DARK SOUL

• CAPÍTULO: 3

-Hola- saludé- Me llamo Dylan, soy de nuevo ingreso, ¿tú eres?...- dije acercándome más hacia Charlotte.

-Charlotte Wood- ofreció la mano, la acepté, apretándola un poco- disponible, para lo que quieras- dijo acomodándose un mechón de cabello detrás de la oreja.

-Me llamo Brad- se presentó un chico que estaba a la derecha de Charlotte, tenía que reconocerlo era atractivo, pero yo era mucho mejor que él.

¿Ego? ¿Dónde?

-Eh, Dylan- me presenté sin interés, no dejaba de mirar a Charlotte.

-¿Quieres sentarte con nosotros en nuestra mesa en la cafetería?- ofreció Brad.

-Claro- aseguró Charlotte contestando por mí - ¿No Dylan?- dijo mordiéndose el labio inferior.

-Claro, me encantaría, pero ahora tengo que irme.

-Eso es una pena- dijo Charlotte haciéndo un puchero.

-Creeme que me encantaría quedarme para estar contigo, pero tengo que ir a la dirección para que me den mi nuevo horario de clases, pero si me das tu número con gusto te llamaré cuando quiera.

-Con mucho gusto te lo daré- agarró una libreta y un bolígrafo, me miró, le guiñé un ojo- aquí tienes, espero que me llames pronto.

-No lo dudes- agarré el papel con el número, lo guardaba en contactos, me levanté de la silla.

Salí de la biblioteca, agarré el celular, fui directo a contactos, busque el número de Cyprian, decidí enviarle un mensaje.

Dylan: Cyprian ya hablé con Charlotte, es demasiado coqueta, Hanck si sabe mis gustos, me invitó comer con ella en la cafetería también me dio su número, ¿adónde te veo?

Pulsé enviar, no tarde mucho cuando recibí su contestación.

Cyprian: Genial, ya le avisé a Hanck que la encontramos, ya arreglé todos nuestros papeles, te espero en el salón B5, nos toca Literatura Clásica.

¡Genial Literatura!, uno quiere iniciar bien el día y la vida te enseña lo mierda que es.

Dylan: Okay te veo en la puerta del salón.

Iba a pulsar enviar, levanté la vista, vi una cabeza castaña pelirroja caminando en uno de los corredores.

¿Kate?

Okay, tenía que dejar de pensar en ella, Kate no era Charlotte, la única chica a la que tenía que ponerle toda mi atención, era en Charlotte, nada más en ella y no en un ratón de biblioteca como Kate.

Ni tú te la creés, no podemos ser fiel a una chica, lo nuestro no es la exclusividad.

Trataba de olvidarme de Kate pero mi mente estaba en contra mía, me salían pequeñas imágenes de ella, su cabello, su cara, sus ojos, labios, trataba de quitarme esas imágenes de la mente.