Nos persiguen soldados

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A la mañana siguiente, nadie habla de la discusión de ayer, pero seguimos caminando en un silencio inquebrantable. Podemos ver Marla en tan sólo 1 día de viaje, lo cual es una proeza. Los magos deben haber echado sobre nosotros algún tipo de hechizo de velocidad. Escondidos entre los árboles cercanos a la puerta de la muralla, escuchamos a los guardias mientras cobran los impuestos de entrada a la ciudad. Discuten sobretodo del ataque contra la vida del rey( cosa no muy extraña) y que ya han apresado a los asaltantes( y que más), lo que significa que dos inocentes serán acusados de brujería y ejecutados. Me dan ganas de vomitar.

- ¿ Podéis repetirme que hacemos aquí?- pregunto.

-Venimos a visitar a un amigo- responde Absent.- Pero habrá que esperar hasta el anochecer, o levantaremos sospechas-

Unas horas más tarde, sobrevuelo la muralla mientras Clarvi y Absent la saltan en absoluto silencio con un hechizo. Esquivando patrullas nocturnas, nos dirigimos hacia el centro de la ciudad, hasta una mansión enorme de ladrillo. Entramos por la ventana, pero no duramos ni un segundo dentro antes de que algo nos coja del tobillo y nos deje colgados a los tres boca abajo. La luz de una antorcha me permite ver una cuerda ceñida alrededor de mi pie.

- ¿ Quién anda ahí?- pregunta una voz masculina. Veo un hombre anciano que se acerca a nosotros con cara de malas pulgas, pero su expresión cambia a sorpresa cuando ve a Absent.

- Robery - dice éste último, sonriendo - te presento a Írisa y a Clarvi, unas amigas -

Robery me cae bien en cuanto desactiva la trampa donde caímos. Resulta que es un mago que se oculta a plena vista, pero que siempre ayuda a cualquier rebelde. Absent lo conoció cuando le salvó el pellejo de unos guardias, y desde entonces siempre viene aquí cuando necesita ayuda. Le explicamos nuestra situación y el motivo de nuestra visita.

- Así que resulta el rey está secuestrando sildes, aunque estos le salven la vida- dice mirándome - Y creéis que yo podría saber porqué. ¿Me equivoco?

- No- dice Clarvi- Nosotros no tenemos ni idea de porqué Caler necesitaría sildes para algo clandestino. Así que Absent pensó que tu podrías tener alguna idea-

- Resulta que tengo una teoría, pero es a algo alocada-

- Cualquier cosa nos sirve ahora mismo- digo yo.

- Si no me equivoco, todo esto se remontaría al día del comunicado. Concretamente dos días antes, cuando los soldados entraron en todas las viviendas y detuvieron a todos los hechiceros del reino. Dichos hechiceros estarían confusos, asustados...y enfadados con Caler. Teniendo en cuenta la cantidad de magos en esa época, generaría una cantidad de ira descomunal, lo suficiente como para que, inconscientemente, todos los magos de Laurentum lanzarán una maldición conjunta al rey. Dado que sólo la magia podría romper una maldición así, nuestro monarca tendría que encontrar una fuente mágica alternativa a la de los hechiceros. Una fuente como la que hay en la sangre de los sildes, cuyo ancestro es un espíritu del aire.

El silencio se establece entre nosotros, mientras pensamos en las palabras de Robery. Por suerte para mí, esto significa que Tuhon sigue vivo, puesto que necesitan extraer su sangre mientras viva para que conserve sus propiedades. Lo malo es que sigue prisionero de un rey maníaco y maldito.

-¿ Que podemos hacer ahora? - pregunta Absent.

- Buscar un lugar seguro donde quedarse, recabar información sobre el paradero de los desaparecidos, trazar un plan para rescatarlos, ponerlo en práctica, no perder la vida en ello, trazar un segundo plan para derrocar al rey, y hacer que funcione. ¿Te parece poco?- dice Robery.

- Eeeeh... No- contesta Absent- Gracias por todo, Robery-

Cuando salimos de la mansión, un poco desorientados por toda información recibida, no nos damos cuenta de una patrulla hasta que chocamos con ella. Tardo un segundo antes de gritar:

- Corred!-

Sildes, los hijos del aire.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora