Capítulo 4 | Lo arruiné, como siempre

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Capítulo 4: Lo arruiné, como siempre.

Mike se acerca a mi, me mira con una sonrisa dibujada en su rostro. Por mi parte, apenas elevo las comisuras de mis labios, estoy demasiado nerviosa.

—¿Nerviosa? —pregunta.

Me volteo a ver a Valerie, que ríe a carcajadas al notar que estoy jalando fuertemente de mi cabello.

—Suerte, si algo sale mal avísame e iré a enseñarles —papá se acerca a mí y besa mi frente.

—Gracias —lo abrazo.

—¿No hay abrazo para mí? —Vale abre sus brazos, esperando que la abrace.

—Creo que antes de esta cena  debería tomar unas clases de modales —me encojo de hombros, apartándome de nuestro abrazo.

—Estás bien así, si necesitas que te ayude en algo, llámame, probablemente estaré durmiendo pero llámame.

—Vámonos ya, antes de que mis papás envíen a alguien por nosotros —toma mi mano, guiándome a la salida.

Vale me hace algunas señas raras para que la llame si llego a necesitar algo.

Subimos al coche de mi novio y antes de arrancar se me queda viendo. Lo ignoro y me dedico a mirar al frente, esperando a que encienda el motor y acabar con esto de una vez.

—Todo estará bien —sonríe—, no es como si te vayan a matar o algo así.

—Lo sé, pero me asusta —hago una pausa, presionando aún más mi mano derecha, la cual está sobre la izquierda—, no soy como ustedes.

—¿Y? Es sólo una cena, no es como si nos obligaran a casarnos y vivir juntos para siempre —espeta. Vuelvo mi visión al frente uniendo ambas cejas—. Yo no dije que no quiero que eso pase.

—Lo sé, pero... agh, no sé, sólo sé que esta situación me aterra mucho.

Enciende el motor, abriéndose camino hacia su casa. Para mi mala suerte, no tardamos casi nada en llegar.

—Sólo mueve tus caderas e intenta hablar como Stephanie o  Emma, tal vez —besa mi mejilla. Asiento débilmente y bajamos del coche, para luego entrar a la casa.

Su mamá se acerca rápidamente hacia nosotros con la cabeza muy en alto, tanto que parece que su cuello se romperá en dos. Su cabello es negro, sus ojos marrones y su tez blanca. Lleva un vestido negro ajustado, que le llega hasta las rodillas. En sus pies tiene unos tacones aguja negros y su cabello está recogido. Tiene la misma mirada de las típicas madrastras de las películas.

—Mike, creí que nunca llegarían, ¿qué parte de las ocho en punto no entendiste? —cruza sus brazos y enarca una ceja.

—Había mucho tráfico y Keyla tardó demasiado escogiendo qué ponerse.

Lo fulmino con la mirada, sin embargo, segundos después de analizar sus palabras llego a la conclusión de que lo dijo para fingir que soy alguien a quien sus padres quieren conocer.

—Mucho gusto, señora Lewis —extiendo mi mano junto con mi mejor sonrisa, esperando que la estreche, pero sólo me mira de arriba abajo e ignora mi saludo.

—Tu debes ser Keyla —me escanea con la mirada.

—¿Por qué no pasamos a cenas? —propone un hombre alto con algunas canas en su cabello, supongo que es el papá de Mike.

—Bien —contesta su hijo.

Entramos a la sala, dándole los abrigos a una empleada, mientras que mi suegra se pierde por un pasillo.

Equal © [THE UNEQUAL II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora