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Capítulo 14 | Está muerta.

Capítulo 14: Está muerta.

Valerie comienza a moverse en la cama por lo que me despierta, la empujo un poco para que me deje dormir y ella me empuja haciendo que caiga de la cama.

—Hija de puta. —me levanto algo a dolorida.

—Dejame dormir —se queja, cubriéndose con las sábanas.

—Tu eres la que se mueve como animal a punto de parir.

Entro en el baño y comienzo a quitarme el pijama para poder ducharme.

Un teléfono suena desde mi habitación seguido de un grito de Valerie.

—¿Es mi teléfono? ¿Estás bien? —pregunto preocupada.

—Oh por Dios, oh por Dios. —se escuchan los gritos de Valerie.

Salgo rápidamente del baño para ver que le sucede. Quizá hay una tarántula o alguna serpiente. También está la posibilidad de que una de sus uñas se haya roto, con ella nunca se sabe.

La veo. Está saltando sobre mi cama con su teléfono en su mano.

—¡Joey me invitó a salir! —grita efusivamente.

—Eso es genial, al fin lo conseguiste —suspiro. No había necesidad de hacer tanto escándalo.

—¡Oh por Dios! ¿Qué voy a usar? Necesito ropa —se baja de la cama y comienza a buscar entre su ropa como una completa maniática.

—Escúchame, ahora iremos al instituto, cuando termine el horario iremos a buscar lo que quieras usar —la tomo de sus hombros, asegurándome de que entienda lo que le estoy diciendo.

—¡No! Debemos ir ya de compras.

—Tenemos clases, Vale.

—Por favor —une sus manos en forma de súplica.

—Está bien, pero compraremos comida y tú la pagarás —indico con mi dedo índice. Comienza a da pequeños aplausos y me abraza.

—Como cumplí diecisiete la semana pasada, mi mamá me compró un coche y tú papá me ayudó a ir a buscarlo ayer.

—¿Por qué no me contaste nada?

—Estabas demasiado ocupada estudiando para física como para prestarme atención. Pero ya, muévete que estamos perdiendo el tiempo.

Necesito encontrar el momento para preguntarle si somos hermanas.

—Oye, estás en calzones —señala mi cuerpo y si, estoy en ropa interior.

Luego de vestirme, conducimos hasta el centro comercial. Apenas entramos y Vale sale corriendo directo a unas tiendas.

Me quedo revisando mi teléfono. Tengo un mensaje de Joey.

«¿Por qué no vinieron hoy? ¿Les ocurrió algo?»

«No» respondo.

«Por cierto, ¿sabes dónde se metieron Mike y Emma?»

¿Mike y Emma no fueron al instituto? Esto ya es demasiado extraño.

Decido no contestar el mensaje, quizá son alucinaciones y entre ellos no hay nada.

—¡No encontré nada! —grita Vale mientras corre a otra tienda. La sigo

Nuestra mañana se definió en compras, compras y más compras.

Nos detenemos en un McCafé  donde ordenamos y nos sentamos en una mesa mientras esperamos nuestros pedidos.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —comienzo—. No se como decírtelo.