Desde que nos conocimos siento ligero cada paso que doy
-Fire and the Flood, Vance Joy
Cuando Peeta arrancó su auto, dejándola frente a la librería, no pudo evitar seguir el vehículo hasta que desapareció. En las últimas semanas él había sido el encargado de llevarla al trabajo y, si no tenía clases con Madge después, le hacía compañía un rato; le gustaba verlo pasear entre los estantes, leyendo en voz alta los títulos extraños o interesantes, o cuando se recargaba en el mostrador mientras ella estaba en la caja solo para robarle un beso o simplemente hacerle una pregunta. Portia, su jefa, parecía estar igual de encantada por el chico como todo el mundo, pero es que ese parecía ser el efecto de Peeta en todos, era tan bondadoso, alegre, sincero, siempre dispuesto ayudar.
Peeta Mellark estaba reformando toda su vida, por fin se sentía como una chica; una chica a la cual le gustaba un chico y salía con él, probablemente su vida amorosa, inexistente hasta antes del rubio, jamás estaría de mejor forma. Por fin estaba siendo un poco más libre, sobre todo con sus emociones, sumado al hecho de que con el trabajo de su madre en el hospital podía darse el lujo de descansar algunos fines de semana.
[...]
Llevaban más de dos meses saliendo, y pronto sería el cumpleaños de Kat, cosa que tenía a Peeta de nervios, y por consecuente a Madge y Delly, que no dejaban de presionarlo con aquello del regalo perfecto.
Pero, ¿qué cosa podría hacer infinitamente feliz a Katniss sin que ella creyera que era un exceso? Había intentado ser sutil y delicado en cada cita siguiente a la primera; nada demasiado caro o extravagante, la había llevado a cenar a la misma cafetería, al trabajo después de la escuela, de paseo por la mañana, al museo de historia y arte, a su taller, pero su cumpleaños era algo totalmente distinto, debía de ser especial.
Delly fue la de la asombrosa idea de la fiesta sorpresa y Haymitch dijo que podían usar su casa, pero esa idea no acababa de convencerlo del todo, sin embargo Madge sugirió algo un poco mejor.
-Podrías hablar con su hermana, celebrar su cumpleaños en casa, como todos los años. Puede que eso le guste- y de ahí nació la grandiosa idea, hornearía un pastel en su departamento y reuniría a todos sus amigos en casa de Katniss.
Ahora solo faltaba un pequeño detalle, que era hablar con la madre de la chica, cosa que por extraño que pareciera le ponía los pelos de punta.
-Hola- dijo una vocecilla a su lado, él la miro sorprendido, Primrose era justamente todo lo contrario a su hermana mayor, en todos los sentidos posibles. Peeta tardo un poco en notar al joven que acompañaba a la chica, pero les sonrió a ambos –Katniss aún no llega del trabajo- comento Prim mientras caminaba hacia la entrada del jardín con los dos chicos detrás, pero Peeta también sabía eso, él se había encargado de dejar a Kat esa tarde frente a la librería y se había despedido de ella con mucho pesar después de un casto beso, ese recuerdo logro hacerlo sonrojar.
-Lo sé, pero estaba buscando a tu madre- se explicó el chico, dedicándole una mirada al acompañante de la adolescente, quien pareció apenas notarlo, pues su mirada no se despegaba de la pequeña rubia, Peeta podía reconocer esa mirada, con una mezcla de expectación, incredulidad y posesión. Supuso que ese era el chico con el cual Primrose salía, cosa que hacía perder los estribos de la pelinegra.
-¿Estás aquí para pedirle la mano de mi hermana?- bromeo dramáticamente Prim volteándose a toda velocidad para mirar la reacción del rubio, que simplemente se petrifico a medio camino.
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Spot me... [Encuéntrame]
FanfictionNo necesitaba encontrarla, estaba justo delante de el. No necesitaba encontrarlo, porque ahí estaba él. Simplemente necesitaban encontrar la manera de empezar. Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Suzanne Collins.