JUGADAS Y CONTRAJUGADAS.
Escena que sucede dentro de la historia normal del libro. Narrado desde la perspectiva de Mario Figueroa (David Mendoza)
El calor sofocaba y a pesar de que normalmente tenía puesta una cazadora; ese día no pude. Estaba afuera de una tienda de discos, esperando a César quien estaba cobrando un dinero al dueño del local. Le debía a Jake hacía meses y el patrón ya le había dado muchas oportunidades. Ese día llevamos oportunidades. Ese día llevamos las armas cargadas, por si algo.
Unos niños pasaron jugando. Estaban descalzos y sucios. Llevaban pistolas de agua. Uno se ocultó tras un poste de luz y otro tras un auto. Se disparaban proyectiles invisibles e imitaban los sonidos con sus voces. Si tan sólo supieran como era estar justo en esa posición, haciendo lo que ellos hacían, ni siquiera se les pasaría por la mente jugarlo.
Mi teléfono vibró y sin ver el remitente de la llamada, contesté:
— ¿Hola?
—David, David, David— Canturreó una voz masculina. Escuché un grito por parte de mi compañero, desde adentro de la casa. Era un insulto— Escucha, te lo pondré muy fácil: Lleva a la hija de Jake al puente del norte que ya sabes y nadie saldrá herido.
Dos tiros amortiguados por un silenciador, acabaron con la vida del vendedor de discos. César salió, guardando la pistola bajo la pretina del jean.
—David...—susurró una voz asustada por el teléfono. Mi sangre se convirtió en hielo cuando reconocí la voz de Fanny— Ayúdame, por favor.
Y la risa de Turco se oyó antes de que la llamada se cortara. La verdad era que había olvidado cómo se sentía el miedo. Pero los hoyuelos de Fanny aparecieron en mi mente y apreté los ojos. Si ellos mataban a Fanny, yo convertiría ambas organizaciones en un baño de sangre o moriría en el intento.
Pero me llevaría al menos una docena de almas conmigo, antes de morir.
Mi compañero esperó mientras yo opacaba los recuerdos que se habían abarrotado en mi mente, junto a la mujer que más había amado en la vida. Tenía que hacer algo pronto para salvarla o su sonrisa existiría únicamente en la foto que guardaba en mi billetera.
Si ellos querían a Vanesa, tendrían a Vanesa. Saqué las llaves de la moto y nos subimos, conduje tan rápido como los agentes de tránsito me lo permitieron y ahogué la infinidad de sensaciones que estaban brotando. Si Fanny moría por mi negligencia, jamás me lo perdonaría.
César se tiró de la moto y entró al restaurante, yo estaba estabilizando el vehículo. Caminé dentro dando grandes zancadas. Algunas personas que estaban comiendo, se extrañaron de mi actitud y de que entrara tan abruptamente en el lugar. Empujé una puerta y atravesé la cocina. Un sujeto gritaba órdenes y ollas a presión silbaban. Abrí con una llave la siguiente puerta y bajé las escaleras hasta el sótano.
Como de costumbre, algunos estaban jugando billar y otros póker o naipe. Seguí derecho, conociendo la habitación donde estaba Vanesa. Juan, fue el primero en levantar la vista y pausar su juego de billar.
— ¿Adónde vas?— Gritó desde su puesto, sin más ni más y temiendo porque me persiguiera y me detuviera, le disparé. La bala dio contra el muro a su lado. Mecánicamente todos alzaron sus armas, Juan David fue el único que disparó en mi dirección. El tiro dio en la pared y me oculté brevemente tras la esquina del muro. El ángulo en el que estaba me daba cobertura por unos cinco o seis segundos. Había iniciado un intercambio de disparos y era justo en un pasillo.
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SANGRE Y PÓLVORA │COMPLETA
ActionElla está en peligro. Quieren asesinarla y no sabe el por qué. Tiene ocho meses para huir de la muerte, mientras descubre la identidad de sus enemigos y el motivo por el que quieren matarla. Sin embargo, hay algo que debe saber: Todos le mienten. ...