Mientras tronaba mis dedos, veía por la ventana del salón. Rafael y dos de sus acompañantes se habían enterado de la muerte de la rubia y habían "Solucionado" el problema con el cuerpo. Ellos estaban afuera, frente a las puertas de la universidad viéndome desde allí, actuando como personas normales.
Me sentía un poco más tranquila con ellos allí. Sólo un poco.
Habían aparecido de la nada el día anterior y eso era extraño, pero aliviador.
Raúl, quien ahora también era mi compañero de universidad, no había llegado y la parte estúpida de mi cerebro decía que él estaba muerto.
La profesora que dictaba clase justo en ese momento, era de cabello hasta los hombros, tinturado de rojo cereza y muy liso. No pasaba de los cuarenta años y su tez era blanca y pálida. Tenía un hermoso tatuaje en su brazo derecho de una serie de flechas y círculos. Era bonito. Ella era estricta, pero blanda a veces o eso había escuchado del amigo de Raúl que estaba repitiendo semestre. Y no para aprender más, en realidad.
Esperaba que adoptara su fase blanda conmigo, porque yo iba a reprobar el examen que haría a final de la clase, ya que no entendía nada. Bueno, no estaba ni siquiera escuchando. Ella movía los labios, formando letras y posteriormente palabras y seguido a ello, frases. Y yo no entendía. Como si alguien le hubiera bajado el volumen a toda la tierra.
No quitaba mi mirada de los hombres afuera. Tenía el sentir que ellos en el momento menos esperado iban a desenfundar sus armas y disparar contra alguien que estuviera apuntando hacia donde yo estaba. A mi cabeza. Y que tal vez yo no alcanzara a procesar todo con demasiada rapidez y el sujeto sí fuera veloz y accionara el arma...
Una hoja con una serie de preguntas y cuadros por llenar, cayó sobre mi escritorio. Ella estaba diciendo algo sobre marcar con un esfero verde y la diferencia entre una calificación con esfero de tinta azul a uno de tinta roja. Dirigí mi mirada a los amigos de Raúl y ellos estaban riendo de algún chiste privado.
Yo me llevé el lapicero a la boca y lo mordisqueé. Estaba en trance. Mi mente en blanco. Leí todas las preguntas y confirmé que no sabía absolutamente nada de nada de lo dictado esa clase. Miré nuevamente por la ventana y uno de los guardaespaldas le dijo algo al otro en el oído. Éste asintió y le dijo algo a una chica con falda corta que iba pasando.
¿Dónde podría estar Mario a esa hora? Él quizá estaba en la pista de motocross o cotilleando con algún otro hombre acerca del trasero de una mujer así como esos dos de abajo.
Una serie de ruidos fuertes irrumpieron mi silencio y yo brinqué en reacción. Los chicos estaban arrastrando sillas y colocándose de pie. Era hora de cambiar de clase. Suspiré pesadamente. Quería estar tranquila pero me era imposible. Mi sexto sentido me hacía mantenerme alerta a cualquier movimiento sospechoso o algo por el estilo.
***
Alguien se sentó frente de mí y me sobresalté. Raúl tenía los ojos muy rojos y una ceja alzada.
—Planeta tierra llamando a Vanesa. —Canturreó y chasqueó los dedos dos veces. Yo sonreí y cepillé mi cabello con los dedos hacia adelante, cubriendo parte de mi rostro—Estás algo ida.
Respiré profundo varias veces y luego bebí un sorbo de mi gaseosa.
— ¿Por qué no fuiste a estudiar?—Resolví en preguntar. Cambiar de tema era lo mejor tanto para él como para mí. Miré sutilmente alrededor y reconocí a los hombres en otra mesa, comiendo como personas ausentes a mi situación. Como todos los demás del restaurante. O eso creía.
—Me dio pereza, la verdad—Rió y se rascó la parte trasera de su oreja— ¿Qué hicieron hoy? ¿Estuvo buena la clase?
—Pues fue esa mona que te gusta.
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SANGRE Y PÓLVORA │COMPLETA
AksiyonElla está en peligro. Quieren asesinarla y no sabe el por qué. Tiene ocho meses para huir de la muerte, mientras descubre la identidad de sus enemigos y el motivo por el que quieren matarla. Sin embargo, hay algo que debe saber: Todos le mienten. ...