Capítulo Seis

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HOLA DE NUEVO!!

YA ESTOY AQUÍ.!!!!! ;-)

ÉSTE CAPITULO ES UN POCO MÁS CORTO DE LO HABITUAL PORQUE NO HE TENIDO TIEMPO DE ESCRIBIR NADA MÁS. HE ESTADO MUY LIADA CON EL ÚLTIMO DE MATRIMONIO A LA FUERZA Y SOLO HE PODIDO ESCRIBIR UNAS HORITAS HOY :-(

EL DOMINGO QUE VIENE PROMETO QUE SERÁ MÁS EXTENSO, AUNQUE CREO QUE TRABAJO ESE DÍA, VERÉ COMO ME LAS APAÑO PARA SUBIR ANTES.

BESOTES ENORMES Y ESPERO QUE OS GUSTE!!

***

- Llegaremos tarde si no avanzamos con mayor rapidez.-

Era la cuarta vez que su madre se quejaba por lo despacio que circulaban entre tantos carruajes y Marion volvió a tranquilizarla recordándole que habían salido con suficiente tiempo de antelación.

Esa noche Meredith las había invitado a que la acompañaran, junto a su esposo y su suegra, Lady Abbigail, al palco que poseían en el Teatro Real, en Drury Lane. Representarían "El mercader de Venecia" y esperaba distraerse lo suficiente como para olvidar por un momento la tristeza de los últimos días.

Desde que volvió de Dreams se había sentido totalmente ausente de lo que le rodeaba. Se había vuelto a autocompadecer de su suerte pero en el fondo sabía que podía haber sido mucho peor. Podían haberse encontrado en la más absoluta de las miserías si Lord Dowden no llega a aparecer.

Eso le hizo volver a pensar en Gabriel Stanton. Estaba tentada de aceptar su proposición pero su corazón no soportaría haber sido utilizada por él hasta aplacar su deseo y luego ser desechada cuando se cansara de ella, mientras que con Dowden estaría casi deseando que eso ocurriera.

No podía arriesgarse a sufrir.

No con él. No por él.

Su madre le hablaba pero ella era incapaz de centrarse en lo que le decía y sólo asentía de vez en cuando para hacerle saber que la escuchaba.

- Vaya, parece que llegamos. Abrígate, hace mucho frío.- Lady Remington le sonrió.

Marion asintió. Su madre intentaba aparentar que no estaba inquieta por el futuro pero ella notaba como día tras día marcas de preocupación surcaban su rostro y sus ojos se apagaban a medida que se acercaba la fatídica fecha. No hablaban entre ellas del asunto que les afligía, como si al no hacerlo pudiera resolverse por si solo, pero eso no podía evitar que siguiera presente en todo momento entre ellas, como un mal presagio de lo que les esperaba si no ocurría un milagro.

Entraron en el teatro lo más rápido posible para evitar la humedad de la noche y se dirigieron hasta el palco donde las esperaban.

***

¿Es que no podría disfrutar de la obra siquiera?.

Se removió incómoda en su asiento tratando de concentrarse en el desarrollo de la trama pero sus ojos se fijaban una y otra vez en dos palcos más allá, donde parecía que Arlington y Stanton se estaban divirtiendo de lo lindo.

Se inclinó un poco para poder observarlos mejor y tuvo que morderse la lengua para no soltar un grito de indignación por la escena que estaban protagonizando en esos momentos. Estaba segura que eran más las personas que seguían sus movimientos que los que estaban pendientes de la obra.

Cada uno de ellos tenía a dos mujeres. Una a cada lado, pero ella sólo tenía ojos para Gabriel.

Una de aquellas señoritas estaba prácticamente sentada en su regazo mientras le besaba con fervor el cuello. El sonreía con deleite y la apretaba contra su costado mientras con la otra mano sostenía la cabeza de una voluptuosa morena y la acercaba para besarla como si fuera lo único que podía mantenerlo con vida.

Saga Londres 2 " Rebelde Rendición "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora