Equal © [THE UNEQUAL II]

Capítulo 5 | Callate y ayúdame

Capítulo 5: Cállate y ayúdame.

—Estaré aquí, siempre, sólo para ti —me abraza.

—¿Quién eres?

—Soy tú mamá.

—¿Qué quieres?

—Quiero verte —se oye un sollozo ahogado.

—Pero me estás viendo —la busco con mi mirada, es como si se alejara cada vez más—. ¿Por qué lloras?

—Ayúdame, despierta —besa mi mejilla y corre en medio de la oscuridad—. Despierta. Despierta. Despierta...

—Keyla, despierta —me sacude con sus manos y abro mis ojos.

—¿Mamá? —prefunto adormilada. Me mira confundida y sacudo mi cabeza para ver con mayor claridad.

—¿Qué? Soy yo, Valerie, tú mejor amiga. Emma está aquí.

—¿Qué hace Emma aquí? —me incorporo en la cama.

—No lo sé, llegó llorando desconsoladamente y me pidió que te despierte.

Pestañeo varias veces para terminar de despertarme.

Bajo de mi cama y meto mis pies dentro de mis pantuflas. Entro al baño y lavo mi cara. Ni la más mínima idea de qué hora es o por qué Emma está llorando.

Salgo del baño y me encuentro a Emma sentada en mi cama llorando, a su lado Vale abrazándola.

—Em, ¿qué sucede? —me siento junto a ella—. Vale, ¿podrías preparar café? —asiente y sale.

—Owen —solloza cubriendo su rostro con sus manos.

—¿Qué pasó con Owen? ¿Está herido? —la rodeo con mis brazos.

—Él... —solloza—, terminó conmigo —solloza nuevamente y lágrimas ruedan por sus mejillas con rapidez, tanto que su rostro está empapado.

—Pero, ¿por qué? Si te hizo algo juro que en este momento voy y lo dejo estéril —contesto. Niega débilmente con su cabeza.

—No lo sé, me llamó para terminar conmigo —apoya su cabeza en mis piernas y yo desenredo su cabello con mis dedos.

—¿Qué te dijo? ¿Al menos explicó el motivo?

—Sólo dijo que hay alguien más, yo sólo quisiera saber por qué, ¿hay algo malo en mi?

—Por supuesto que no, él es un completo idiota. ¿Sabes? No llores por alguien así, mejor alegrate porque descubriste cuán idiota puede ser —sonríe levemente—. Y si te hace sentir mejor, a la salida voy y lo dejo estéril.

—Te ayudo con eso —agrega Valerie desde el marco de la puerta.

—Ahora ven, vamos a maquillarte y arreglarte para darle una lección.

—Pero llegaremos tarde —me encojo de hombros.

—No importa, esto es más importante —comienzo a buscar entre las pocas cosas que tengo para maquillar—. Vale, prestame tu maquillaje.

—Vale, llama al director y dile que... no lo sé, inventa algo, eres la mejor mintiendo —le guiño un ojo.

—Grosera.

—¡Ya! —se voltea rápidamente.

—Creo que tendrás que hacer un gran trabajo, desde anoche estoy llorando —señala sus ojeras.