21- viaje

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El auto se detiene ante aquella mansión en la que solía vivir. Los niños corren en la parte afuera. Apago el motor y me bajo. El vigilante se sorprende al verme y me saluda con entusiasmó, dice que la casa ya no es lo mismo desde que me marche. Sigo con mi camino y saludo a los pequeños, les pregunto por Carter y me dicen que ha salido con su mamá. Entro a casa y el típico olor a canela del ambientador se hace presente. El francés corre por todas partes ya que cuando estamos juntos solemos hablar en nuestro idioma. Sigo el camino guiándome por las voces hasta que llego a la cocina. Mis tres hermanos están riéndose de algo mientras que mamá cocina.

— ¡enana!—gritan los tres al tiempo.

— Enanos ustedes—contesto.

— Pensamos que ya no querías venir—dice Edmond.

— Obvio que siempre estaré viniendo, es mi hogar—aclaro.

— ¿y qué ha pasado con ammm ya tu sabes?—pregunta Adrián.

— ¿Fred?—indago.

— Hmm no, tatuajes, moreno, barba—describe.

— Silencio, esa es harina de otro costal—advierto.

Me acerco a mamá y le doy un beso en la mejilla. Algo temerosa le abrazo y ella me corresponde.

— Harmony mama nos contó todo—ríe Gérard—y créeme que cuando vea a ese estúpido de Fred arruinare su rostro.

— Cariño yo... me equivoque en todo—susurra mamá y su voz suena entrecortada.

— Ya, ya las cosas pasan...

Ella moquea un poco y sus ojos están brillantes.

— Me centre tanto en lo de Fred, que no veía tu felicidad y bienestar—solloza.

— No es momento para llorar mamá ¡deberías estar feliz porque cada uno de tus hijos es feliz de una manera sana!—le animo un poco.

Ella seca sus lágrimas y me brinda una sonrisa sincera.

— Tienes razón cariño.

— Bueno también venía a decirles que... me iré de viaje por unos días, me iré a Manchester, algunas cosas que resolver y todo eso—explico el motivo de mi visita.

— Si... aja como tú digas... princesita—ríe Adrián.

— ¿princesita?—pregunta Edmond.

— ¿por qué te dice así?—cuestiona Gerard.

— No, lo sé, ustedes saben que él no es muy cuerdo que digamos—resoplo.

— Lo que digas... princesita—burla.

Entre cierro los ojo y niego con mi cabeza. En el mesón hay un racimo de uvas que mama come y arranco una, alzo mi mano y la tiro directo al rostro de Adrián.

— Aquí hay algo muchachos, además de que están hablando en clave—dice mamá.

— Dile a la princesita—insiste Adrián.

— ¡cállate Adrián! Tu no me puedes llamar así—reprendo.

— ¿entonces quién?—pregunta Gérard.

— Nadie... en fin les quería decir si algunos de ustedes se quiere quedar en mi casa—digo.

— Yo, le puedo decir a Artemis que pasaremos unos días allá, estamos de vacaciones y no hay problema—se ofrece Edmond.

Everything that I need [ z.m.] #wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora