CAPÍTULO: 34

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Las manos de Kate bajaron hasta mi cintura para jugar con mi cinturón, su cadera chocaba con gran fuerza con la mía, provocándo que los dos gimiéramos, el asiento del coche era un poco incómodo pero se sentía genial, nuestro calor hacía que los vidrios se nublaron, mis manos fueron hacia su blusa para quitársela con mucha desesperación.

—Dylan– gimió mi nombre al sentir mis manos en sus pechos mientras ella movía sus caderas de adelante hacia atrás.

Mis dientes mordían con gran deseo su cuello, tratando de dejar marcas, sus manos jalaban mi cabello enterrando más mi cara en el, podía sentir nuestra gran capa de sudor, mientras ella ya estaba en ropa interior yo solo estaba con pantalones.

Mis manos acariciaban su piel desnuda, no podía detenerme, la ama tanto.

No podía dejar de decirlo, o de pensarlo, tenía todo lo que soy en ella, podía manejarme en cualquier momento y como sea, soy totalmente de ella, no hay mujer que me llame la atención que no sea ella, es perfecta para mí, su sonrisa hace que mis días sean perfectos.

Sentir el calor de su piel en mi labios, era una conexión única, solo nuestra, sus manos quemando de una manera lenta y tranquila mi piel, recogiéndola con tanto amor, mirarla a los ojos y notar nuestra perfecta unión, es bella, sé que me quiere como yo, que tal vez al igual que a mí, con tan sólo verme la hago la mujer más feliz de la vida.

Mis labios se apretaban entre los suyos, de una manera que era un dolor masoquista, de esos que te encantan pero que duele, nuestras respiraciones son tan aceleradas pero hermosas.

Nuestras risas eran algo muy especial de escuchar, mierda, podía notar como es que si sonrisa era más grande y divertida cada vez que pretendía hacerme una cobra o algo gracioso pasaba entre nosotros dos.

De pronto sin imaginarnos lo que estaba pensando, un sonido se escuchó con gran violencia, otros dos golpes se escucharon, el coche se hundió para atrás, lo primero que pensé era que las dos llantas habían sido pinchadas.

Kate por la otra parte estaba buscando su camisa para tratar de saber qué estaba pasando ahora.

Los golpes se escuchaban con mucha más fuerza, enseguida se escucharon unos sonidos de los disparos, las ventanas y parabrisas se rompieron, lo primero que hice es agarrar a Kate y ponerla en el piso del coche, me coloqué encima de ella para así evitar que saliera herida.

Algo que realmente me sorprendió pero me agrado al mismo tiempo de Kate, es que no había gritado como las típicas chicas, sí, la notaba nerviosa, no dejaba de mirar todos los lados posibles tratando de descubrir lo que pasaba, ella al parecer estaba buscando una solución.

Yo solo me concentraba en decirle al oído que todo estaría bien, que encontraría una solución para sacarla de ese momento.

En un momento inesperado la ventana— que estaba detrás de mí— se rompió, cubrí todo el cuerpo de Kate para que no se cortara.

—¿Qué tenemos ahí?. Dios, Dylan y su hermosa novia, me divierte tanto verlos tan felices.

Conocía esa voz, la maldita canción que me había arrebatado lo que más quería en la vida, lo que me cambió a mí. Era él, el hombre que había matado a mis padres cuando era niño, al verlo a los ojos, notaba como estaban llenos de alegría al notar que yo estaba ahí, sin imaginar las consecuencias que tenía lo que iba a hacer.

Pateé la puerta con toda la fuerza que tenía, el hombre se encontraba en el suelo, mientras la puerta estaba encima de él, al llegar a donde él estaba quité la puerta, al tenerlo en la cara, empecé a golpearlo, sin piedad, la típica sangre no tardó en llegar y marchar mis manos.

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⏰ Última actualización: Feb 17, 2018 ⏰

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