Mi mente se revuelve en un plácido sueño. Es tan agradable . . . En los sueños no se siente dolor, ni angustia, ni ninguna preocupación de ningún tipo. Lastima que se acaben al despertar. Recuerdo historias de magos que, estudiando el mundo de los sueños, se perdieron dentro de ellos para no volver jamás. Cuando me contaron esas historias, no pude dormir hasta que encontré un libro donde explicaba un hechizo para despertarse en caso de que te durmieran con magia. También explicaba que, en caso de estar hechizado, el mago podría saber si lo estaba haciendo algo tan simple como contarse los dedos de la mano o intentar sacarse un zapato. Los sueños provocados tienen tendencia a perder definición al hacer cosas cotidianas, por lo que son siempre sueños muy raros.
En mi sueño llego a una cascada de agua brillante y clara, tanto que me veo reflejado en ella. Muy bonita. Me acerco para verla y descubro que hay agua acumulada alrededor. Al tratar de beber del estanque, el agua no se me escurre entre los dedos, si no que directamente no puedo cogerla, atraviesa mis manos. Espera. ¿Puede ser que esto sea un sueño provocado. No. . . Nadie tiene motivos para mantenerme dormido, verdad? No he cabreado a ningún mago, que yo sepa. Lo último que recuerdo es que una serpiente me atacaba en aquella cueva y . . . ¡Clarvi! Tengo que despertarme ya.
Antes de pensarlo siquiera, ya he recitado de memoria el conjuro. El mundo a mi alrededor empieza a difuminarse. Percibo una pequeña fuerza que trata de evitarlo, pero es demasiado débil comparada conmigo. Finalmente, abro los ojos.
He salido de la caverna. No sé quién me ha sacado, pero el sol se cuela entre las hojas de los árboles y me calienta el rostro, y mi espalda está apoyada en un tronco. Las brasas de una hoguera chisporrotean a un par de metros de mí. Y al otro lado, con una mirada llena de consecuencias, están Clarvi e Írisa.
- ¿Qué ha pasado? - pregunto, con la voz tan débil que suena casi cómo un susurro.
Se miran entre ellas con preocupación, y finalmente, Írisa dice:
- Díselo tú - mientras remueve las brasas con un palo.
Clarvi se gira hacia mí y abre la boca cómo si fuera a decir algo, pero se nota que no encuentra las palabras.
- Cuando nos teletransporté, sólo quería alejarnos lo más posible de allí, así que el hechizo nos trajo aquí. Cómo no tenía destino fijo, nos dejó separados los unos de los otros. Yo aterricé en el nido de serpientes tiniebla, una me mordió y el veneno hizo efecto enseguida. Me dejó fuera de combate y me arrastró bajo tierra. Creí que iba a morir. No sé cuánto tiempo estuve allí, pero de repente, un hechizo que yo no formulé empezó a contrarrestar los efectos del veneno. Empecé a despertarme. Entonces noté que había alguien en la caverna, alguien con un potencial mágico tan potente que quemaba. Cuando recuperé la conciencia del todo, vi que eras tú. -
- ¿ Qué? Eso es imposible. Yo estaba al borde de acabar con mis fuerzas cuando me desperté. - le replico, sin poder creerla.
- Eso no es todo.- responde, sacudiendo la cabeza. - Estabas utilizando ese poder contra las serpientes que había en la caverna. Les impedías escapar mientras las quemabas vivas o les rompías el cuerpo en trozos. Las torturabas hasta la agonía. Y te gustaba. Dioses, te reías a carcajadas mientras se retorcían de dolor. - dice, con lágrimas en los ojos.
-Me limité a mirarte hasta que las mataste a todas. Cuando empezaste a enseñarte con sus cadáveres, no pude más y entré en tú mente. Te dormí sin hechizos, porqué tenías tanto poder que los habrías rechazado. Te saqué de allí y encontré a Írisa. - finalizó.
Me he quedado con la boca abierta durante su relato, intentando que saliera algo que negara lo que decía, pero me he quedado sin voz. ¿ Qué . . . ? ¿ Cómo . . . ? ¿Y porqué haría algo así?
Adivinando mis pensamientos, Clarvi me dice:
- Mira en tu interior, Absent -
Le hago caso. Mi percepción extrasensorial se encuentra con algo que antes no estaba allí. Un cúmulo de energía tan grande que parece que me hayan vaciado por dentro para llenarme con algo más potente que toda la magia junta del mundo. Un poder que me incita a utilizarlo sin medida, por que noto cómo desea salir y cargarse a todo el mundo, sin dejar títere con cabeza.
-Clarvi- digo con voz temblorosa- ¿ Qué he hecho? -
Ella sólo puede abrazarme fuertemente.
ESTÁS LEYENDO
Sildes, los hijos del aire.
FantasyÍrisa, además de ser una chica decidida, rebelde e inteligente, es una silde, una descendiente de la unión de un espíritu del aire y un humano. Vive de forma sencilla en Laurentum, un reino en el cual la magia está prohibida y perseguida desde que e...