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Quiero pasar tiempo contigo

quiero estar contigo. 

- What a heavenly way to die, Troye Sivan 


-Peeta, intenta ser más silencioso por favor -era la decima vez que Katniss reprendía a su novio en el transcurso de su paseo por el bosque.

-De verdad lo intento Kat- respondió el muchacho algo apenado. Otro paso en falso y el rubio acabó en el piso, interrumpiendo nuevamente la oportunidad de Katniss para fotografiar un colibrí extrayendo néctar de un lirio.

Aquella visita al bosque tenía un fin más bien académico, el proyecto final para su clase de taxonomía, pero parecía que Peeta se empeñaba por arruinar su trabajo. Bufó molesta y regresó la vista al rubio mientras le tendía una mano para levantarlo para poder seguir con su camino hasta el lago. Cuando volvió a escuchar el crujido de las hojas a su espalda su paciencia se agotó.

-Gale era un compañero mucho más silencioso- con el ceño fruncido, Peeta detuvo su marcha ante esas palabras. Conocía a Kat, no estaba acostumbrada a suavizar las cosas, generalmente no pensaba demasiado antes de hablar, algunas veces esto se le hacía demasiado tierno al chico, otras, como ese día en específico, le pareció la forma más natural de herir a alguien sin querer, porque sabía que su novia no era una mala persona después de todo.

-Si bueno, no veo que el se haya ofrecido para venir-.

-Él habría venido si se lo hubiese pedido- dijo sin inmutarse.

De verdad no quería estar celoso de Gale Hawthorne, porque en realidad era ridículo estarlo, Peeta lo sabía, Madge había captado por completo la atención del moreno desde meses atrás, cosa que lo tranquilizaba hasta cierto punto, pero Katniss había estado actuando extraña los últimos días, no era la primera vez que comparaba a su novio con su mejor amigo, una vez incluso lo había comparado con Finnick, al principio fue gracioso, ahora era algo molesto.

-Debiste hacerlo entonces- opinó con los brazos cruzados y sin moverse de su sitio.

Katniss detuvo sus acciones para mirarlo nuevamente, aquello la estaba frustrando.

-Por favor, Peeta, no seas un bebé- reprochó ella con gesto cansado.

-Solo quiero entenderte Kat-.

-Y yo solo quiero terminar mi maldito trabajo, y, a decir verdad, no estas siendo de mucha ayuda- se giró para seguir con su camino.

Quisa esa fue la gota que derramó el vaso. Estaba cansado de todo eso, llevaban semanas discutiendo por cosas sin sentido y, mientras él hacía todo lo posible por retroceder y arreglar las cosas, ella simplemente se ponía a la defensiva. Sabía que las relaciones no eran un lecho de rosas, un gran ejemplo eran sus propios padres, pero no estaba dispuesto a repetir esa historia. Miró como la morena se alejaba y le dio la espalda sin mirar atrás, si lo que quería era silencio él no sería más un obstáculo.

-No falta mucho para llegar al lago... – al momento de girarse para encontrar a su novio, no había nadie.

[...]

No la llamo el resto del día, solo había dejado un mensaje donde le explicaba que había preferido regresar solo para que ella tuviera su espacio para trabajar.

"Lo entiendo Kat, las personas a veces necesitamos nuestro espacio, espero que tu trabajo salga bien, te quiero, hablamos después."

Peeta no cenó con las Everdeen como generalmente hacía los sábados. Su hermana le había preguntado la razón, su madre solo la había interrogado con la mirada, pero era demasiado discreta como para preguntar en voz alta si algo iba mal, y claro que Katniss no le habría contado nada a ninguna de ellas, su hermana era muy joven para abrumarla con problemas de pareja y no tenía ese nivel de confianza con su madre. Estaba varada, hasta que Madge le llamó.

-¿Viste a Peeta hoy? -preguntó sin esperar a que su amiga saludara.

-Hey Kat, yo estoy bien, ¿y tu que tal? ¿Terminaste con las fotografías de tu proyecto? -el tono sarcástico de la rubia le sacó un suspiro -No he visto a Peeta desde el jueves en nuestra clase de pintura, creí que pasarían el día juntos.

-Ese era el plan, pero al parecer lo hice enfadar- se mordió la uña del dedo anular.

-Vaya, acabaste con la paciencia y el amor de Mellark, rompiste tu propio reto tonta- esa era la voz de Johana.

-Lo siento Kat, estaba el altavoz, ¿dices que Peeta se ha enfadado? -

-¿Qué haces con Johana?- la verdad no tenía ganas de abrumar a Madge con sus problemas, se había prometido a si misma no hacerlo.

-Hoy es noche de chicas en casa de Delly- la rubia sonaba apenada -No te dije nada porque creí que pasarías todo el día con Peet -Katniss también lo había creído. Había pensado en llevarlo al lago para que el muchacho pintara mientras ella terminaba las tomas para su proyecto, incluso le había pedido a Madge que le consiguiera algunas de las pinturas que Peeta guardaba en su estudio para así sorprenderlo, pero su materia solo había sido peso muerto en la maleta que la morena llevaba en sus hombros aquel día, pues Peeta ni siquiera pudo ver el lago.

Ella no era esa clase de chica, la romántica y detallista; generalmente le dejaba ese trabajo a Peeta, quien era más afectivo y romántico. Llevaba flores a su casa, le regalaba uno que otro boceto, nunca pinturas, incluso le escondía dulces en el bolso antes de dejarla en el trabajo; Katniss no hacia ese tipo de cosas por el a menudo. Tampoco iba a las noches de chicas que su creciente grupo de amigas acostumbraba.

-¿Les molesta si me huno?- preguntó con pena.

-¡Por supuesto que no!- respondió inmediatamente su amiga. -Delly, prepara más té, Kat viene en camino- escucho que decía antes de colgar la llamada. 

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Hola, hace tiempo que no escribo algo para esta historia, así que espero no estar oxidada con esto de la escritura y la historia mantenga el mismo tinte que al principio, si no es así, me gustaría que me lo hicieran saber para arreglarlo. 

Espero que les guste.  

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