Equal © [THE UNEQUAL II]

27: Zona de amistad.

Llega el día de la boda y tengo ganas de lanzarme por la ventana.

La estúpida Marissa hizo que su hijo y yo nos vistamos de colores azules y negros. A mi me obligó a usar un vestido azúl, espantoso.

—Rápido niña, eres una tortuga
—el idiota de Zack golpea mi cabeza.

Ahora quiero lanzarlo por la ventana a él.

No puedo creer que vayamos a vivir bajo el mismo techo y logré aguantarlo.

—Deja de molestar, Zack —me encierro en el baño.

Alguien golpea la puerta y ruedo mis ojos antes de hablar.

—Tardaré bastante, así que no me interrumpas, Zack.

—Soy Valerie.

—Ugh. Sólo eso me faltaba —murmuro.

Le abro la puerta y veo que lleva un vestido negro.

—¿Te invitaron? —asiente.

—Quería ver como estabas, sé que esto puede ser difícil para tí.

—Después de todas las cosas que me dijiste en casa de Joey vienes a fingir ser una gran amiga.

Salgo del baño y entro a mi habitación. Me encuentro con Joey parado junto a mi cama.

—No creo que te importe, pero Joey y yo estuvimos hablando y ya somos novios —se para junto a él para besar su mejilla.

Aunque de alguna forma odie a Valerie, estoy feliz por ella. Joey le ha gustado desde que llegó aquí.

—Los felicito —tomo mi bolsa y salgo de mi cuarto.

Siento risas en el cuarto de mi padre, abro la puerta y me encuentro con Marissa sentada en la cama en la que solía dormir mamá.

—¿Qué haces en la cama de mis padres?

—Lo siento querida Keyla, pero cuando volvamos de la luna de miel dormiré aquí, junto a tu padre —me guiña un ojo y continúa maquillándose.

—¿Cuál luna de miel? Papá no tiene dinero para eso —cruzo mis brazos.

—Sacó un préstamo.

—Genial, ahora se endeudará por complacerte.

—Keyla, ya tenemos que irnos —anuncia Joey.

—¿Tú me llevarás? —asiente—. Vamos.

Subimos al auto de Joey y partimos hacia la iglesia. Papá quería casarse en la casa pero para Marissa es muy pequeña para eso.

No tardamos mucho en llegar, pues la iglesia está a unas pocas calles de la casa.

* * *

—Si, acepto —Marissa sonríe ampliamente.

—Señor David Johnson, ¿acepta usted a esta señora, para amarla y respetarla hasta que la muerte los separe? —papá se voltea un poco para verme y niego con la cabeza. Mira al frente nuevamente.

—Por favor, no lo hagas —susurro. Valerie pone su mano sobre la mía para que sepa que está conmigo apoyándome.

—Yo... Acepto.

—Keyla... —Joey me mira con compasión. Sé que sabe cuánto me duele esto.

—No me quedaré aquí.