CAPÍTULO: 30

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El humo del cigarro era el mejor olor que podía oler en estos momentos, sentir como succionaba todo para después sacar el humo de una manera lenta y relajante.

Desde lejos podía apreciar la casa de Hanck, había muchos guardaespaldas inspeccionando cada centímetro de el. No soportaba más, necesitaba hablar con Owen, no podía dejar de pensar en él, saber que lo había lastimado sólo por una estupidez, y no nada más lo había lastimado sentimentalmente sino también en física.

Terminé todo el cigarrillo para tirarlo en alguna parte, inhalé todo el aire que podía para después sacarlo en un grande gruñido mientras mis manos de concentraban en jalar mi cabello. Salí del coche gritándome mentalmente que podía con eso, tenía que hacerlo por Owen.

Los guardias no tardaron en reconocerme para darme la entrada a la casa, no me importaba que Hanck estuviera ahí, sólo quería a Owen y arreglar mi amistad con él, después de eso todo se podía ir a la mierda total.

Ni si quiera me di cuenta cuántas perdonas me saludaron, sólo seguía las indicaciones de mi cerebro para ir a donde el quería. No tardé mucho cuando encontré su habitación, empecé a ponerme nervioso, mis manos estaban frías mientras el sudor empezaba a salir.

La saliva había desaparecido de mi boca, el aire me faltaba, cerraba los ojos mientras trataba de levantar mi mano para tocar la puerta, resignado a mi cobardía por no tocar una estúpida puesta, lo hice, lo peor es que a los dos minutos me estaba arrepintiendo.

La puerta de abrió, Owen no tenía ni una pizca de alegría al verme, él estaba igual, su cabello rubio seguía un poco desordenado, su cara parecía que había descansado lo suficiente, en pocas palabras era todo lo contrario a mí, yo sabía que me veía de la mierda.

¿Pero qué quería que hicera?, Estoy literalmente de la mierda, sus ojos me atacaban examinándome, a él no le gustaba que tuviera el cabello largo ni la barba, al verme su vista parecía decepcionada y confusa.

Traté de reunir el valor suficiente para encontrar las palabras adecuarlas para decirle lo que quería.

—Sé que me veo de la mierda, y creeme que por dentro estoy peor, no me vas a creer, pero eso no me importa, eres mi amigo Owen, aunque eres un idiota, pero eso no quita que quiera que estes a mi lado para compartir nuestra amistad, el día que te llevaste a Kate fueron Los rusos a mi casa, trataron de matarme, en eso tuve un ataque al ver que había matado a cuatro hombres en la casa en donde siempre era un refugio para Kate y mío.

»—Hice lo que no había hecho en bastante tiempo, me drogué, perdí el control totalmente, todo parecía una puta pesadilla, hasta el día de la pelea recuerdo pocas palabras que le dije a Kate, ¿Te imaginas el dolor qué sentí?, después llegaste tú, volví a dejarme llevar por lo drogado que estaba. No sólo te lastimé físicamente, y lo lamento, sé que no soy bueno con las disculpas, pero ya no podía estar un puto día sin ti– mi voz cada segundo se volvía ronca y pesada, Owen no dejaba de mirarme– perdí a Kate, okay, no puedo perderte a ti también, yo simplemente no puedo.

»—No cuando sé que te amo como un mejor amigo, he sufrido demasiado, perdí a muchas personas y me reuso a perderte a ti también, porque sino estás en mi vida no es la misma– tragué saliva para decir las ultimas tres palabras que necesitaba sacar– yo te necesito.

Owen asentía mientras su cuerpo se recargaba en el marco de la puerta, no levantaba la cabeza, eso indicaba que estaba con lágrimas en los ojos, odiaba que lo vieran llorar, cuando levantó la cabeza me dolió más de lo que imaginaba...

Sus ojos estaban inyectados de sangre, sus lágrimas gritaban salir mientras su cara se ponía roja, las venas de su frente eran más obvias de lo que había querido.

DARK SOULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora