Capítulo Treinta y Uno

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HOLA A TODOS!!!

AQUÍ TENÉIS EL CAPÍTULO DE ÉSTA SEMANA, ESPERO QUE OS GUSTE, LA SEMANA QUE VIENE ESCRIBIRÉ LO QUE QUEDA POR QUE NO ME HA DADO TIEMPO DE TERMINARLO, ME VOY A LA FERIA, LA FIESTA DE MI CIUDAD. AÚN QUEDA OTRO CAPÍTULO, QUE ES LO QUE FALTA DE ÉSTE, Y EL EPÍLOGO Y EL CAPÍTULO ESPECIAL.

LAMENTO NO HABER PODIDO ACABARLO HOY PERO SÉ QUE COMPRENDERÉIS QUE TAMBIÉN NECESITO DIVERTIRME!!

¡¡¡¡ BESOTES ENORMES Y HASTA PRONTO!!!

***

- Estás preciosa.

Lady Remington miraba a su hija con lágrimas en los ojos. Se las enjugó con un pañuelo sin dejar de sonreír en ningún momento. Había esperado ese día demasiado tiempo y por fin podía decir que su pequeña contraería matrimonio con un buen hombre. Sería sin duda un excelente marido y un magnífico padre porque a pesar de su seriedad era alguien íntegro y cabal.

No le había agradecido lo suficiente el que hubiera descubierto las maquinaciones de Whilock porque en aquel momento estaba muy preocupada por Marion pero en ella tendría una verdadera madre y todo el cariño que le hiciera falta y no porque se casara con su hija sino porque se lo merecía. Al menos había dejado de tener remordimientos por impedir que huyeran en el pasado porque desde ese día, Marion, no había vuelto a ser la misma y ella se sentía responsable de ello, pero ahora, todo había vuelto al inicio y eso la hacía inmensamente feliz.

Lady Abbigail le acarició el brazo para demostrarle que estaba de acuerdo con ella.

- Tienes razón Amanda, es una novia deslumbrante.- La voz enronquecida hablaba por sí sola de la emoción que sentía en esos momentos.

- En cuanto Gabriel te vea querrá llevarte con él lo antes posible. Pareces un ángel.- Meredith le recolocó, por enésima vez, la falda del vestido de seda.

Marion miró a las tres mujeres que la rodeaban y no pudo decir una palabra debido a los sentimientos que amenazaban con desbordarla de un momento a otro, así que se conformó con asentir con la cabeza a cada frase de elogio.

Volvió a mirarse al espejo y tuvo admitir que el vestido de novia era precioso. Era el mismo que había llevado su madre y siempre había soñado con casarse llevándolo puesto. Ahora se haría realidad ese deseo pero los nervios la estaban comiendo por dentro haciendo que su estómago se contrajera con fuertes espasmos.

Respiró profundamente y acarició la seda del vestido. La calmaba porque le hacía pensar que si estaba vestida de aquella forma, todo saldría bien. Gabriel estaría esperándola como le había asegurado Nick y Meredith.

- Tengo que reconocer que modificar un poco el escote del vestido ha sido muy acertado.- Admitió Lady Remington apreciando la piel cremosa que quedaba ahora al descubierto.- Era demasiado cerrado y en realidad parece otro totalmente diferente con las mangas cortadas justo hasta debajo del codo.

Cuatro pares de ojos miraron exactamente lo mismo. Madame Chloe había hecho un buen trabajo a pesar de que ella no hacía arreglos de ninguna prenda que no hubiera sido confeccionada por ella, pero había accedido a realizar algunos cambios a ese traje en particular, porque le tenía bastante aprecio a las dos primas.

Les había asegurado que el vestido era de corte elegante y que con unas pocas modificaciones sería espectacular y así había sido. Marion se veía como una reina con él puesto y lo completaba unos sencillos pendientes y un collar de perlas de tres vueltas que Meredith había insistido en que tendría que llevar.

El pelo lo llevaba totalmente recogido mostrando la elegancia de su cuello. Varias horquillas con perlas terminaban de rematar el peinado y a ella le gustaba el efecto que producía. No demasiado llamativo ni recargado, sino más bien sencillo y distinguido.

Saga Londres 2 " Rebelde Rendición "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora