¿A quién ves?

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- ¿Tails, estás allí?- Habló una voz del otro lado de la puerta, sin causarle ninguna sorpresa. ¿No comprendían que no quería hablar con nadie?

Pasaron varios minutos y escuchó como la puerta era abierta, sacándolo de su ensoñación. Giró sus ojos con clara molestia, ya había hablado con ellos de eso, no quería volver a repetirlo.

- Tails, por favor.- Dijo la eriza rosa colocando su mano en un hombro de Tails, recibiendo un estremecimiento de parte del menor.- Solo queremos ayudarte...

- ¿Ayudarme? ¿Cómo piensan hacer eso?- La voz del zorro amarillo sonaba ronca y rencorosa, haciendo que la chica estuviese a punto de soltar un respingo por el escalofrío que había sentido.

- Queremos...queremos que salgas de este cuarto.- Dijo ignorando la pregunta de Tails.- Estando aquí solo te haces daño. Te presionas y te hechas la culpa de algo que escapa completamente de nuestras manos.- Sin quererlo, Amy posicionó su mirada sobre el joven erizo que se encontraba en la cama en ese mismo momento, haciendo que sus ojos se quisieran llenar de lágrimas. Desvió la mirada rápidamente e intentó forzarse a poner toda su atención en el pequeño zorro de ojos azul claro y no en el oji-esmeralda.- No estuviste en ese momento, ninguno lo estuvo. No porque no quisieras si no...- Dio otro suspiro y se acercó más al zorro.- ...si no porque no sabías que era lo que iba a pasar, nadie lo sabía.

- Basta- Escuchó y dirigió su mirada a la espalda de Tails. Este tenía la cabeza baja y temblaba.- Nada de lo que dices tiene sentido.

- Pero Tails...

- ¡He dicho que basta!- Le gritó girándose y mostrando sus ojos llenos de lágrimas.

La chica soltó un débil suspiro al ver las gotas caer de los ojos de su amigo mientras que este le miraba con una furia acompañada con tristeza y dolor.

- ¡Sé que fue mi culpa! ¡Sabía que Sonic no estaba bien! ¿Pero hice algo? ¡No! No hice nada para ayudarlo. No es que no haya podido, simplemente...yo...n-no lo h-hice.- El niño cayó al suelo aún llorando, mientras que sus sollozos se intensificaron, partiendo el corazón de Amy en miles de pedazos. 

Sin pensarlo mucho, corrió a su lado y lo abrazó con fuerza. Sintió al inicio como Tails quería separarse de ella, pero luego este se calmó y correspondió el abrazo. Lo necesitaba, y ella también lo hacía.

- Quiero que me escuches, Tails.- Le susurró en su oído cuando el zorro se había tranquilizado un poco.- Nunca quiero volver a escucharte decir que lo que le pase a Sonic es tu culpa. NUNCA, ¿Entiendes?

- Y-yo...

- Te haces daño, me haces daño, nos haces daño...le haces daño.- Sintió como el pequeño volvía a temblar con la última afirmación.

- Solo quiero escucharlo otra vez...Solo quiero que me diga que todo va a estar bien, a pesar de que sé que eso no es cierto...solo quiero oírlo, verlo sonreír, enojarse, cualquier cosa...Pero quiero que despierte, que abra los ojos.

- Y lo hará...Despertará, te verá a los ojos y te dirá que todo está bien.

- ¿Cómo puedes saberlo? No...¿Cómo puedes asegurarlo?- Dijo ya separándose de ella con una mirada molesta y rota a la vez.- ¡¿Cómo puedes decirlo de una forma tan simple?! ¡¿Acaso no vez su estado?!

- ¡Sí, lo veo Tails! Pero no quiero perder la esperanza de que despierte. ¿Por qué no puedes verlo?

- ¡¡LO VEO!! Y me doy cuenta que no va a despertar, me doy cuenta de que haga lo que haga no abrirá sus ojos otra vez. Me doy cuenta que la realidad es más dura de lo que creía.

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