CAPÍTULO: 31

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Mi mano trató de tocar el rostro de Kate, sus ojos estaban hinchados mientras que sus labios tenían un gran color rosa en ellos.

—¿Qué haces aquí Kate?.

Sus ojos se vuelven a posar en mí, sus hombros se levantan con lentitud dando a entender que no sabía. Su cuerpo se alejaba de mí lentamente dejándome solo en el piso. Veía con atención como sus manos agarraron la botella de tequila, mis preocupaciones se alarmaron más cuando vi como llevó la botella a su boca para darle un buen trago a ella.

»—Kate deja de tomar, por favor– trataba de acercarme a ella, pero su mirada me estaba asustando ya que nunca la había visto.

—No– su negación era bastante ronca y gastada gracias al tequila– ¿y a ti qué te interesa? Vamos te beneficia, sí quedo borracha por lo menos tienes gran posibilidad de acostarte conmigo.

—Basta.

—¿Qué? Es la verdad, tú mismo lo dijiste, tengo una gran curiosidad Excitador G.– con su mano izquierda hico un puño simulando tener un micrófono, se acerco a mí tanto que sentía su aliento lleno de alcohol chocar con mi cara– ¿Qué es lo que me harías si me tuvieras dispuesta sexualmente?.

—Deja de tomar y dame la estúpida botella.

—Okay– me entregó la botella en el pequeño espacio que había en mi entrepierna– ahora si no te molesta me iré a casa, adiós– sus labios se pegaron a mi mejilla para luego alejarse un poco y enseñarme el dedo cordial.

Cerré los ojos mientras recordaba la sensación de sus labios en mis mejillas, al abrirlos ya no veía con facilidad el cuerpo de Kate, mi corazón empezó a acelerar por la preocupación al no saber dónde estaba.

Me levanté muy rápido de mi lugar para ir directo a buscarla, mis manos arrojaron la botella al piso.

—¡Katherine!.

Corrí entrando por todo el bosque, estaba empezando a oscurecer y a lloviznar, mis gritos con el nombre de Kate era lo únicos que de escuchaba por todo el lugar, mis pasos eran muy estúpidos, chocaba en cada minuto con algunas ramas o raíces, la tierra húmeda era lo más que olía, sentía como la tierra se convertía en lodo en la zuela de mis tenis.

Trataba de no chocar con algún árbol mientras corría, el nombre de Kate parecía que era la única palabra que conocía, parecía un completo estúpido al sólo decir eso.

Al ver que había llegado a la cancha de nuevo, me fastidié para ir a camino a mi coche, conociendo a Kate estaría fascinada de ver cómo me estaba haciéndo un completo idiota corriendo por buscarla.

Al llegar la vi, estaba acostada en la parte de arriba de mi coche, su pierna derecha estaba tocando el techo de mi coche, mientras la izquierda estaba sobre esta moviéndose, sus brazos estaban como una almuada para su cabeza mientras estaba empezándo a escuchar una canción que ella cantaba.

—Esta vez, puedo  ver, los  recuerdos, me envuelven, la canción que escuché, una vez en diciembre, me  adoraban con fervor, como extraño  sentir amor, quien gozaba al  bailar un vals  inmemorial – sonreí al escucharla, su intento de melodía era gracioso, pero me encantaba– me adoraban con fervor, como extraño sentir amor, quien  gozaba al  bailar un vals inmemorial...

Me acosté a lado de ella en la parte de arriba de mi coche sin importaba que si estaba sucio, me acercaba lentamente, por primera vez en bastante tiempo nuestras manos se tocaron, sus ojos dieron directamente con los míos, podía sentir como su respiración empezaba a ser lenta y pesada

—Lejos fue, tiempo  atrás, poco a poco se pierde, lo que  amé de verdad, más conservo en mi mente, la canción que escuché...

La corte de su hermosa interpretación musical, sabía que me estaba escuchando horrible pero ella lo hacía ver como si fuera lo mejor del puto mundo, su rostro poco a poco estaba cerca, nuestras narices estaban tocándose, los labios poco a poco se estaban tocando con nuestro aliento combinado.

DARK SOULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora