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Al abrir la puerta la campañilla sonó, Portia, la gerente, la recibió con una sonrisa.

-Qué bueno que llegas, ahí atrás hay cajas llenas con libros que necesitan ser puestos en exhibición antes del jueves-.

-Claro- contesto fríamente.

Horas después de estar contando y acomodando, su celular la sorprendió con un mensaje.

HACES ALGO DESPUES DEL TRABAJO?

SOLO IR A CASA. ¿ALGUN PLAN?

UNA DONA TAL VEZ

HECHO, TE VEO A LAS 7:15 ;)

Últimamente, Gale, su mejor amigo desde que usaban pañales, se había vuelto difícil de ver. Había dejado la escuela un año atrás y ahora trabajaba como técnico en una empresa del centro. Pero verlo siempre era un placer.

La estaba esperando afuera de la cafetería, iba 5 minutos tarde. Tenía tantas ganas de verla de nuevo... como siempre. Vio la silueta ya tan familiar de la chica en la esquina de la avenida. Tomo una nota mental de que pronto tendría que hablarle de lo que sentía por ella, desde los 16 lo había descubierto, pero ella nunca pareció interesada ni en él ni en otros hombres y por tal razón prefirió no hablarle de amor.

-Aquí estoy- interrumpió sus pensamientos la morena. Le regalo una sonrisa y le abrió la puerta del local. Fueron a la caja y pidieron un café junto a pastelillos decorados. Era algo que muy pocas veces hacían, ambos sabían que había cosas más importantes.

-¿Cómo te va en la escuela?- le pregunto solo para tener un tema de conversación.

-Igual que siempre- le respondió junto con un movimiento de hombros.

-Estaba pensando que, sería buena idea llevar de acampada a los chicos, como cuando éramos niños Catnip-.

-Sería genial, tus hermanos lo amaran, Gale- comento con un tono sombrío.

-Prim y tú podrían venir también- agrego Gale para ver si podía revivir a la Katniss un poco feliz de segundos atrás.

En otros tiempos habría aceptado, pero acampar y hacer senderismo era algo de su pasado, lo hacía de pequeña, con toda su familia; papá, mamá, una pequeña Prim y ella, esa escena se veía muy en el pasado. Pero desde el accidente de su padre no había querido volver a hacerlo.

-Bueno, la verdad es que, últimamente no tengo mucho tiempo y Prim necesita ir a la escuela- se excusó.

-Supuse que dirías algo así- susurro Gale.

-Lo siento pero...- él la interrumpió, no quería escuchar otra vez lo importante que era la escuela y la beca y su hermana.

-No importa, seremos solo los chicos y yo- le regalo una sonrisa forzada a su amiga y se puso de pie para salir de la cafetería con ella detrás.

No quería hacerlo enojar, solo quería verlo y pasar un buen rato a su lado. Pero no lo había conseguido, lo único que había logrado era ponerlo incomodo al rechazar su invitación, tenía que entender lo difícil que era para ella ir ahí, los recuerdos revivían y ella solo intentaba seguir adelante sin pensar tanto en su pasado.

No quería terminar como su madre por recordar tanto.

Suspiro, agito su cabeza en un intento de disolver su tormenta mental, recompuso su sonrisa y entro a casa. Prim ya la esperaba para hacer los deberes y su madre había colocado un plato de sopa frente a ella una vez que se sentó a la mesa.

Spot me... [Encuéntrame]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora