Capítulo Nueve

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¡FELIZ NAVIDAD A TODOS! ¡BESOTES ENORMES!

Aceptó la segunda taza de té con una sonrisa amable pero lo que realmente quería era dejar de escuchar la cháchara inútil de todas aquellas damas que no hacían otra cosa que criticar y ensalzar dependiendo del momento y el estado de ánimo.

Tomó un sorbo e hizo una mueca. Estaba tan distraída que no lo había endulzado lo suficiente y el sabor amargo casi hace que lo escupiera, pero lo tragó con esfuerzo y depositó sin hacer ruido la taza sobre el platillo.

Tenía que salir de allí. No debería de haber hecho caso a su madre y dejarse convencer para acompañarla a esa reunión literaria. Había decidido acudir para poder despejarse un poco del entorno opresivo de la casa y para no pensar más en lo mismo, para olvidar por unos instantes a Gabriel.

Desde que habían llegado, y de eso hacía más de una hora, no había visto un solo libro y mucho menos hablado sobre él, pero eso era de esperar si la anfitriona era Lady Milham, una consumada especialista en escuchar y difundir todo clase de rumores, ciertos o no.

Le hizo señas a su madre para que se marcharan pero no se dio por aludida, incluso se giró para no enfrentarse a la mirada enfurruñada de Marion.

Prestó atención al escuchar el nombre de Stanton unido al de Lady Allison y trató de que no se notara el sobresalto que le había provocado.

- ...y después se dice que se marcharon juntos en el carruaje de ella.- La mujer que hablaba hizo una pausa para cerciorarse de que todas las allí reunidas le prestaban atención.- Claro que puedo decir que es cierto, porque mi doncella es hermana del cochero de Lady Allison y estoy muy bien informada.

La mujer las miró una por una con mirada picarona y sonrieron entre ellas.

- Parece que tenemos un nuevo calavera entre nuestros nobles.- Comentó Lady Milham.- Tengo que reconocer que es un hombre muy apuesto, y diría que ha mejorado en estos años que ha estado ausente.-

Todas asintieron ante este comentario y se escucharon algunas risitas nerviosas. Incluso Marion estuvo a punto de hacerlo pero se contuvo a tiempo porque sentía que los celos la consumían.

¿Qué diantres veía Stanton en mujeres como Lady Allyson?.

- Hay que admitir que tiene muy buen porte y esos ojos verdes que parecen que te desvisten en cuanto te mira......-

Marion taladró con la mirada a Lady Margaret. Odiaba a esa mujer desde que hizo pasar por un infierno a Meredith haciéndole dudar de su marido. La oyó suspirar con anhelo y tuvo ganas de tirarle lo que le quedaba del té sobre su elaborado peinado. Era una víbora y no se molestaba en ocultarlo.

- Además tan serio y correcto en su trato y de pronto te sorprende con una de sus escasas pero seductoras sonrisas que te hace pensar que eres la mujer más maravillosa por habértela dedicado.-

Ese maldito gusano. ¿Cómo se atrevía a sonreír de esa manera a cualquier otra cuando a ella solo le dedicaba insultos y miradas siniestras?.

Tuvo que admitir que eso no era del todo cierto. Recordó el día que cayó al Serpentine y como reaccionó ante la franca diversión de Stanton. Se quedó mirándolo exactamente igual que Lady Margaret. Sorprendida por como ese simple gesto transformaba un rostro, ya de por si atractivo, en arrebatador.

No era justo. Nadie debería ser tan apuesto. El problema no era que ella lo considerara irresistible sino que muchas otras opinaban lo mismo y eso era algo que no llevaba del todo bien.

- .....¿verdad, señorita Remington?.-

Marion parpadeó al oír su nombre. De nuevo se había dejado llevar por sus pensamientos sobre Gabriel.

Saga Londres 2 " Rebelde Rendición "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora