18: Aún así lo sigo amando.

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Una vez que lo saca, sigo lamiendo la crema blanca. Como soy tan tonta derramé un poco sobre mi uniforme.

Continúo caminando por la vereda. Un idiota tenía mal estacionado su auto, gran parte del auto estaba en diagonal, teniendo la mitad en la vereda y la otra mitad en la calle. Por lo que tuve que rodearlo pero caminando por la calle, lo que hizo que otro auto casi me atropelle y quede atrapada entre ambos vehículos. El que estaba mal aparcado quitó su auto, haciendo que pueda continuar.

En el camino me compré un helado de crema, ya me ha hartado un poco la menta granizada, aún así la sigo amando.

Veo a un perrito cruzando la calle. Se parece demasiado a Lucy, aunque no estoy muy segura. Corro hacia él y puedo comprobar que sí es Lucy, mi hermosa perrita.

Rodea mi cadera con sus patitas, abrazandome. Su colita no deja de moverse de un lado a otro.

—¿Cómo estás, hermosa? —acaricio su cabeza.

Continúo caminando junto a mi adorable perra, debo dejarlo en mi... bueno, en la casa de mi padre. Lucy no está acostumbrada a estar fuera de la casa. Cuando vivía junto a mi madre, siempre la dejaban dentro de la casa o en el jardín, ya que ella es muy traviesa y le gusta cruzar frente a los autos. Según me contó mi abuela, una vez un auto la atropelló y por eso tiene su patita derecha delantera torcida.

Frente a la casa que compartí con mi padre por casi dos años, se encuentra un auto rosa. Si, es rosa. Los únicos autos rosas que he visto en mi vida, son el de la estúpida de Ashley y la que solía ser nuestra vecina. Pero ella se mudó hace seis meses.

Quizá alguno de los vecinos tenga visitas.

Me paro en la entrada de la casa, acerco mi mano a la puerta, para poder golpearla con mis nudillos. Pero hay algo que me interrumpe. La puerta está semi-abierta.

—¿Hola? —golpeo la puerta, esperando que alguien conteste, pero nadie lo hace.

Camino despacio, intentando verificar si hay alguien o no.

Una vez en la cocina abro mi boca por completo y cubro mis ojos con mis manos. Totalmente aturdida por lo que acabo de ver.

Mi papá está besando/tragando a la que solía ser nuestra vecina, ella está sobre la encimera.

—¡¿Para esto querías que me vaya!? —ambos se ven sorprendidos. Se bajan de la mesa y comienzan a acomodar sus ropas. Como si mágicamente yo quitara de mi mente lo que acabo de ver.

He perdido a Lucy de vista hace unos segundos, pero debe estar aquí cerca. No logro verla ya que la única luz solar que se filtra en el lugar, es la de los huecos de las persianas que cubren las ventanas.

Comienzo a alejarme dando grandes zancadas, no quiero armar una escena aquí.

—Hija, no es lo que parece —paro en seco y giro sobre mis talones para poder ver sus caras. La mirada de mi padre refleja tristeza, arrepentimiento. Mientras que la de Marissa es todo lo contrario, hasta parece que esto le divierte.

¿Por qué mierda esto le divierte? Hace un año, cuando yo aún la visitaba, ella me contó que conocía a mi madre y que incluso fueron grandes amigas en la secundaria. E incluso hadta ese momento se mantenían en contacto.

—Papá, no hace ni dos meses desde la muerte de mamá y tú ya estás aquí, acostandote con ésta...
—busco la palabra adecuada—. Señora. Solo diré que no lo puedo creer.

—¿Podemos calmarnos un segundo para hablar? —me siento en el sofá individual. Sinceramente no tengo ganas de discutir.

Marissa nos deja solos para que hablemos tranquilos. Se fue a la cocina hace unos segundos. Obviamente sé que tiene sus oídos pegados a la puerta, esperando que formulemos alguna palabra.

—Marissa y yo estamos en una relación hace unos... meses.

¿Meses?

—¿Meses? —pregunto.

—Si, yo estaba esperando el momento indicado para decirtelo. Incluso Valerie nos descubrió un día, pero entendió que yo era el que debía decirtelo.

—Sé qué mamá y tú no tenían ningún vínculo para ese entonces, pero me parece que la cambiaste demasiado rápido —siento unos pasos acercándose y ambos miramos hacia esa dirección.

—Perdón que me meta en su conversación, pero








Equal © [THE UNEQUAL II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora