidas era similar al futuro que ellos de jóvenes tuvieron planeado.
Sin embargo, las nuevas atenciones de Victoriano crearon unos grandes celos a Constanza, quien por años se había considerado la consentida de la familia. Al pasar las semanas, Constanza fue creyendo que su padre le había hecho a un lado y que ella ya no era su princesita. Las continuas bromas y burlas de sus hermanas no eran de gran ayuda. En cambio, Diana y Casandra eran completamente diferentes a Constanza, cada día amaban mucho más a sus hermanitos. Quién era capaz de resistir a las ricuras que eran César y Esteban? Aunque notaban el cambio de Constanza hacia los bebés, no pensaban que era necesario darle importancia, y que poco a poco Constanza se tendría que acostumbrar a sus hermanitos, porque dentro de unos meses a la Hacienda recibiría a la nueva princesita, Lucia.
Victoriano y Ines eran ajenos a estos problemas que pasaban, ya que los dos estaban sumergidos en su propio mundo. El futuro que ellos habían planeado en sus años de juventud, por fin se había hecho realidad. Tenían a la familia que tanto habían deseado, Victoriano aun no podía creer lo afortunado que era. Recupero al amor de su vida, su morenita, y formó la familia que por años solo habían sido productos de sus sueños. No faltaba el dia en el que no mostraba su amor y devoción por su amada Inés.
3 mes después
Hacienda Las Dianas- Cuarto de Inés y Victoriano
Inés y Victoriano dormían plácidamente en su habitación. Era costumbre que Victoriano durmiera con un abrazo en la cintura de Ines, de una manera protectora. Mientras que Inés se accurocara en su pecho. Todo estaba en silencio, hasta que unos suaves sollozos empezaron a resonar en su habitación. Inés fue la primera en despertarse, se levantó y fue directamente a la cuna de los gemelos. Inés sabía la rutina de sus bebés, especialmente la de su hijo, César. A pesar que solo era un bebe de 2 meses, demostraba tener el carácter de un Santos, del mismo Victoriano. César era mucho más exigente que Esteban, quería estar cargado por sus padres todo el dia, mientras que Esteban prefería estar echado en su cuna y agarrar sus juguetes. Al llegar a la cuna, vio a Cesar moverse de lado a lado y estarle facilitaba las cosas a Inés, mientras Inés acunaba a Cesar en su pecho y lo mecía para que pare de llorar, Victoriano finalmente se despertó.
V: (se gira a ver el reloj en su mesita de noche) Hoy es un día especial, sí que lo es! (Levantandose de la cama) Buenos dias, mi Morenita (Dándole un beso en los labios y uno en la frente de Cesar)
I: Puedo saber por qué está usted tan sonriente. Porque es hoy un dia tan especial?
V: Bueno tengo una sorpresa preparada que solo nos involucra a nosotros dos, morenita...
I: Que te traes entre manos, Victoriano?
V: Dime morenita, cuando fue la última vez que tuvimos un tiempo a solas. Los dos, sin los gemelos.
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Las Amazonas: Ines y Victoriano
RomanceEs imposible olvidar al primer amor. Aquella que consigo trajo alegría y paz a la vida de una persona. Pero para la desgracia de algunas parejas el destino muchas veces logra separar ese vinculo tan especial entre ellos. Los recuerdos siempre queda...