Rodeada De Gemelos (Fred Weasley)

Navidad

Llegó noche buena y el callejón Diagon estaba más iluminado que nunca y lleno de magos comprando regalos de último minuto.

Sophie iba a asistir a la cena de la familia Greenwold, la verdad era que se llevaba muy bien con los parientes framceses de las gemelas.

Fue una cena muy bonita, alegre e interesante. Más interesante cuando Merry declaró a su familia que vendría a cenar su novio, Dan.

La pasó genial, y cuando volvió a casa, a eso de las tres de la madrugada, se encontró con una sorpresa.

En su sala de estar, que estaba algo desordenada, pero iluminada por el pequeño fuego de chimenea y el precioso árbol de navidad, del cual Sophie estaba muy orgullosa, había una caja con unos orificios y con un moño arriba.

No esperaba recibir regalos hasta la mañana, pero ahí había uno, con su moño naranja y todo.

Tomó la nota que estaba sobre la caja y reconoció la letra al instante:

"Dijiste que querías uno. Allá, hace dos años. Espero que aún te gusten.
Sé que fui un tonto, y no estoy esperando que me perdones tan fácil, como con darte un regalo.
Me gustaría que hablemos, con toda la verdad.
Feliz Navidad, te quiere...

Fred.

PD.: Y George"

Ignoró todas las emociones que llegaron de repente y la curiosidad por saber qué era lo que hace dos años quería la estaba matando.

Abrió la caja y se encontró dentro un pequeño Pygmy Puff azul, que con el calorsito de la chimenea estaba dormitando revuelto en mantas.

Era cierto, desde que había visto las pequeñas criaturas en Sorteligios Weasley, le parecieron lo mas tierno de mundo.

El Pygmy Puff de a poco fue despertándose, Sophie lo sacó de la caja y la criatura comenzó a saltar alrededor de ella...

Sin duda fue un regalo muy lindo y tierno por parte de Fred... y George. Sin embargo, no sabía como sentirse con respecto al tema de lo sucedido con Fred.

Cree  que tendría que hablar con él...

Dos dias después, los preparativos para la gran cena de fin de año en el Caldero Chorreante se estaban llevando a cabo.

Sophie debía preparar unos cuantos kilos de helado.

-Hola...- George entró a la tienda

-Hola, George...

-¿Te gustó el regalo de navidad?¿O hubieses preferido al que te lo mandó?

-¿O sea tú?- dijo con cara de disgusto.

-Mi otro yo...- dijo moviendo las cejas.

-Primero, sí. Mike es divino.

-¿Mike?¿Le pusiste Mike?- indignado.

-Segundo, no. - siguió Sophie sin hacer caso de la pregunta.- Sabes que un regalo no lo salvará.

-¿Y qué lo salvara entonces?¿Dos? O será que ya esta salvado. - volvió a poner su mirada pícara.

Sophie lo miro sin expresión alguna.

-Sabes que el esta arrepentido...-  Sophie puso los ojos en blanco. Otra vez con la misma historia.

-Si, esta arrepentido. Ahora, ¿como me aseguro yo que él no es un celoso insoportable?

-Sophie... lo conoces.

*Si, Sophie. Lo conoces y es lo que siempre has querido.*