25. Descubierta

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Desperté de inmediato. Justo antes de que aquella criatura espeluznante me sujetará del brazo.

--Casandra, tranquila—un par de brazos me rodearon y sentí el pecho de Einar contra mi mejilla húmeda por las lágrimas—aquí estoy, no pasa nada. Está bien

--me dio mucho miedo—dije sollozando. Su mano acarició mi cabello y parte de mi espalda

--lo sé, pero no es real—sus labios besaron mi frente y sus manos acunaron mi rostro—fue una pesadilla, no corres peligro—Einar me miró a los ojos, y aquella mirada lograba transmitirme paz

Bajé la mirada a mi mano y vi el anillo de papá en mi dedo. Einar soltó mi rostro, pero no se alejó ni me alejó. Recosté mi cabeza sobre su hombro e inhalé su aroma. Era tan...tan, neutral, no sé cómo describirlo. Era un olor agradable y para nada adictivo, casi imperceptible pero muy perceptible. Era como si estuviera y no lo estuviera.

Estiré mi brazo y junte mi mano con la suya. Era cálida, no como si estuviera caliente, sino más bien transmitía calidez y confort. Einar entrelazo nuestros dedos y sonreí.

--¿Qué perfume usas? Tienes un olor muy peculiar—moví mi cabeza para verlo y el hizo lo mismo, dejando nuestros rostros muy cerca

--uno que anuncian en la televisión, no recuerdo el nombre—negué con la cabeza y fruncí los labios

--no hueles a alcohol ni nada así—Einar inclinó la cabeza y me miro dudoso—es otra clase de aroma. Algo diferente, es un olor muy suave pero muy agradable—el chico sonrió y dejó un beso en mi mejilla—todo tu eres agradable—apreté su mano y sonreí

--tu eres hermosa—sentí un cosquilleo en el estomago

Einar me besó y me sentí en las nubes. Sus labios eran suaves y dulces, era como tener un malvavisco contra tu boca. Su mano sujetó con más fuerza la mía y sentí como ese simple gesto, causaba que mi cuerpo se sintiera mejor. Más vivo, más relajado. Su boca se alejó y de nuevo me sentí extraña. Einar llevó su mano libre a mi cabello y arregló el revoltijo que debía ser.

--dime—sacó unas pequeña hojas de mi cabello— ¿Qué estabas soñando?—el recuerdo de la pesadilla me hizo sentir mal— ¿Qué fue lo que te asustó tanto?—desvié la mirada y cambie de postura

--no sé quién era, pero daba mucho miedo—Einar asintió—lo vi en casa de los Diamond, la única vez que fui a visitarla—los ojos del chico se volvieron curiosos

--¿entonces fue un recuerdo?—asentí

--tenía como seis años. Habían invitado a comer a mis padres y esta vez decidieron dejarme acompañarlos. Después de la cena fui al baño y me perdí de regresó al salón—Einar frunció el ceño y luego lo relajó—aparecí en un balcón y fue cuando lo vi—sentí mi corazón temblar asustado—estaba oscuro, así que no lo vi bien, pero lo que vi me espanto demasiado

--¿Qué viste?—me mordí el labio y mire el anillo—Casandra

--era de cuerpo delgado, pero sus manos, al menos la que vi, era más grande y con garras. Un ojo de un color rojo y azul oscuro fue lo que vi y...—tragué saliva y sentí temor—sus dientes eran como de tiburón. Una sola hilera filosa y letal

--que horrible ser—sus brazos volvieron a rodearme me sentí mal. Le regresé el abrazo y no sé porque pero parecía algo incomodo

—Estoy loca, disculpa—dije para cambiar de tema

--eso lo sé, pero aun así no puedo evitar preocuparme—sonreí por su comentario y lo vi hacer lo mismo— ¿deberé llevarte con un psiquiatra para que revisen tu cabeza loca?

KENNINGAR: A las Sombra De Sus Alas #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora