Rodeada De Gemelos (Fred Weasley)

Ejercito de Dumbledore

-Último año en Hogwarts.- dijo su padre en el andén nueve y tres cuartos.

-No lo digas.

-Será genial. Y luego trabajarás conmigo en la heladería. Claro, si tú quieres.

-¡Hola Sophie!- le gritaron las gemelas.- ¡Hola Señor Fortescue!

Padre e hija saludaron.

-Bien, supongo que ya debes irte.

Umbridge, Umbridge, Umbridge... ¿Nunca podrá haber un año tranquilo en esta escuela?

Por otro lado, Sophie comenzaba a notar algo raro en Will. Bueno... Que era obvio que Will estaba intentando ganarse a Sophie.

Y se la ganó. En el partido de Quidditch. Will casi recibe con su cara a la bludger que uno de Hufflepuff bateó. Pero no fue así. El partido terminó con la victoria de Ravenclaw y le siguió el festejo en la sala común, donde Will besó a Sophie, tomándola por sorpresa, y fue aplaudido por el resto de la sala.

Al día siguiente ya todo Hogwarts lo sabía, incluyendo Fred quién planeó una broma para Will, cegado por el amor, dando inicio a la lucha entre los AW, nuevamente.

Después, Umbridge enloqueció, más de lo que estaba, y es por eso que sabrán que se creó el Ejército de Dumbledore.

Era muy complicado que los AW estuvieran en la misma sala que los gemelos Weasley sin que se miraran de mala manera, o que los últimos intentaran hacerle una broma. Pero ahí estaban.

Un día hicieron levitar a Sophie y ella tenía tanto miedo de caer porque uno de los que estaban haciendo el hechizo era Fred. Y también habia un niño de 12 años. No sabía en cuál desconfiaba más.

Pero Fred mismo sabía que no dejaría que eso pasara nunca.

Y cuando Sophie volvió a colocar los piel en el suelo miró de reojo a Fred y este inclinó la cabeza sonriendo. Esta risa desapareció cuando ella volvió con sus amigos y Will pasó un brazo por el hombro de ella.

-No me fío ni un pelo de él.- comentó Will mirando fijamente a Fred.

-¿Alguien se fía de los gemelos Weasley?- añadió Mery.

-No me han hecho nada en estos años ¿por qué lo harían ahora?

-¿Recuerdas cuando me di la cara contra el suelo? Ellos tuvieron la culpa.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Que son capaces de todo.

-Guau, que gran ejemplo...

-¿Los defiendes?- pregunto Dan indignado.

-¡No! digo que... supongo que deben tener algún límite. Nunca justificaría lo que hacen.