Récord mundial a mayor estupidez

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- Haber cómo os digo esto con suavidad. . .- Les digo a los dos magos cuando me explican su plan. - Vuestro plan es una CHORRADA. Con todas las letras en mayúscula. -

- Exageras, Írisa. - se queja Clarvi. - Es sólo una idea peligrosa. -

- Vuestra idea apesta cómo un filete de tres días bajo el sol del verano -

- Es la única manera - dice Absent. - Todo el conocimiento sobre magia se perdió, se destruyó o se guardó en la biblioteca​ del Palacio real hace años. Es el único lugar dónde se puede encontrar información sobre una poción mágica a base de sangre de silde. -

- Y vuestra brillante idea es entrar en la capital del reino dónde somos enemigos públicos 1, 2 y 3, colarnos en el Palacio, el lugar más vigilado del país, llegar vivos hasta la biblioteca, encontrar un libro entre los miles que hay dentro, y hacer el camino de vuelta sin morir. - digo, levantando una ceja.

- Básicamente- contestan, pero suenan inseguros.

Arrggg. Sería más probable que me convirtiera en una sirena.

- También queremos rescatar a tu amigo - añade Clarvi.

- Vale, ahora si que te has vuelto loca- contesto.

- ¿Por qué? En algún momento habrá que hacerlo. -

- Porqué si el plan 1 es tan suicida cómo tirarse de un acantilado, el plan 2 es clavarse un puñal en el corazón directamente. - protesto.

- Morirá si no lo hacemos-

-¿Te crees que no lo sé? Soy la primera que quiere sacarle de. . .-

- Lo digo literalmente.- me corta.- El hechizo que apliqué a esas gotas de poción indica que el estado de Tuhon es deplorable. Morirá en tres días como mucho. -

Un sepulcral silencio se hace entre nosotros. La noticia me deja helada. Creía que tenía más tiempo, que podría, no sé. . . Aplazarlo, planear algo de verdad, cuando nuestra situación fuera más estable y menos "todo el mundo quiere matarnos". La inquietud me llena y se instala en lo más profundo de mí. Por un segundo, tengo la certeza de que Tuhon morirá antes de que podamos rescatarle.

Hasta que suelto un grito de frustración, cojo mi cuchillo de caza y lo lanzo con fuerza al arbusto que antes había sido mi escondite. La hoja se hunde hasta el mango en una de las finas ramas, haciendo gala de mi perfecta puntería.

Los dos magos se quedan mirando el arbusto, con cara de haber visto un fantasma.

- ¿QUE?- pregunto bruscamente.

- Oh, nada, sólo creo que podrías arrasar el mundo entero si quisieras, y ninguna magia lograría impedirlo.- contesta Absent, pero no sé si es una broma.

Me siento en la arena gruñendo, y me tapo la cara con las manos. Una frialdad absoluta se apodera de mí. Veo con claridad lo fastidiados que estamos.

Empezamos todo esto sencillamente huyendo por que Caler había mandado a sus secuaces tras de mí. El plan era tan sólo escapar. Paramos en casa de Robery y creímos que podíamos hacer grandes planes, pero seguimos huyendo. Después continuamos al norte, sin parar, sin preguntarnos por qué. Hicimos una parada en aquel refugio, y detuvimos a los cazadores de seres mágicos que tenían a Lisve. Ella dijo que tenía información que podría derrocar a Caler, pero no nos dimos cuenta de lo que realmente significa eso. Tenemos la responsabilidad de hacer saber al mundo la verdad, pero es una tarea demasiado grande. En realidad, hemos estado huyendo de ella todo este tiempo. Es demasiado en todos los aspectos. . .

Cuando llego a esa conclusión, ya llevo un rato llorando. Y no sólo con lágrimas, lloro desesperadamente aunque sé que no solucionará nada.

Absent se sienta a mi derecha. No dice nada, no creo que las palabras sirvan. Clarvi hace lo mismo a mi izquierda. Estamos un rato en silencio, mirando el mar. Finalmente me atrevo a decir lo que realmente quiero.

- Necesito un abrazo.-

- ¿Qué has dicho?- pregunta Absent en cuanto lo suelto.

- Que necesito un abrazo, tonto- repito.

- Creí que nunca lo dirías-

Nos quedamos abrazados los tres un rato, haciendo una piña. Me sorprende lo rápido que he llegado a considerarlos mis amigos. Hay gente a la conozco de toda la vida y no han llegado a estar tan cerca mío. Ahora confío en ellos casi tanto como en Tuhon.

Mi familia se ha ampliado, comprendo. De repente me lleno de una inesperada felicidad y suelto una carcajada.

- ¿Pasa algo?- pregunta Absent.

- Nada. Sólo me he cansado de huir- contesto. -Vayamos a romper un récord- añado emocionada.

-¿Cual?- preguntan los dos.

- El de mayor estupidez- contesto.

Sildes, los hijos del aire.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora