Capítulo 10 | ¿Estás en tus días?

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Capítulo 10: ¿Estás en tus días?

—¡Chicos! ¡Es hora de levantarse! —Steph abre cada cortina, dejándonos medio ciegos con la luz del sol. Todos nos quejamos, arrojándole almohadones.

—Bebé, déjanos dormir —dice Thom arrojándole un almohadón.

—Son una bola de flojos, ¡son las catorce treinta pm!

Siento los molestos ronquidos de Mike en mi oído, por lo que lo empujo.

—¿Qué sucede? —pregunta Mike con voz ronca sin abrir sus ojos.

Me pongo de pie, sintiendo un fuerte dolor en mi espalda. Creo que fue mala idea dormir en el suelo.

—Muévanse que hoy es sábado de piscina —abre la puerta.

Todos comienzan a levantarse y salir por la puerta. Yo por mi parte, me quedo esperando a que Mike se levante. Después de literalmente pasar treinta minutos, sigue sin abrir los ojos.

Se me ocurre un plan b para despertarlo. Quito la manta que lo cubría. Sobre su torso desnudo trazo algunos garabatos con mis dedos, mientras voy depositando algunos besos. Beso todo su abdomen hasta llegar al elástico de sus pantalones. Tira de mi brazo hasta que quedo sentada sobre su regazo con mis piernas a ambos lados de él. Posiciona sus manos en mi trasero.

—Creo que quieres matarme —besa mis labios.

—Chicos, ¿pueden dejar sus cochinadas para más tarde? —pregunta Vale desde la puerta.

Cuando nos levantamos, entramos a la casa principal y subimos a mi habitación temporal. Mike se sienta sobre mi cama. Mientras, yo busco dentro de mi maleta mi traje de baño. Me quito el pijama y mi ropa interior, quedando completamente desnuda, por último me coloco el bikini negro. Mike cambia su ropa por un traje de baño y bajamos al jardín.

Thom y Joey están encargándose del parrillero, dónde al parecer asan unas hamburguesas. Emma y Steph están recostadas en unas reposeras, con sus gafas de sol. El resto de los chicos se encuentran en el agua.

Mike salta a la piscina. Yo me quedo en la orilla.

Todos toman sus objetos inflables. Al ver a Max no podemos evitar reír, ya que está recostado sobre un pájaro rosa.
Tomo el donut inflable y me siento sobre el, Joey me empuja haciendo que caiga al agua.

Los chicos comienzan a salir y saltar a la piscina haciendo que todos nos mojemos, incluidas las chicas que estaban tomando sol.

Esto me da nostalgia.

Uno de los chicos me hunde con sus manos, haciendo que crea que me ahogaré.

Como puedo salgo a flote y veo a Max, él se está riendo porque provocó que yo tosa.

—Idiota —apoyo mis manos en su cabeza y logro hundirlo.

Sube a flote, toma mis piernas y me eleva, para luego dejarme encima del donut y con la ayuda de Joey —que acaba de saltar al agua— comienzan a girarme, haciendo que ría como una niña pequeña.

Cuando me dejan en paz y me recupero del mareo, veo a Valerie sentada en la orilla de la piscina con sus pies dentro del agua y sus brazos cruzados. Bajo del donut y nado hasta quedar frente a ella.

—¿Qué sucede? —apoyo mi codo a su lado.

—Nada. —responde cortante.

—Vamos, Valerie, desde anoche estás así. Sólo cuéntame qué sucedió.

—Ya te dije que nada —mira hacia otro lado.

—Vale.

—¿Qué? No me sucede nada, sólo quiero estar sola.

—¿Estás en tus días? —pregunto.

—Oh, por favor, Keyla, toda chica odia que le digan eso.

—¿Podrías dejar de estar sentada aquí como una chiquilla enojada? —niega con su cabeza y cruza sus brazos—. ¡Ven aquí, Max!

Max sale del agua. Le hago una seña hacia Valerie y luego a la piscina. La carga en brazos, soportando sus patadas y rasguños hasta que se tira al agua con ella en brazos.

—¡Eres una estúpida! —expresa molesta mientras toce.

Choco los cinco con Max y vuelvo al agua.

—¡Ya están las hamburguesas! —anuncia Thom, alzando su espátula al aire.

Todos gritamos de felicidad y corremos a tomar nuestros platos. Cuando todos tenemos nuestra hamburguesa, nos sentamos en la mesa a comer. Mientras comemos se me ocurre una idea.

—¡Oye, Thomas! Hagamos una apuesta, tú y yo, el que coma más hamburguesas gana —propongo.

—¿Cuál es el premio?

—Al ganador le haremos las tareas del instituto por toda la semana, y el perdedor tendrá que hacernos un baile sexy con el pijama rosa de Steph puesto —anuncio, con una sonrisa en mi rostro—. Amigo, te verás adorable en ese pijama.

Nos dejan un plato con al menos diez hamburguesas a cada uno. Mike anuncia que comencemos. Tomo mi primera hamburguesa y la como lo más rápido posible, al igual que con las otras dos. Cuando voy por la quinta ya no tengo hambre, es más, estoy llena. Veo a Thom, que se encuentra con la misma expresión.

—Vamos, bebé —lo apoya Steph—. No quiero que verte usar mi pijama se convierta en un mata pasiones.

Al llegar a la sexta, creo que ya no podré más. De repente, Thom deja su hamburguesa en su plato y comienza a hacer arcadas con la garganta. Todos quitamos la vista cuando sabemos que vomitará.

—Me rindo —dejo mi hamburguesa.

—Son unos débiles, yo me hubiera comido las diez —Max se encoge de hombros.

Steph va por su pijama. Mientras, todos desocupamos la mesa en la mesa. Thom se coloca el pijama y Emma va por un parlante para poner algo de música. El novio de Steph comienza a bailar, moviendo sus caderas de un lado a otro. Sube a la mesa y agita sus brazos y piernas al ritmo de la canción, todos acompañamos con nuestros aplausos.

Cuando finaliza, Steph aparece con helados, realmente me sorprende la cantidad de cosas que tiene en este lugar, es como que cada cosa que quiere se la regalan.

Equal © [THE UNEQUAL II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora