EPÍLOGO

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Guardo en mi mochila todas las cosas que tenía en mi casillero, ese casillero que nunca volveré a usar.

Caminar por esta escuela me trae recuerdos tanto buenos como malos, pero lo importante es que me recuerda quién fui. Aquella adelescente que se dejaba pisotear por cualquiera. Aquella adolescente a la que alguna vez llamaron «Unequal» solo por no ser una más del montón.

La antigua Keyla Johnson.

Camino en silencio, mirando el lugar por última vez.

—Contigo quería hablar.

Oh no. Es Emma. Emma nunca trae nada bueno.

—¿Cómo estás, Ems? —acomodo mi mochila. Habían tantas cosas en mi casillero, mi espalda tiene que soportar todo ese peso y creo que no es para nada bueno. Tendrán que hacerme un transplante de columna vertebral si sigo con esta mochila por más tiempo. Bueno, aunque no creo que eso sea posible.

—No me llames así —rueda sus ojos.

—Como sea, habla.

Ya han pasado varios meses y a Emma se le nota demasiado su embarazo. Si Max estuviera viéndola en este momento, probablemente diría que se tragó una gran sandía.

—Por tu maldita culpa Mike ya no me presta atención, se la pasa mirando a la nada y pensando en ti.

—Quizá es porque pensar en ti no es muy interesante que digamos. Hasta irritante puede ser. Bueno, cualquier cosa relacionada contigo es irritante —continúo con mi camino mientras rio.

—Te odio tanto Keyla, desde que llegaste no has hecho más que hacerme la vida imposible.

—Yo no te hago nada, eres tú la que siempre busca con quién discutir —me llega un mensaje de Max avisandome que ya está esperándome afuera.

—¡Eres una... —suelta un gemido de dolor y me volteo hacia ella.

—Emma, no juegues.

—¡No estoy... Jugando —a duras penas contesta. Creo que realmente algo le está sucediendo.

—¿Segura que algo te sucede? —mi mirada baja hasta sus piernas, donde la sangre corre por ellas. Cubro mi boca—. Ven, tenemos que llevarte a un hospital, una ambulancia tardará demasiado.

—No iré a ninguna... —ella misma se interrumpe, al parecer al volver a sentir dolor.

Toma mi mano y rodea mis hombros con su brazo, la ayudo a caminar hasta la salida y veo a Max recostado en Baylor, tecleando en su teléfono.

—¡Max! —levanta la vista y corre hacia nosotras.

—¿Te tragaste una sandía? —intenta bromear pero ambas lo fulminamos con la mirada.

—Este no es momento para tus bromas.

Abre la puerta de atrás y ayudamos a Emma a subir. Subo al asiento del copiloto y cierro la puerta. Max arranca el auto y conduce hacia algún hospital.

—Ella ha sido una perra contigo, ¿por qué la ayudamos?

—No la iba a dejar allí sola, es posible que haya sufrido un aborto —miro hacia atrás y veo que está con sus ojos cerrados. Debe haberse desmallado.

Llegamos a un hospital y Max carga a Emma. Entramos y yo me encargo de que todo el que se atraviesa en nuestro camino se corra.

Un doctor se la lleva en una camilla y mientras esperamos a que nos den su diagnóstico, yo llamo a sus padres, a Joey... Y a Mike.

Mike

—Hola —hablo en cuanto descuelgo.

Mike, Emma está muy mal, está en el hospital. Tienes que venir rápido.

Equal © [THE UNEQUAL II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora