Capítulo 17.

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En todo el trayecto del patio a la habitación del pelirrojo jamás soltó la manga de Kyungsoo mientras que el único ruido audible era cuando el mayor carraspeaba la garganta y desajustaba un poco los botones de la playera como si tuviese calor, cua...

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En todo el trayecto del patio a la habitación del pelirrojo jamás soltó la manga de Kyungsoo mientras que el único ruido audible era cuando el mayor carraspeaba la garganta y desajustaba un poco los botones de la playera como si tuviese calor, cuando en realidad el clima estaba frío.

Chanyeol tardo más de lo normal en abrir la puerta de la habitación, estaba oscuro pero no tanto como para no poder ver dentro.

Por primera vez desde que llegaron Chanyeol miró al pelinegro, sus ojos tenían un brillo peculiar. Tomó los hombros del Kyungsoo con suma delicadeza y lo sentó en una de las orillas de su cama.

Parecía imposible no querer saltar encima suyo y besarlo hasta saciarse, pero Kyungsoo era delicado y especial, no podía simplemente hacer aquello, porque aunque lo quisiese con todas sus fuerzas también quería deleitarse lentamente. Por otro lado Kyungsoo parecía no dudar, mas no dijo algo al respecto.

Antes de llegar a la vida de Chanyeol, Kyungsoo fue entrenado y estudio para ese tipo de situaciones, oía como otros SH devueltos hablaban de los abusos sexuales a los que habían sido sometidos y sin embargo pensaba que si era Chanyeol el que lo hiciese no tenía que temer.

Chanyeol se hincó frente a Kyungsoo y tomó sus manos en las suyas aprensándolas ligeramente. Todo estaba oscuro, mas el brillo de sus ojos seguía siendo intenso en la negrura de la noche.

—Kyungsoo...—El mencionado no respondió de manera oral, solo asintió— ¿Puedo tocarte?—¿Cómo era posible que una persona pueda manejarlo así sin siquiera estar enterado? Se preguntaba Chanyeol, ¿Cómo era posible que Kyungsoo pudiese tener ese tipo de control en él?

Sabía la respuesta casi ensayada, cuando te enamoras eres vulnerable, es casi como entregar el poder a otra persona para que te destruya emocionalmente y seguir creyendo en ella.

El tiempo pareció rápido a su alrededor pero Chanyeol sentía asfixiarse en la espera de una respuesta. Si Kyungsoo se negaba respetaría su decisión sin remordimientos, porque él quería lo mejor para el pequeño y si aquello lo hacía sentir incómodo jamás pondría un dedo en él por mucho que lo deseara.

—Sabe que no debe de preguntar—Respondió murmurando nuevamente.

—Me refiero... ¿Quieres que lo haga Kyungsoo?—¿Puedo? Pensó —No como obligación o como deber, sino de querer... ¿Quieres que lo haga?—Su voz sonaba rasposa, pausada y en ningún momento soltó el agarré aunque el sutil temblor de sus manos delatara lo nervioso que se sentía.






—Sí.


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