Se me escapan algunos secretos

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-¿Como te llamas?- Pregunto yo, dirigiéndome hacia el chico. Llevamos 3 horas andando, hacia un "lugar seguro" que desconozco, o pero el silencio se ha establecido entre los tres y es algo incómodo.

- Absent - responde él.

-¿ Y tú? - le pregunto a la chica.

- Clarvi - gruñe ella. Me parece que no le caigo demasiado bien, aunque no le haya hecho nada.

-¿ Alguno puede decirme cómo me encontrasteis? -

- No - responde secamente. ¿ Qué demonios le he hecho para que me odie? No he asesinado al amor de su vida, sólo le he disparado en el hombro. Vaya, dicho así suena peor.

- Te pido perdón por lo del hombro- le digo.

Ni siquiera me responde esta vez. Es obvio que me llevaré mejor con Absent que con ella. Espero no tener que pasar mucho tiempo con ella, porque ahora que el rey me persigue no puedo volver a Sayher.

Un par de horas más tarde, encontramos un claro donde Clarvi se detiene y dice:

- Podemos pasar aquí la noche. No tiene sentido continuar hasta el amanecer -

- De acuerdo - responde Absent, y acto seguido, aparecen de la nada tres tiendas de campaña individuales y una hoguera que arde sin madera y que no produce humo.

- ¿Qué...qué demonios ha sido eso? - Pregunto yo.

- Magia - contesta Absent con una aguantando la risa ( debo de tener pinta de haber visto un fantasma )

-¿ Y cómo...cómo rayos lo has hecho? -

- Es complicado - explica mientras se sienta delante de la hoguera- Se podría decir que la magia es energía, y que los magos podemos usar esa energía para romper las leyes de la física a nuestra voluntad  -

- Pero tú no lo entenderías - interviene Clarvi.

- ¿¡Se puede saber que te pasa?! ¿¡Tienes una úlcera que te impide ser amable o qué!? - le suelto.

- ¡ Lo que pasa eres tú! ¡Nos hemos jugado la vida en ese ataque y tú lo has estropeado todo, pensando sólo en la recompensa del rey!- me grita ella.

- ¡Odio al rey! ¡No te atrevas a decir que me importa su vida! -

- ¡Pues claro que te importa! ¡Solo eres uno más de sus esclavos!-

-¡ Tal vez cometí un error al evitar que le mataras, pero es que yo no apruebo el asesinato!

- ¡Mientes! ¡Eres sólo uno más de sus siervos! ¡Uno que no conoce el sufrimiento por el cual pasan los magos!

-¡ El rey mató a mi familia! ¡Mató a mi padre sólo por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado! ¡dijeron que fue un accidente, pero sabes qué? ¡yo vi su cadáver! ¡lo habían asesinado sus soldados! ¡ y años después cogió a mi madre y la ejecutó porque creía que era una bruja! ¡pero no se paró allí! ¡mataron a mi hermano pequeño porque insultó a un soldado! ¡así que no te atrevas a decir que no conozco el sufrimiento!

Cuando acabo de soltar mi discurso, Clarvi y Absent están blancos como la tiza, mirándome. Algo resbala por mi mejilla y sé que es una lágrima. Estoy llorando. Sin poder aguantar más, alzó el vuelo y me pierdo en la inmensidad de la noche, en un desesperado intento por alejar de mí aquellos recuerdos que enterré muy hondo en mi memoria, pero que la ira ha sacado a flote de nuevo. Me siento encima de un gigantesco baobab que se levanta por encima de todos los demás árboles, como un guardián del bosque. Me ahogo en mis lágrimas hasta que no puedo llorar más. Pienso en mi familia, antes de que ese maldito comunicado nos arruinara la vida para siempre. Y me hago una promesa a mí misma. Juro que no descansaré hasta que vea a Caler fuera del trono, para vengar a todas las personas que perdieron la vida o un ser querido por su culpa. Y juro que encontraré a Tuhon antes de que tenga que vengarlo a él también.

Sildes, los hijos del aire.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora