En tu cara, pringado

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Rápida cómo el rayo, me levanto y giro para ver quien me habla, cuchillo en mano.

No es otro que el rey Caler. Siento el repentino deseo de sacarle los ojos, pero debo seguir el plan.

- ¿No te has traído a tus mercenarios? Cómo siempre dejas el trabajo sucio a los demás, creí que les mandarías secuestrarme otra vez. - le provoco.

Él aprieta las manos. En una de ellas lleva una espada desenvainada, aunque no le haya oído sacarla de su vaina.

- Eso fue un descuido. Pero no volverá a suceder.- contesta.

- ¿Cuantos, Caler? ¿Cuántos sildes inocentes has traído aquí para vaciarlos de sangre y luego matarlos? ¿Cuánto tiempo llevas haciéndolo, eh? ¿Y por qué?-

Mis preguntas hacen que su rostro se crispe con ira y me mire con odio. Temo que esté a punto de saltar.

- Adelante, mátame. El secreto de tu hija correrá por las calles antes de que levantes el arma.- le advierto.

- ¿Crees que me asustas con esas amenazas vacías? Mientes. - contesta. Para mi sorpresa, realmente parece que no me cree. -Te has creído que podrías manipularme, pero no es así.-

- Sé que tu hija se muere y que la sangre de silde la mantiene con vida.- protesto.

Entonces él suelta una carcajada. El repentino sonido hace que salte, y me descuelgo el arco del hombro en un acto reflejo, aprovechando las décimas de segundo de distracción.

- Mi hija no se muere, cazadora estúpida. Está maldita e intento curarla.- me corrige.

Espera, qué? Si la princesa no se muere, que rayos le pasa? ¿Para qué habría hecho tanto el monarca si la vida de su hija no corre peligro?

"Ha dicho una maldición..." pienso. "¿Qué es una maldición para Caler?"

Un escalofrío me hiela hasta los huesos cuando saco conclusiones.

- La princesa posee el don de la magia.- digo.

- ¿Don? La magia es una maldición, es antinatural y va en contra de las leyes del universo tal y cómo lo conocemos. Es una aberración que debe ser destruida.- me suelta, tremendamente enfadado. -Pero no vivirás para contarlo.-

Entonces ataca. Su espada busca mi corazón, pero cojo mi arco y la golpeo para desviarla. Pongo distancia entre nosotros y le disparo una flecha. Él la corta en el aire con su arma, antes de que le perfore el hombro. Tiene buenos reflejos.

Lanza una estocada tan rápida que no tengo tiempo de echarme a un lado. Pero en vez de atravesarme el cuello, la espada pasa justo por encima de mi hombro, de nuevo desviada por mi arco. Pero cuando giro la cabeza para evitar que me roce la hoja, su puño se estrella con fuerza contra mi mandíbula.

El golpe es fuerte, muy fuerte. Es el golpe de un luchador profesional, y estoy segura de que me ha roto algo. El dolor me sube hasta el cerebro y sobrecarga mi sistema nervioso. Durante unos segundos, se me nubla la vista y pierdo el sentido del equilibrio. Oigo un grito en la distancia, cómo apagado. Debe de ser Tuhon. Cuando mis ojos logran enfocarse, lo único que ven es una espada descendiendo hacia mi corazón.

Puf! Ese es el ruido que hace la hoja cuando rebota contra una barrera invisible. Catapum! Ese es el ruido que hace el cuerpo de Caler cuando sale rebotado contra la misma fuerza invisible y choca contra la pared del fondo del pasillo. Estoy segura que pone la misma cara que yo hace unos segundos, esa cara que pones cuando estás absolutamente confuso y te hace parecer memo.

Dos de tres objetivos cumplidos.

Alguien me tiende una mano para ayudar a levantarme. Alzo la mirada y veo el rostro sonriente de Absent. Con esa cara de memo todavía puesta, acepto su oferta y me ayuda a alzarme. Los dos miramos a Caler, que se ha puesto de pie también y alterna su mirada entre nosotros dos, ahora con miedo.

- Gran confesión. Un poco dramática, pero la tenemos.- Absent rompe el silencio.

- ¿ Qué?- es lo único que contesta el rey.

- Que toda tu charla ha sido escuchada por toda la gente de la ciudad mientras hablabas.- contesta él, sin dejar de sonreír.- Hemos utilizado el viejo sistema de ampliación de voz que utilizaba tu padre para hacer discursos, conectado hasta aquí. ¿Qué ironía, no? El balcón desde el cual prohibiste la magia hace 17 años es un artefacto mágico.-

Vaya, cuando Clarvi y Absent me dijeron que lograrían que todo el mundo escuchara a Caler, no me imaginé que el método tendría también justicia poética.

- Mientes.- es lo único que se le ocurre decir.

- Dices esa palabra con mucha facilidad.- gruño.

- Dime Clarvi, me oyes?- pregunta Absent a la nada.

-Alto y claro. -contesta la voz de ella, salida de ninguna parte. Me da un susto de muerte hasta a mí, pero creo que Caler se lleva la peor parte.

- Bueno, ahora nosotros deberíamos ir tirando, no crees?- pregunta Absent, dirigiéndose hacia mí.

El tío ni siquiera espera mi respuesta. Me coje del brazo, me arrastra hasta donde está Tuhon y antes siquiera de darme cuenta, ya siento el familiar tirón en el estómago que causa el teletransporte. No tengo tiempo ni de gritarle.

Pero lo que sí puedo ver es la cara del rey, que ahora ya no sólo me mira con odio. Ahora sé que me he metido con el hombre más poderoso del reino y que eso traerá consecuencias.

Pero en vez de asustarme cómo otras veces, sólo puedo pensar en una cosa:

"Que te den, Caler. Las estaré esperando."

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⏰ Última actualización: Jul 10, 2017 ⏰

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