19. Consejos de amor

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Me encontraba en el jardín. Para ser más específica, sentada junto a la fuente que se encontraba justo en el centro del jardín. Quería estar sola, pero sabía que los chicos debían mantenerse cerca en caso de algún problema.

Estire mi mano y toque la superficie del agua con mis dedos. Cuando era pequeña fingía que el agua era un muro y que yo podía atravesarlo tal y como hacia papá. Antes deseaba tanto ser como él y ahora, al parecer lo era.

Mire el anillo en dedo y lo retire con mucho cuidado. No sentí nada diferente. Cerré los ojos sintiéndome una completa tonta.

--¿estás bien?—oí a Antoni

--¡no, no lo estoy!—me llevé las manos a la cara y quise arrancarme el cabello—no sé qué hacer, estoy harta de todo esto. Cansada de vivir así, con mentiras y secretos y temiendo a todo lo que pasa a mí alrededor. Sé que algo le sucedió a mis padres y Xavier lo sabe pero no quiere decírmelo y no sé porque, y ahora descubro que alguien sabe de mí y no sé si eso sea bueno

--no lo es

--¡y no sé qué hacer! Quiero llorar y yo...yo—dejé caer la cabeza y pronto sentí los brazos de Antoni—quiero saber

--nunca te habías puesto así. Me preocupa—con cuidado volvió a colocar el anillo en mi dedo—no queremos que el jardín se destruya ¿o sí?

Ni siquiera me había percatado de ello. El césped que se encontraba cerca se había secado y las flores se habían marchitado. Eso solo consiguió que me sintiera peor.

--dime que sucede—pidió

--ni yo sé que sucede—apoyé los brazos sobre la fuente y mire de nuevo el agua— ¿encontraron la zapatilla de esa mujer? Ya no la veo cerca

--no, al parecer creo que ella ni siquiera es de por aquí—lo vi encogerse de hombros—le dije que si regresaba a su casa podría encontrarlo, así que se fue

--parecías muy atento con ella—una sonrisa cruzó su rostro y sus ojos me miraron

--¿celosa?—sé que lo decía jugando pero no pude evitar decir que si—no sabía que estuvieras enamorada de mi—parecía realmente sorprendido

--no lo estoy Antoni—dije algo divertida—digo que estoy celosa de ella. Incluso muerta le ponen más atención que a mí

--tienes mucha atención—dijo algo ofendido—la mía, la de los chicos, Xavier te pone atención y tu amiga la pelirroja, eso sin contar a los fantasmas que andan rondando la zona. Tienes la atención de muchos—suspiré con fuerza y remojé mis dedos en el agua—entonces no es la clase de atención que buscas—negué con la cabeza y lo oí suspirar

--Antoni, ¿Cómo eras antes? Cuando aún estabas con vida—me volví a verlo

--¿cuando vivía?—frotó su barbilla con su mano y torció la boca—era mucho más guapo que ahora y muy activo. Me gustaba entrenar con la espada, era un excelente espadachín y muy buen jinete. Era uno de los duques más jóvenes y talentosos, creo que por eso mismo decidieron asesinarme—su mirada se entristeció

--¿tenías novia? ¿Esposa? ¿Amante?—Antoni volvió a sonreír—dices que eras muy guapo y talentoso, debías tener a alguien

--muchas doncellas mostraban interés hacia mí. Soy diferente a como era anteriormente. Mi cabello era castaño rojizo y siempre lo mantenía peinado, y mis ojos eran de un azul muy brillante—sujetó su barbilla mientras posaba para una cámara invisible—muchas mujeres me deseaban, pero yo solo deseaba a una. Meredith Astudillo

--vaya, incluso su nombre suena hermoso—y sí que sonaba muy elegante

--amaba a Meredith desde que la vi en aquel baile. Su densa melena castaña, su rostro suave a la mirada y lleno de vida, aquellos ojos color miel que podían iluminar la mismísima noche y su sonrisa, tan resplandeciente como la misma luna—vaya que la amaba—era tan joven pero madura, me encantaba pasar el tiempo con ella. Leer novelas y recitarle poesía mientras caminábamos por los jardines del castillo—su mirada se iluminó durante el momento que habló de ella, pero después volvió a ser triste—íbamos a casarnos

Antoni lucia muy triste. Coloqué mi mano sobre su hombro y le dedique una sonrisa. Su rostro se relajó y sus dedos rozaron mi mejilla.

--así que estas enamorada—abrí los ojos asustada y lo oí reír—no es difícil saberlo. Desde que conociste a Einar estas actuando raro, actúas...normal—lo fulmine con la mirada y volvió a reír—sé que Frederick cree que es algo malo, realmente no sé porque, él también se enamoró, todos nos enamoramos. Debería entenderte

--¿Por qué no quiere que me acerque a Einar?—Antoni se encogió de hombros—bueno, de todas formas no debe preocuparse. Al parecer Einar está molesto

--no lo creo. Lo vi ese día que saliste con él—Antoni pasó una mano por su cabello y sonrió—el chico realmente está interesado. Su sonrisa no es forzada y sus ojos simplemente no se apartan de ti. Cuando Frederick apareció se puso a la defensiva. No le agrada, pero sabe que si le hace daño quedaría mal contigo

--yo quedé mal con el—lo interrumpí—el chico cree que salgo con ustedes tres y que me controlan, y en parte es así pero no quiero que él lo sepa, porque no quiero asustarlo

--porque estas enamorada

--no lo estoy, simplemente...solo me gusta

--es atractivo, soy suficientemente hombre para admitirlo—sonreí ante el comentario de Antoni y de alguna forma me sentía mejor—deberías hablar con él y aclararle tu situación

--si claro "oye Einar no pienses que soy la amante de esos tres sujetos, simplemente son mis amigos fantasmas los cuales me siguen desde los nueve años"—mire a Antoni con sarcasmo y lo vi rodar los ojos—no podría decirle nada, Frederick no me dejaría acercarme

--dm...en ese caso—el chico saltó poniéndose de pie y asustándome por el repentino movimiento

--¿Qué haces?—pregunté mientras era obligada a ponerme de pie

--te ayudaré para que puedas hablar con Einar sin que Frederick se enteré

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KENNINGAR: A las Sombra De Sus Alas #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora